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sábado, 18 de junio de 2016

“MACRI Y EL ROSTRO DEL MIEDO”

“MACRI Y EL ROSTRO DEL MIEDO”
POR EDUARDO SANGUINETTI,
 FILÓSOFO

Irónicamente, a 200 años de celebrarse en la República Argentina, su independencia, el presidente Mauricio Macri, reconoció en Yapeyú, cuna del Libertador Gral. José de San Martín, que hay muchos argentinos que “tienen miedo y que no saben si va a funcionar” su modelo de gestión. En día de cumplirse seis meses de haber asumido la primera magistratura de Argentina, pidió que “no escuchen a esa minoría que quiere que nos vaya mal”.

Y le respondo al presidente Macri, que deviene el miedo en la indiscutible mayoría de los ciudadanos, como una instancia real y concreta, ante el estado de desprotección frente a las atroces medidas de ajuste tomadas en estos 6 meses de su gobierno… el hambre, la desocupación ante los decenas de miles de despidos, tarifas de servicios que según estadísticas el 39% de los ciudadanos no han pagado y sobre todo, lejos de llevar a cabo una historia sobre el ejercicio del poder del gobierno del PRO, incluyo exclusión, decretazos e intimidaciones al periodismo, exiliado de los medios hegemónicos empresariales, de informar acerca de “ciertos temas que atañen a funcionarios en ejercicio, puntualmente sobre sus patrimonios y el incremento de sus riquezas”, no acerca de ideales e ideas, que son extranjeros a este grupo de financistas.

Los poderes, políticos, empresariales, sindicales, mediáticos, con la consigna de instalar “miedo” en el espacio de nuestras naciones, por el estado de “inseguridad”, en que vivimos: ¿Inseguridad? Que, como espectáculo ultramediático, fue instalado por el poder, potencializa aún más el “miedo”, que convive con el ciudadano, en una existencia humillante y degradante… las fuerzas políticas, utilizan el “miedo” como recurso para las movilizaciones de los pueblos, generando un apoyo, basado en el “miedo”, no en la certeza.

No puedo dejar de manifestar que el “miedo”, toma carácter de sujeto en acto, además de paralizar, a los individuos que lo experimentan, que no son otros, que hombres y mujeres, que componen el tejido social argentino. Se le asigna al “miedo”, consciente o inconscientemente, un desmesurado espacio en el acontecer de la existencia de las naciones.

El relato de la historia del mundo, nos indica, que nada va a modificar los rumbos, impuestos por el neoliberalismo reinante y sus representantes, hoy, en todos los puestos de poder… con la inestimable ayuda y apuntalamiento de los medios económico corporativos de información falaz junto con los Caballos de Troya, que se han instalado hace décadas para efectivizar la entrega del patrimonio argentino… Macri sabe de qué manera se logra arribar a un espacio de poder, con ayuda de todos los que de un modo u otro, lucrarán con el temor de un pueblo.

No debemos olvidar, que desde hace dos siglos, el mundo se ha convertido, en un confuso espacio donde permanecer por la demencial energía del capitalismo… una era, basada exclusivamente en una interpretación materialista de la vida… no creo, Macri conozca la historia, es meramente un emergente casual, un espacio vacío.

Y los pobres en este milenio de las grandes muertes, ¿qué espacio ocupan en la agenda de presidentes como Macri?: ante el accionar caprichoso y torpe de este mandatario, diría que no ocupan sitio alguno… los pobres y su circunstancia en Argentina y el mundo, es incomparable, con ninguna otra que se haya experimentado en la historia.

Me pregunto ¿cuánto más puede durar este momento?, donde todos los riesgos y peligros de la historia acechan: la intolerancia, el fanatismo, el racismo, la mentira, el simulacro, el silenciamiento sistemático, de quienes se oponen a gobiernos autistas.

No importa que las corporaciones multinacionales exploten a los pueblos y además sean culpabilizados por su calidad de pobres y por no llegar jamás a la cima de la pirámide, donde conviven las mafias de los “triunfadores” del cabaret en que se ha convertido este mundo.

La vida en Argentina tan limitada en sus fines e ideales, solo sigue fórmulas ya perimidas, huyendo de la confrontación de ideas; pareciera condenada a políticas neocoloniales, de sumisión y entrega… destruyendo vidas y rutinas, de pueblos, con “miedo”.

No nos convirtamos en víctimas, fracasados, cobardes, en la economía de nuestros propios recursos en acción y discursos, marcando el trayecto de una historia, la de nuestro tiempo, que se debate entre utopías y derrotas, entre voces, silencio y “miedo”… marchemos, en dignidad y libertad, alzando nuestras voces, contra todo tipo de opresión, censura y explotación del pueblo y su circunstancia.


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