EL PARTIDO DE RAUL.
L Soriano
A sus 81 años, este intrépido segundón, sería una patética caricatura de un bananero corrupto y ¿mujeriego?, al que la edad se le echó encima para disfrutar algo del tronito que su malvado hermano siempre le hurtó.
Hace algún tiempo, en ese teatro de títeres donde se mueve, salió a decirnos que las cuentas no le salían. Así, le dio una vuelta de tuerca más a ese pueblo cubano que se niega a echarlo a patadas, y otra a los inversores extranjeros a cambio de que explotaran un poco más a los trabajadores del Turismo y a las Jineteras sin salida. Y es que en Cuba, o lo que es peor, de Cuba, no se puede salir, y eso es lo que debe marcar la diferencia entre los que tanto claman por arreglar algunos de los problemas graves de este mundo.
Los progres, que como saben quién me conocen para mí no son más que una caterva de retrógrados a los que les chifla una dictadura, si ellos están arriba, se niegan a condenar a Cuba. Algunos como Moratinos, les cambiaba presos por millones de euros, con lo que el monstruo de Biran de Mayarí y este hermanito disminuido, se dedicaban a encarcelar a muchos para negociar la suelta de algunos.
Ahora, desde Bardem hasta Llamazares y la patulea mafiosa que aun lo justifica, dirán alguna barbaridad desde territorios constitucionales y si les peta, le pegaran un escupitajo al Derecho internacional y al derecho Natural.
No quiere partidos Raúl, la voz de su amo y hermano, con el suyo ya hay bastante no sea que los vayan a echar y tengan que encarcelar a los pocos que quedan, semilibres para vegetar y morir, nada más. El derecho a morirse aun no se los han quitado, parece. Ya lo decía Lenin ¿Libertad, para qué?, y vaya si lo aplican al pie de la letra los Zipi y Zape Cubanos.
La historia no absolverá al hermano, ni recordara a esta triste fotocopia borrosa y decadente mucho más que a Pol Pot. Pero a los que esperaban que ahora habría movimientos en Cuba, les recomiendo recuerden a Churchill, “tendrán la indignidad y después la guerra”. Los multimillonarios dirigentes y sus familiares dispersados por todo el planeta agotando las reservas de Ferraris y Champagne, han perdido la batalla interna. El Régimen sigue y se perpetúa, al menos eso pretenden unos pocos irredentos que de momento van ganando. Pobre Cuba, pobres cubanos y malditos los que los que defienden y apoyan a ese régimen de horror.
A Reflexionar.
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