PEDRO SÁNCHEZ, ¡NO
VAYAS!
POR LLUÍS RONDA
¿Para
qué han servido, Sr. Sánchez, estos clásicos debates duales tan solemnes como
insufribles? ¡Mire cómo está el país! ¡Mire cómo está el mundo!
La
herramienta del político son sus “palabras”, forjadas, originadas, nacidas de
sus “ideas”. Saber comunicar, expresar, plasmar tal argumentación a la sociedad
es motivo de virtud i de talento, a través del cual la sociedad dota de
autoridad al político.
Pero
ocurre que la persona consciente, comprometida, rápidamente advierte el
discurso precocinado, se percata que las palabras no surgen de la mente de
quien las dice sino del papel escrito por algún asesor, y en esos casposos
debates a dos por TV, apercibe las formas, el maquillaje, la indumentaria, el
entorno, las preguntas, las respuestas, el moderador… todo está
convenientemente pactado, y la gente ya está harta, harta de tanta mentira, de
tanto teatro, de tanto ping-pong, de tanto marketing, de vender ideas sin
garantía. Estamos hartos de tanta estrategia que solo sirve para vencer, para salir
airoso de un debate y no para abrir caminos de justicia social por la acción
política.
¿Para
qué han servido, Sr. Sánchez, estos clásicos debates duales tan solemnes como
insufribles? ¡Mire cómo está el país! ¡Mire cómo está el mundo! La gente está
harta de tanto servilismo a las empresas de la financiación y la corrupción,
hartos de tanta prensa vomitiva de la parcialidad y la indecencia periodística,
hartos de una justicia politizada, hartos y más que hartos de todo, Sr.
Sánchez.
Déjense
ya de “imitar” modelos de debate de otros y sean Vds. modelo de virtud, de
diversidad y de respeto.
El
cambio ha de ser radical, y el “verdadero socialismo” sabe de estas cosas.
Abandónense asesores y estrategas, dejen ya de “preparar” el discurso,
¡Prepárese la persona!
La
gente atenta sabe cuándo aquello que se habla sale de la mente del orador y no
de un papel escrito por otro. La dimensión humana de la política permite la
espontaneidad, la naturalidad, incluso la equivocación, siendo así que el
receptor “entiende” el mensaje porque le llega a su corazón, aunque quede cursi
decirlo.
Debates,
plurales, cuantos más mejor. El político se mide por su capacidad de
comunicación que impregna confianza, la confianza que dota de poder y que en
estos momentos el pueblo ha perdido.
Anule
su debate con Rajoy, Sr. Sánchez, e invítelo a otro más acorde a estos nuevos
tiempos que reclaman una transformación urgente y radical, y esto sólo se
consigue conociendo la realidad de los problemas, de las gentes, del mundo. La
razón está en la diversidad, Sr. Sánchez, dígale esto a Rajoy y no vuelva a las
andadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario