Quiero el día que me muera
poder donar mis riñones,
mis ojos y mis pulmones.
Que se los den a cualquiera.
Si hay un paciente que espera
por lo que yo ofrezco aquí
espero que se haga así
para salvar una vida.
Si ya no puedo respirar,
que otro respire por mi.
Donaré mi corazón
para algún pecho cansado
que quiera ser restaurado
y entrar de nuevo en acción.
Hago firme donación
y que se cumpla confío
antes de sentirlo frío,
roto, podrido y maltrecho
que lata desde otro pecho
si ya no late en el mío.
La pinga la donaré
que se la den a un caído
y levante poseído
el vigor que disfruté.
Pero pido que después
se la ponga a un jinete,
de esos que le guste el brete.
Eso sería una gran cosa
yo descansando en la fosa
y mi pinga dando fuerte.
Entre otras donaciones
me diego a donar la boca.
Pues hay algo que me choca
por poderosas razones.
Sé de quien en ocasiones
habla mucha bobería;
mama lo que no debía
y prefiero que se pierda
antes que algún comemierda
mame con la boca mía.
El culo no lo donaré
pues siempre existe un confuso
que pueda darle mal uso
al culo que yo doné.
Muchos años lo cuidé
lavándomelo a menudo.
Pa que un cirujano chulo
en dicha transplantación
se lo ponga a un maricón
y muerto me den por el culo.
Les ruego que usen el blog para las cosas del blog y el correo para las del correo, son montones las opiniones que llegan a mi correo pero son para el blog. Es de agradecer sus opiniones, las buenas y las malas, las que están de acuerdo conmigo y las que están en contra, pero afin, más que nada porque me saturan el correo. Gracias de antemano y sigan entrando a este humilde blog, prototipo de la Decadencia Literaria.
ResponderEliminarprobando a ver si por fin puedo escribir algo en este blog decadente
ResponderEliminarCon tu seso encebollado
ResponderEliminary con tu lengua estofada
y tus ideas guisadas,
el día que estés matado
sin haber resucitado,
haré una buena comida
con quien te quitó la vida,
regada con vino tinto,
desabrochándome el cinto
y llenándome la barriga.
Bueno, aquí esta décima decadente para colaborar en tu decadencia disoluta.