LOS TRIUNFOS EN DERROTA
DE MAY Y CIFUENTES
ROSA MARÍA
ARTAL
El número dos de Cristina Cifuentes, Ángel Garrido,
junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid MARTA JARA
Theresa May adelanta elecciones para contar con más
respaldo y pierde la mayoría absoluta que le dejó Cameron. Anuncia que dimitirá
si queda con 6 escaños menos, se deja el doble en las urnas y se dispone a
formar gobierno. Liar,
liar,
le canta la canción. Esa pasión
común de la más cerril derecha por hacer de la mentira su asidero de
gobierno.
A Trump le ha plantado cara James Comey, el director
del FBI que destituyó cuando indagaba en la presunta trama rusa. Acusa al
presidente de mentir y de difamarle a él y a la agencia. El bravucón queda
empequeñecido y al descubierto por un hombre que le pasa dos cabezas, en el más
amplio sentido de la palabra. Soplan ciertos aires de cambio y estos ejemplares
de la política de la involución no se enteran o hacen como que no se enteran.
Menospreciaron a un Corbyn que ha recuperado la cifra
récord de 31 escaños para el laborismo. Le atacaron a fondo la derecha política
y la mediática. Aún siguen en la tarea: las elecciones son un
error… cuando no
salen a gusto del mando. Todavía rezuma aquel artículo que hermanó a
Corbyn, Hamon y Sánchez, en el abismo. Y la manía de la gente de quejarse cuando le roban
la cartera, el futuro y los derechos. Eso a lo que llaman
"populismo", insuflado en las almas descarriadas que no se
conforman en votar como el que va a misa. O al fútbol. ¿Saben cómo bautizaron a
la prensa de esta tendencia en la web ' La página definitiva'? Los letizios, mucho más fashion
que compi-prensa.
España, el reducto de las esencias conservadoras y
alguna cosa más. El laboratorio para probar y testar. O para enfrascar y
ensuciar si nos apartamos de lo conveniente. Por fin los letizios y la Caverna
en general tienen a su Puigdemont, su referéndum, su fecha y su pregunta, y
meses para machacar con ello. Votar es tan peligroso. Y el cielo informativo se
cubre de un manto que no deja ver el sol de cualquier otra noticia. Los robos,
las amnistías fiscales, los ministros en la cuerda y esas menudencias.
Ni a Cifuentes. La moción de censura que le presentó
Podemos no pudo ser más útil: mostró a la presidenta de la Comunidad de Madrid
y al PP que preside en toda su crudeza. Una derecha prepotente, rancia,
manipuladora y agresiva, de la peor especie y época. El hábito de modernidad,
de tenerlo, no ha hecho al monasterio al completo.
Una derecha tan original que ataca los informes,
documentados, de la Guardia Civil. Los que implican a Cifuentes en los delitos
de "prevaricación continuada y cohecho". No son a vuela pluma o
inventados como los quiere hacer pasar.
Vean el análisis de Ignacio Escolar que lo explica.
Cifuentes se sentó en su escaño a evidenciar el
profundo desprecio que le inspiran los representantes electos de Podemos, en
particular Lorena Ruiz-Huerta, su portavoz. La presidenta de la Comunidad de
Madrid se permitió estar charlando y riendo con sus compañeros, mirando el
móvil ostensiblemente, tirando los papeles que le entregaban, y rebuscando en
sus bolsas depositadas en el suelo. Ni todos sus afeites disimulaban su mala
educación.
Desde la altura en la que ella se ve, no se dignó
responder a la moción. Lo hicieron un par de portavoces. El primero, Ángel
Garrido, lanzó un alucinante tratado sobre cómo se ponían de largo las jóvenes
ricas de la época franquista que debe sonar a cuentos del abuelo a media España
de hoy. Era "con su primer traje de etiqueta", en un baile que
suponía "su consagración como señorita". Apostilló que eso ocurría,
sin embargo, a una edad que Ruiz-Huerta había sobrepasado con creces. Cifuentes
en declaraciones a la prensa –con la que sí hablaba– alabó la "fina ironía
de su portavoz que no todos comprenden". Fina ironía de ForoCoches. O de
ForoTartanas.
Garrido se alternaba con Enrique Ossorio quien acusó a
los miembros de Podemos de ser "todos pederastas, abusadores sexuales,
defraudadores, nazis y narcotraficantes", entre otros graves delitos. Paradójico.
Ossorio formó parte del Consejo de Administración del Canal de Isabel II. Y se
sintió muy ofendido, junto a todo el grupo del PP y la misma presidenta, cuando
Ramón Espinar les dijo que aplaudían a corruptos. Su dignidad herida les hizo abandonar
en pleno el hemiciclo. Madrid no
se merece un gobierno así.
Para los amantes del periodismo letizio, alguien de
Podemos dijo "Cristina I, la loca", lo que llevó a ser destacado en
la misma proporción. En el curso de "rifirrafes" bochornosos a
partes iguales. Lo que ocurrió fue que otro portavoz de Podemos, Jacinto
Morano, remitió al "no ha pasado nada" de Jorge III cuando se firmó
la independencia de EEUU en 1776. Dado que era conocido como el Rey loco,
anunciaba el mismo paralelismo con Cifuentes.
Con todo el historial del PP de Madrid, sus tramas de
corrupción múltiples, los episodios flagrantes como los que rodean al Canal de
Isabel II o el escándalo de la Fiscalía, una política prudente se hubiera
comportado siquiera con más humildad. Cuando ya se sabe de las subvenciones
ideológicas –o de grupo de intereses– del PP a la prensa afín. Cuando
profesionales de la sanidad pública madrileña han de rogar medios, incluso en
UCIs pediátricas, la arrogancia de Cifuentes y su trasnochado coro de ofensores
son un puro chirrido. Produce desazón pensar en qué manos estamos.
El PP de la manipulación informativa. Telemadrid no
retransmitió la moción de censura a la presidenta de la Comunidad. Por la tarde
emitió dos westerns, Las pistolas del Norte de Texas y Duelo en
santuario, según su escaleta. Ambas producidas en los años 60' del siglo
XX, tiempo en el que parecen vivir en el PP de Madrid. Dio avances en La Otra,
segunda cadena, que cuenta con 0,7% de audiencia.
Ciudadanos votó en contra de la moción de censura como
estaba previsto. Su apoyo al PP siempre está previsto. Y el nuevo PSOE se
abstuvo porque no era el momento ni el modo de la moción, dicen. Y así este PP
sigue al mando de asuntos de trascendencia para la ciudadanía. Hay veces que no
se entiende que a esto le llamen política.
Trump empieza a estar tocado. May tiene los días
contados, ni su partido le perdonará la debacle. Con la negociación del Brexit
de por medio podrían ser necesarias hasta nuevas elecciones. Y hay una
alternativa laborista en Corbyn que se ha fortalecido, a pesar de las
zancadillas.
Los ultraderechistas de UKIP han quedado fuera del
Parlamento británico. El Frente Nacional de Marine Le Pen, en Francia, sigue
noqueado. El PP español aguanta en sus incontables soportes. Algunos de ellos
poco defendibles. A no ser con la teoría expandida por las pantallas de que es
preferible un corrupto a un "comunista", que en la terminología
patria es cualquier no conservador.
La dirección del viento cambia de rumbo. Y nunca se
sabe si la nave que se va, volverá a pasar
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