domingo, 3 de julio de 2022

EL PP, PARTIDO BISAGRA

 

EL PP, PARTIDO BISAGRA

ANÍBAL MALVAR

No voy a ahondar aquí en el bochorno que me deja en el paladar el servilismo mediático/político destilado durante la cumbre de la OTAN, sin hablar del solapamiento intencionado de la tragedia evitable de Melilla bajo las banderitas, las medallas, los helicópteros amenazantes y los tanques silenciosos. Pedro Sánchez ha visto respaldada por la Alianza Atlántica su tesis de que inmigración es igual a mafias y es igual a terrorismo, con lo cual ya podemos abatir migrantes cual muñegotes de feria con la bendición de la Estatua de la Libertad. Son mafiosos y terroristas,  según tan incontestable concatenación de pensamientos cristianos.

Prescindiendo de estos precedentes dramáticos y funestos, a mí me hace mucha gracia ver cómo todas nuestras brunetes mediáticas están empeñadas en convertir al PP de Alberto Núñez-Feijóo en el partido bisagra que no pudo ser Ciudadanos.

 

El Mundo decía ayer al respecto: "El sanchismo está obligado a una reflexión muy seria cuando otro de los grandes compromisos alcanzados por el presidente, en este caso con EEUU para que incremente su fuerza militar en la base de Rota, solo va a poder cumplirlo por el respaldo del PP ante el boicot en bloque de toda la izquierda antisistema".

 

También ABC apunta a esa misma necesidad de que, a partir de ahora, el PSOE busque en sus fieles aliados (tácitos) del PP calma a los quebrantos que causan a Pedro Sánchez, y a España, los bolivarianos, los etarras y los puigdemoniados: "Para aprobar la ampliación del acuerdo con Estados Unidos o elevar el presupuesto de defensa al 2 por ciento del PIB, Sánchez va a tener problemas, no con el Partido Popular, sino en el Consejo de Ministros con la extrema izquierda, y en el Parlamento, con sus aliados independentistas y proetarras. Es insólito lo que Sánchez ha conseguido: que su política exterior y de defensa dependa más de la oposición que de su propio Gobierno".

 

La Razón no se andaba con chiquitas, y titulaba su editorial colofón a los fastos: Apuesta por la defensa frente a los comunistas. "Sánchez tendrá un arduo problema para sumar con comunistas y Frankenstein, jaleados por el impostado pacifismo que conlleva una inquina patológica al estamento militar, la OTAN y Estados Unidos. Será la enésima expresión de la bipolaridad grotesca y ponzoñosa de un gabinete roto al que sujeta el férreo hilo del poder. Acudirá a la oposición como hace cada vez que sus socios le dan la espalda. Se abusa de la altura de miras de la alternativa y se demanda la responsabilidad que no encuentra en sus filas".

 

Lo de la "altura de miras" de este flamante partido bisagra en que han convertido al PP de Feijóo puede referirse al millón de euros que guardaba Granados en el altillo de un armario de su suegro, o quizá a la lealtad con la que el PP ha cumplido el mandato constitucional de renovación del Consejo General del Poder Judicial. En esto de las políticas de salón yo es que ya me pierdo.

 

En saliendo de la OTAN y reentrando en Carpetovetonia, uno saca la conclusión de que sin el PP no hay gobernabilidad que valga. Les ha faltado exigirle a Pedro Sánchez que le haga un huequito a Feijóo y familia en un chalecito anexo a la Moncloa, como el que tenía Su Emérita Majestad en Zarzuela para Corinna.

 

Ya digo que, para bromear sobre esto, hay que olvidar el trasfondo sanguinolento, esclavista y cruel que tiene detrás cualquier glamuroso evento en loor de la OTAN. Pero es asunto secundario. Ya se ha dicho aquí que, para ser de la OTAN, no hace falta saber lo que es ni lo que hace la OTAN. Solo es necesario creer y ver muchas películas de Hollywood. Que creo que es lo que le pasa a Pedro Sánchez, sino es algo peor. Os dejo, que me voy a regodear con los titulares que, en toda nuestra prensa tradicional, anuncian en portada el archivo de las causas judiciales, impulsadas por fascistas, contra la alcaldesa barcelonesa Ada Colau. No me esperéis si no llego a cenar.

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