PRÓXIMO BLANQUEO: QATAR
ANÍBAL MALVAR
El Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani (i) y el presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez (d), se saludan a su llegada al Palacio de la Moncloa,
a 18 de mayo de 2022, en Madrid (España).- J. Hellín. POOL / Europa Press
Nos informa nuestro presidente social-comunista de que Qatar no es lo que pensábamos. Afirma Pedro Sánchez que "Qatar se está abriendo al mundo y España quiere participar en esa apertura". Se está abriendo tanto al mundo ese paradisíaco régimen que a una mujer que denunció violación la condenaron a cien latigazos y siete años de cárcel por adúltera. Paola Schietekat corrió la suerte de ser mexicana y de que su gobierno presionara hasta que se retiró a regañadientes la sanción. No os gustaría que os narrara, detallada y realistamente, lo que le hubiera ocurrido en el mismo supuesto a una mujer qatarí violada. No somos un periódico gore. Y no se trata de una anécdota: el sistema judicial qatarí impone este tipo de condenas a cualquier mujer violada. No se me ocurre forma mejor de aperturismo, presidente.
Qatar tiene la
mayor renta per cápita del mundo y sufre actualmente bloqueo por parte de
Emiratos Árabes, Egipto, Arabia Saudita y Barheim por financiar el terrorismo.
Mira quién habla, me diréis. Y sí.
En España sabemos
blanquear muy bien, y esto de Qatar, con un presidente social-comunista
cantándole alabanzas al sátrapa Al Thani, es de lo más cuco que ha hecho
Sánchez en política internacional. Poco antes, nos había sorprendido al
entregar en bandeja a Mohamed VI la libertad y los derechos del pueblo hermano
saharaui. Lo hizo sin antes informar ni rendir cuentas ante nosotros, el
pueblo, ni ante sus socios gubernamentales (vaya papeleta para Podemos, que
diría mi madre) ni ante sus apoyos parlamentarios. Dejo correr vuestra
imaginación para que adivinéis a quién sí informó.
A fuerza de ser
sinceros, cual decían los antiguos, una cultura que ha pasado más de cuarenta y
cinco años blanqueando el pestilente borbonismo bien puede darse una alegría y
blanquear también al emir de Qatar, que es muy aperturista porque deja conducir
a las mujeres antes y después de latigarlas.
Ahora parece que
nuestro Juancar regresa a mi Galicia a regatear (esta vez no a regatear
comisiones, como cabría presuponer, sino los mares). El presidente popular de
la Xunta de Galicia, donde se alojará el desmeritado emérito, ha clamado que su
visita pondrá a Galicia en el mapa. Sí: toda la prensa internacional se
asombrará de que el emérito corrupto vuelva de rositas y aplaudido a su reino
estafado, y sacarán la equivocada conclusión de que España no es una democracia
plena, recordarán al gallego Franco como si siguiera vivo, y nos pondrán en su
mapa de monarquías bananeras, pues no alcanzamos ni a ser bananera república.
También estamos
blanqueando a la ultraderecha con mucha más gracia y entusiasmo que nuestros
homólogos europeos. Parecemos las goyescas lavanderas que podéis ver en el
Museo del Prado entre mitin de Abascal y mutismo de Feijóo, ambos atronadores.
Y ya, si nos
ponemos abueletes, mantener a nuestros asesinados en las cunetas, y el Valle de
los Caídos en nuestro paisaje, son dos excelentes formas de blanquear el
franquismo.
Por tanto, no nos
debe sorprender que nuestro presidente asaltaconventos y bolivariano acepte
blanquear las dictaduras qatarí, marroquí y las que haga falta como animales
democráticos de compañía. Lo que sucede es que, en este caso, el chiste hay que
leerlo con menos prepotencia de la acostumbrada: los que tienen petróleo y gas
natural son la vieja marquesa que pasea y nosotros somos su yorkshire, su
pequeño e insignificante animal de compañía.
En pocos meses,
Pedro Sánchez ha orientado el antifonario dos veces hacia La Meca (que tantos
recuerdos ferroviarios le traen a nuestro Juancar, ay). Con Marruecos por el
Sahara y ahora con Qatar. Dentro de poco lo escucharemos decir que el batallón
Azov es como la Cruz Roja ucraniana.
Dios que buen
vassalo / si oviesse buen señor, que dirían los anónimos. El socialismo español
siempre se ha equivocado de señor a la hora de practicar sus sucesivos
vasallajes. Con sus cien años de honradez, nos quieren hacer olvidar que el
socialista Largo Caballero formó parte del Consejo de Estado del dictador
Miguel Primo de Rivera. Ahora al líder del PSOE no le importa vender la carta
de los derechos humanos de 1948 en el zoco qatarí a cambio de unas baratijas de
petróleo y gas. Los adalides de la realpolitik nos dirán que tenemos que
comernos esta mierda para garantizar que estén calientes nuestros hogares. Pero
yo estoy convencido de que la carta de los derechos humanos calienta más los
hogares que cualquier estufa alimentada de petróleo esclavista, machista y
asesino. Son ideas peregrinas. Ya lo sé. Pero quería echarlas de la boca.
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