LA DERECHA ESPAÑOLA CONTRA LA ESCUELA PÚBLICA
ANTÓN LOSADA
Como
es tradición cuando gobierna la derecha en España, continúa el bullying contra
la escuela pública. Tras sobrevivir a los recortes indiscriminados y al bulto,
a la pérdida de más de cien mil profesionales, a la precarización de los nuevos
docentes y el no reemplazo de cuantos se jubilaron, a una estrategia sostenida
de deterioro, descapitalización y desmantelamiento del sistema público y a un
ministro ignorante e incompetente como lo fue José Ignacio Wert, hoy felizmente
retirado en Paris a su costa y la mía, la escuela pública soporta de nuevo otra
oleada de acoso y abuso por parte de la vieja y la nueva derecha; seguramente
muy indignadas al constatar que, pese a su empeño, los niños de la pública
siguen saliendo bastante mejor formados que en sus carísimos colegios privados.
Tras
semanas de poner en duda la calidad y la competencia de nuestros maestros con
la milonga del MIR para docentes el ministro Méndez de Vigo, un lamentable
ejemplo de las limitaciones de nuestro sistema educativo para conseguir que un
alumno se desenvuelva con naturalidad en todas las lenguas oficiales y sepa
decir algo tan básico e institucional como “Generalitat” o “Xunta de Galicia”,
ha lanzado la enésima disputa sobre la enseñanza en castellano.
El
gobierno sabe de sobra que no existe el supuesto derecho de los padres a elegir
el idioma en que se escolariza a sus hijos. Igual que no se existe,
afortunadamente, el derecho a elegir qué se les enseña en ciencias o en historia;
para eso están los profesionales y la administración. Las leyes y las sentencias solo amparan el
derecho a aprender y dominar todas las lenguas oficiales. Por eso el gobierno
no toma medida alguna para amparar un derecho que sabe que no existe, porque
sabe que no puede. Se limita a usar la lengua para cuestionar por enésima vez
el modelo de escuela pública, su calidad y su capacidad; pese a que no existe
un solo dato veraz que acredite ni los problemas de los alumnos para manejarse
en castellano, ni el supuesto adoctrinamiento que sufren. Al contrario,
Catalunya se sitúa claramente por encima de la media en todos los indicadores.
Al
debate se han sumado rápidamente Ciudadanos, siempre listos para recordarnos
como nuestras madres que ellos ya nos lo habían avisado, y la derecha del PSOE,
siempre lista para acudir en defensa de la unidad de España. Barones como los
presidentes de Aragón, La Mancha o Extremadura han mostrado su preocupación por
los niños en las escuelas catalanas, aunque seguramente les deba preocupar aún
más que, tras décadas de gobiernos socialistas, sus administraciones no hayan
logrado que sus indicadores educativos sigan por debajo de la media estatal.
Nuestros
resultados educativos están muy por encima de lo que invertimos, siete de cada
diez padres eligen educación pública o concertada antes que privada, en Europa
se disputan a nuestros graduados. El problema real que afronta hoy la escuela
pública en España es el soportar haber vuelto a las cifras de inversión de los
años ochenta. En eso tiene razón Mariano Rajoy cuando habla de volver al
pasado. Al decirlo le ha debido traicionar subconsciente.
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