“MACRI Y EL ROSTRO DEL MIEDO”
FILÓSOFO
Irónicamente, a 200
años de celebrarse en la República Argentina, su independencia, el presidente
Mauricio Macri, reconoció en Yapeyú, cuna del Libertador Gral. José de San
Martín, que hay muchos argentinos que “tienen miedo y que no saben si va a
funcionar” su modelo de gestión. En día de cumplirse seis meses de haber
asumido la primera magistratura de Argentina, pidió que “no escuchen a esa
minoría que quiere que nos vaya mal”.
Y le respondo al
presidente Macri, que deviene el miedo en la indiscutible mayoría de los
ciudadanos, como una instancia real y concreta, ante el estado de desprotección
frente a las atroces medidas de ajuste tomadas en estos 6 meses de su gobierno…
el hambre, la desocupación ante los decenas de miles de despidos, tarifas de
servicios que según estadísticas el 39% de los ciudadanos no han pagado y sobre
todo, lejos de llevar a cabo una historia sobre el ejercicio del poder del
gobierno del PRO, incluyo exclusión, decretazos e intimidaciones al periodismo,
exiliado de los medios hegemónicos empresariales, de informar acerca de
“ciertos temas que atañen a funcionarios en ejercicio, puntualmente sobre sus
patrimonios y el incremento de sus riquezas”, no acerca de ideales e ideas, que
son extranjeros a este grupo de financistas.
Los poderes,
políticos, empresariales, sindicales, mediáticos, con la consigna de instalar
“miedo” en el espacio de nuestras naciones, por el estado de “inseguridad”, en
que vivimos: ¿Inseguridad? Que, como espectáculo ultramediático, fue instalado
por el poder, potencializa aún más el “miedo”, que convive con el ciudadano, en
una existencia humillante y degradante… las fuerzas políticas, utilizan el
“miedo” como recurso para las movilizaciones de los pueblos, generando un
apoyo, basado en el “miedo”, no en la certeza.
No puedo dejar de
manifestar que el “miedo”, toma carácter de sujeto en acto, además de
paralizar, a los individuos que lo experimentan, que no son otros, que hombres
y mujeres, que componen el tejido social argentino. Se le asigna al “miedo”,
consciente o inconscientemente, un desmesurado espacio en el acontecer de la
existencia de las naciones.
El relato de la
historia del mundo, nos indica, que nada va a modificar los rumbos, impuestos
por el neoliberalismo reinante y sus representantes, hoy, en todos los puestos
de poder… con la inestimable ayuda y apuntalamiento de los medios económico
corporativos de información falaz junto con los Caballos de Troya, que se han
instalado hace décadas para efectivizar la entrega del patrimonio argentino…
Macri sabe de qué manera se logra arribar a un espacio de poder, con ayuda de
todos los que de un modo u otro, lucrarán con el temor de un pueblo.
No debemos olvidar,
que desde hace dos siglos, el mundo se ha convertido, en un confuso espacio
donde permanecer por la demencial energía del capitalismo… una era, basada
exclusivamente en una interpretación materialista de la vida… no creo, Macri
conozca la historia, es meramente un emergente casual, un espacio vacío.
Y los pobres en
este milenio de las grandes muertes, ¿qué espacio ocupan en la agenda de
presidentes como Macri?: ante el accionar caprichoso y torpe de este
mandatario, diría que no ocupan sitio alguno… los pobres y su circunstancia en
Argentina y el mundo, es incomparable, con ninguna otra que se haya
experimentado en la historia.
Me pregunto ¿cuánto
más puede durar este momento?, donde todos los riesgos y peligros de la
historia acechan: la intolerancia, el fanatismo, el racismo, la mentira, el
simulacro, el silenciamiento sistemático, de quienes se oponen a gobiernos
autistas.
No importa que las
corporaciones multinacionales exploten a los pueblos y además sean
culpabilizados por su calidad de pobres y por no llegar jamás a la cima de la
pirámide, donde conviven las mafias de los “triunfadores” del cabaret en que se
ha convertido este mundo.
La vida en
Argentina tan limitada en sus fines e ideales, solo sigue fórmulas ya
perimidas, huyendo de la confrontación de ideas; pareciera condenada a
políticas neocoloniales, de sumisión y entrega… destruyendo vidas y rutinas, de
pueblos, con “miedo”.
No nos convirtamos
en víctimas, fracasados, cobardes, en la economía de nuestros propios recursos
en acción y discursos, marcando el trayecto de una historia, la de nuestro
tiempo, que se debate entre utopías y derrotas, entre voces, silencio y
“miedo”… marchemos, en dignidad y libertad, alzando nuestras voces, contra todo
tipo de opresión, censura y explotación del pueblo y su circunstancia.
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