LA EUROPA DE ARIAS
CAÑETE
JUAN TORRES
LÓPEZ
En su momento pareció que tomar yogures caducados o chuletones
en plena crisis de las vacas locas era solo una gracia más de un ministro
dicharachero pero cuando quien lo hace es un inminente eurodiputado y casi
seguro comisario ese tipo de actos cobran otra dimensión.
Muy poca gente sabe que desde hace tiempo se viene negociando un
Tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos que, entre
otras cosas, pretende que se anulen automáticamente las diferencias que puedan
existir entre las legislaciones de ambas partes, haciéndolas “equivalentes”,
para que las empresas multinacionales puedan colocar sus productos sin
dificultad en los dos mercados.
En este aspecto, la cuestión beneficia sobre todo a las
multinacionales de Estados Unidos porque la UE suele tener un criterio más
rígido en materia sanitaria. En Europa se adoptan medidas de caución o
restricción en cuanto hay ausencia de claridad o seguridad pero allí se exige
“evidencia científica” para establecerlas. En relación con los productos
químicos incorporados a los alimentos y envases, Europa obliga a las empresas a
demostrar que son seguros y en Estados Unidos es el Gobierno quien debe probar
que un producto químico es inseguro. En la UE no se permite la carne con
hormonas, ni los pollos tratados con elementos tóxicos como el cloro, ni los
piensos transgénicos, ni la cría de cerdos en jaulas hacinadas, pero todo ello
se podría vender ya libremente en nuestras tiendas si se firma el Tratado, como
muchos productos más que ahora contravienen las normas europeas.
En ese caso, las multinacionales obtendrían grandes beneficios
pero con graves consecuencias para las personas. No en vano, con la legislación
más permisiva de Estados Unidos y que el Tratado considerará “equivalente” a la
nuestra, se facilita la ingestión de alimentos contaminados que hace que cada
año enfermen allí una de cada seis personas (48 millones) y que mueran unas
3.000 por esa causa, frente a solo 70.000 enfermos y 93 muertes en la Unión
Europea. Y para colmo, el Tratado prevé que si algún Estado osa reforzar sus
normas sanitarias podrá ser demandado por las empresas en tribunales de
arbitraje privados, secretos y sin apenas control.
Las multinacionales y los grupos de presión están ahora a la
caza de investigadores, parlamentarios y ejecutivos de mano ancha para sacar
adelante un Tratado tan nefasto para la población como este. Y por eso no
parece casual que un político de tan pocas prevenciones alimentarias como Arias
Cañete, con sus negocios y su práctica desreguladora haya sido el elegido por
Rajoy para encabezar la lista europea del PP y para que sea más tarde
comisario. Tiene el perfil perfecto para terminar de entregar Europa a las
multinacionales.
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