LA REACCIÓN DE ÀNGELS BARCELÓ
TONI MEJÍAS
Este jueves estaba escuchando en el Hoy por Hoy de la Cadena SER los audios de Villarejo y Cospedal, donde el excomisario le cuenta a la entonces ministra y número 2 del Partido Popular que tiene pruebas que relacionan a Podemos con Venezuela, Cuba y ETA. Casi nada. Más allá de la enésima demostración de que existen cloacas del Estado y movimientos parapolíticos para frenar cualquier conato de cambio, me sorprendió la airada reacción de la presentadora, Àngels Barceló, y de los tertulianos del programa.
No por sus
palabras, que como es lógico demostraban estupor, condenaban la persecución al
partido morado y exigían explicaciones al PP por su papel en este hecho, sino
por sus reacciones sobre el hecho de que Villarejo afirmara que el informe PISA
(un informe falso que denunciaba la financiación ilegal de Podemos) era
"basura", que me parecieron un tanto hipócritas. Incluso han llegado
a decir que determinados medios de comunicación deberían dejar de existir por
difundir este tipo de información. Supongo que olvidaron que la Cadena SER dio
la noticia con pelos y señales, dedicó horas y horas de radio, subieron el
informe a su web (ahí sigue) con su propia marca de agua y todo sin contrastar
su procedencia ni sospechar de su propósito. Difama que algo queda.
Además, cuando
Villarejo mencionaba el starter pack cuñado que mezclaba Venezuela, Cuba, ETA y
Pablo Iglesias, los tertulianos y la presentadora se reían, como si esta
relación fuera exclusiva de los medios de la derecha; como si nunca hubieran
preguntado a algún dirigente de Podemos sobre Venezuela, Cuba o Bildu. Como si
el Grupo Prisa no hubiera hecho de estos dos países latinoamericanos los focos
principales de su información internacional. De repente a los partidos a la
izquierda del PSOE nunca se les ha cuestionado nada. Nunca se ha hablado en la
SER del chalé de Pablo, ni de Garzón y la carne o de la legitimidad de la izquierda
abertzale o catalana. Ellos siempre han sido objetivos y serios. Claro que sí,
guapi.
Llevan 3 años
dedicando más tiempo a las discrepancias en el seno del Gobierno que a las
conquistas sociales que han logrado, mayores o menores. Cada vez que hay una
diferencia entre Unidas Podemos y el PSOE se iluminan los ojos de Àngels
Barceló y encienden toda la maquinaria para tirarse horas y horas de tertulia
hablando del tema. Tampoco es de extrañar, visto que hace poco el exdirector de
El País, Antonio Caño, afirmó sin ruborizarse que existía un plan para evitar
que se formara el Gobierno de coalición.
Al menos este no
disimula, aunque tampoco lo hacía mucho la presentadora del Hoy por Hoy cada
vez que entrevistaba a Pablo Iglesias. Ojalá hubiera puesto la misma rabia en
señalar a Vox. Pero es más cómodo ponerse ahora las manos en la cabeza, como si
la subida del partido de Abascal hubiera sido un fenómeno meteorológico y no
gracias a los medios que decidieron abrazar la agenda de Vox como propia y que
tardaron años en llamarlos por su nombre.
Cuando los vetaron y empezaron a tener peso en Gobiernos ya dejaron los
eufemismos, pero siguen difundiendo cada disparate que sueltan como si no
hubiera informaciones más importantes.
No vengo a
descubrir el fuego. Que los grandes medios privados pertenecen en su mayoría a
fondos de inversión no es nada nuevo. Que deben defender determinados intereses
tampoco. Que sus anunciantes también deciden qué información se da o no, no es
novedad. Pero igual que tienen la habilidad de ocultar la información que no
les interesa y difundir la que sí, ya sea más o menos importante, esperaría que
tuvieran la misma destreza para no exponer tan claramente su cara dura. Porque
da vergüenza oírlos haciéndose los indignados con medios de nueva creación y
creyéndose los dueños de la verdad y del buen hacer.
Si tienes que
responder ante tus jefes y estos te marcan determinadas líneas rojas, es lo que
hay. Tal vez duermas igual de tranquila. Quién sabe si realmente piensas que
haces un periodismo impecable y crees que la objetividad existe en un mundo en
permanente conflicto. Pero a mí me parece que tomas a los oyentes por tontos,
que juegas con que la actualidad y su celeridad tape cualquier tipo de
hemeroteca y que tu altavoz te otorga el poder de ir cambiando tu postura según
el día. Supongo que el Estudio General de Medios de esta semana te ha dado más
palmaditas en la espalda. Pero si desde la radio vais diciendo que se deben
eliminar medios de comunicación que mienten, tened cuidado. Tal vez un día
llegáis a Gran Vía y tenéis todo cerrado. Pero qué va, hay mucho dinero detrás
para que fabriquéis indignación y opinión a partes iguales. Y eso se compra,
como los principios y la dignidad del periodista.
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