LOCA ACADEMIA DE
DESOKUPA
El líder de Desokupa, Dani Esteve,
frente a la lona que ha desplegado la plataforma Desokupa en Atocha contra el
presidente del Gobierno, a 3 de julio de 2023, en Madrid (España). Imagen de
archivo. Diego Radamés / Europa Press
La franquicia Loca academia de policía, una de las más longevas de Hollywood, llevaba exactamente tres décadas esperando un argumento lo bastante estúpido como para que alguien se lanzara a rescatarla. De 1984 a 1994 se rodaron siete películas, a cuál más penosa, en las que los guionistas hacían juegos malabares con el fin de ridiculizar las fuerzas del orden, desprestigiar el arte cinematográfico y cagarse en todas las leyes de la comedia. Al fin, después de una séptima entrega lamentable, donde los protagonistas viajaban a Moscú, parece que no había manera de caer más bajo hasta que ayer mismo Dani Esteve, líder de Desokupa, anunció que había firmado un acuerdo con el Sindicato Unificado de Policía para formar a 30.000 nuevos agentes en materia de seguridad y técnicas de defensa personal. En efecto, a veces la realidad hace que la ficción parezca un chiste de Arévalo.
En
el primer episodio de la saga, el resorte cómico consiste en que un delincuente
habitual debe elegir entre cumplir condena en la cárcel o apuntarse como cadete
en la academia de Policía, una disyuntiva resuelta como se pueden ustedes
imaginar. Sin embargo, ahora la novedad es que los agentes de la ley recibirán
formación personal bajo los auspicios de unos entrenadores neonazis
especializados en pegar palizas. Es justo la guinda que le faltaba a los
policías españoles: aprender de unos matones de discoteca la mejor manera de
dar hostias, tirar puertas abajo, hacerse tatuajes chungos y dibujar la
esvástica bien, girando las aspas hacia la derecha, no vayan a confundirlos con
santones hindúes.
En
el comunicado con que presentan el acuerdo, los responsables (por llamarlos de
algún modo) enumeran cuatro puntos principales para solicitar dicha
colaboración: hay un problema en las calles; existe una violencia desmedida; la
autoridad se ha perdido; y los compañeros están en riesgo. Por lo que se ve, la
Policía española no puede hacer frente a sus funciones de mantener el orden
público y necesita guardaespaldas a tiempo completo, una redundancia más bien
peligrosa y una trama digna de Pajares y Esteso. Lo mismo podían haber pedido
ayuda a la mafia china o a la mara salvatrucha. Dicen que han perdido la
autoridad, pero lo que han perdido definitivamente son los papeles, aunque en
breve van a perder también el respeto.
Más
allá de sus tatuajes, su simbología y sus actuaciones estelares -tan
discutibles y violentas que uno de sus antiguos empleados llegó a calificar a
la empresa de "organización criminal"-, Desokupa ha mostrado en
numerosas ocasiones y declaraciones sus vínculos con la ultraderecha. Nada
mejor para aumentar el prestigio de la Policía española que tomar lecciones de
una gente que se identifica con la cruz gamada y que colocó una lona
publicitaria de 15x18 metros en Atocha amenazando con entrar en La Moncloa y
enviar al presidente del gobierno a Marruecos. Supongo que todavía siguen en
ello. Para lo que les va a servir el curso de formación -por no hablar del
dineral que va a suponer a las arcas públicas- mucho mejor le iría a la Policía
Nacional revisando la filmografía completa de Charles Bronson. O ya puestos a
rematar el bochorno, las siete entregas de Loca academia de policía en
versión original con subtítulos. A lo mejor, al menos aprendían inglés.
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