CON "PORTAVOZA" O SIN ELLA, LA CAVERNA MARCA EL DEBATE
NACIONAL
ROSA MARÍA ARTAL
Lo
han vuelto a hacer. Los jefes de pista del gran tinglado saben cómo mover la
batuta para que el personal baile al ritmo impuesto. La “portavoza” de Irene
Montero se ha situado en el top del debate desplazando noticias de auténtica
envergadura. Ni la peligrosa apuesta por la ampliación de la cadena perpetua, o
la lucha por el liderazgo más escorado a la derecha entre PP y Ciudadanos o los
nuevos vientos de las pensiones han ocupado tanto espacio informativo como una
palabra. Han salido expertos lingüistas en cada esquina del país, defensores
del purismo de la lengua en cada conversación. Hay que llevar a Montero a la
hoguera, la estupidez elevada al cubo,
la nueva cruzada del odio nacional.
Sí,
sí, voz ya es un vocablo femenino y no necesita una “a” más para ser portada
por una mujer. Personalmente es lo que prefiero pero no estamos en ningún
debate lingüístico. Cada hito de esta carrera sangrienta sirve de catalizador
del lamentable estado de nuestra sociedad.
Por la pureza del lenguaje, matan… pero no siempre. Casi nunca en
realidad. ¿Se dedicaron editoriales como ahora, artículos y columnas,
tertulias, insultos mediáticos de grueso calibre, cuando el escritor Arturo Pérez
Reverte extendió el uso del término “feminazi” que tomó prestado de otro gran
machista? La defensa de la pureza del
lenguaje es tan selectiva que parece
ideológica y de clan.
En
2001 la Real Academia de la Lengua se echó al monte de la modernización e
introdujo 32.000 novedades, con nuevas palabras y retoques de muchas otras.
Entonces fijó y dio esplendor al español con términos como guay, jope, kit,
set, gay, flipar, master, talibán, zapear, pasota, tapear, currante o
tropecientos. Pues bien, de los tropecientos expertos del país la mayoría debió
encontrar todo muy guay porque no se llenaron los medios de críticas. Nadie
buscó la raíz ortodoxa del guay, el jope o del kit. Ni se reivindicó siquiera la españolidad
perdida en el Real Diccionario de web, hardware o software.
Les
diré más, en la constante renovación de sus contenidos la RAE le dio otro buen
meneo al esplendor del lenguaje en 2010. En esta ocasión introdujo abducir,
alcaldable, buñueliano, rojillo, cultureta, espray, festivalero, grafitero,
homófobo, oenegé, sobao, sostenibilidad, antiespañol, muslamen, obrón o jet
lag, entre otros. Veamos, el “muslamen”,
muslos de persona, es “preferente los de mujer”. El obrón es una obra de
gran envergadura, tal cual de elegante. El antiespañol, un contrario a todo lo
relacionado con España, a todo, en un pack. Y, ya ve, el sobao es, solo, un
bizcocho.
¿Dónde
estaban los lingüistas expertos, los talibanes de la pureza idiomática?
¿Cuántas vestiduras llevan rotas antes
de hacer jirones las de hoy por la "portavoza" de Irene Montero?
Porque otra razón no habrá, ¿verdad? Me temo que sí, que hay otras.
La
RAE, con sus vetustos académicos dentro, se negó a cambiar incluso en sus
revolucionarios acercamientos al sentir popular, algunas acepciones muy concretas.
Les citaré varias que todavía hoy permanecen.
Cualquiera:
Mujer de conducta moral o sexual reprochable (precedida de una).
Mujer
fatal: 1. Mujer seductora que ejerce sobre los hombres una atracción
irresistible y peligrosa.
Mujer
mundana: 1. Prostituta.
Mujer
pública: 1. Prostituta. Hombre público: 1. Hombre que tiene presencia e influjo
en la vida social.
Hombre
bueno: 1. Hombre que actúa como mediador en los actos de conciliación. Mujer
buena: No existe en el diccionario. Sí está buena mujer o buen hombre, que nos
dicen en la RAE es la forma de "llamar o dirigirse a un desconocido".
Esto sí que es seguir el pálpito de la calle en el siglo XXI.
Mujerzuela: 2. Mujer perdida, de mala vida. Hombrezuelo
no existe.
Perra:
6. Prostituta.
Zorra:
7. Prostituta. Zorro: en las ediciones más recientes ya es persona muy taimada,
astuta y solapada. Hasta hace poco solo era el hombre el zorro astuto.
Fácil,
un adjetivo que también selecciona, así textualmente:
4.
Dicho de una persona: Accesible en el trato.
5.
Dicho especialmente de una mujer: Que se presta sin problemas a mantener
relaciones sexuales.
¿Ustedes creen que las hordas vengadoras del uso de
"portavoza" no lo saben? Los jefes de pista con seguridad, los
enfervorizados seguidores ya es más dudoso.
La
portavoza tapó un bochornoso debate en el que la ministra Fátima Báñez llegó a
negar que hubiera brecha salarial entre hombres y mujeres y sacó sucias armas
para invalidar a la portavoz de Unidos Podemos. Tan machistas como todo el contexto.
La prensa concertada, los guardianes de las esencias de la involución, imponen
la agenda informativa y cuando los ojeadores olisquearon la carnaza de la
palabra “portavoza” se llenaron de júbilo.
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