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(La tierra de mis antepasados
no la vendo jamás)
MANUEL DÍAZ GARCIA
Soy artevigueño por
los cuatro costados
porque aquí he nacido
y aquí me he criado
del colono llevo el
apellido y la lengua que me han dado
No alzo el puño y
tampoco busco rebeldía
no soy un paria y
aborrezco la tiranía
del que llega
creyendo muerta y enterrada la raza mía,
soy heredero del
noble Gumidafe y de su valentía,
orgulloso grito y
aclamo a los cuatro vientos,
en un almogarén nació
mi gente, sentimientos
de un pueblo que no
sucumbió a la desidia y los tormentos
de los que aquí
llegaron proclamado nuevos mandamientos.
Ocultos en las rocas,
ocultaron su historia
esperando el día de
devolverla a la memoria
y hoy en Risco Caído
hay un altar hacia la gloria
que anuncia y
proclama de mi gran raza la victoria.
Hasta mi tierra en
sagrada peregrinación,
venía Atindamana, y
aquí dejó su corazón,
tierra mía, de
hombres y mujeres grandes, que con gran tesón
y a la lumbre de la
cueva, mantuvieron viva la pasión,
por el cantón mágico
que los alimentaba,
trigo, cebada, la
raíz del helecho se tostaba
y al rico gofio,
queso, que según las crónicas se afamaba,
agua por todos los
nacientes, lana y lino los abrigaba.
Bendita sea mi
tierra,
Artebirgua,
y benditos sean los
artevigueños
que vivo,
mantuvieron el valor
de los isleños.
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