ELECCIONES EN
VENEZUELA: MILEI, CON MARÍA CORINA MACHADO, LA DEMOCRACIA, CON NICOLÁS MADURO
JUAN
CARLOS MONEDERO
Foto de archivo de Nicolás Maduro
La inflación en Venezuela en mayo fue la más baja en los últimos 20 años. Venezuela lidera el crecimiento económico en la región (4%). El bolívar es la segunda moneda con menos variación de América Latina y sólo en 2024, Venezuela, que era un país rentista petrolero, ha registrado 939 nuevas marcas de productos hechos en el país (un país que importaba el café, ha registrado sólo este año 113 marcas nacionales de café). Basta echar una ojeada a las gruas-pluma en Caracas para ver que la construcción, motor económico, está a toda velocidad en la capital.
En
una reunión hace tres meses con sectores empresariales en Ciudad Bolívar, el
presidente de Conindustria, como era común, desafió al presidente de Venezuela.
Pero, a diferencia de otros momentos de la historia reciente del país, lo hacía
en una dirección contraria a la tradicional (recordemos que el golpe contra
Chávez en 2002 lo dirigió la patronal): "Presidente, perdone que le
contradiga. No vamos a crecer al 8%: vamos a crecer al 10%". Y apostilló:
"y si siguen las sanciones da lo mismo: vamos a seguir invirtiendo en este
país". Si la patronal está con Nicolás Maduro, las perspectivas de la
oposición no parecen muy halagüeñas.
Una
señal que no falla para medir la desesperación política es cuando las fuerzas
políticas de la oposición tienen que empezar a mentir de manera descarada. Como
todo en la vida, hacer comulgar con ruedas de molino tiene un límite.
Aunque
los tuyos estén dispuestos a aceptar a los zancudos -que es como llaman a los
mosquitos en el Caribe- como animal de compañía. Esto es válido para Venezuela,
España o EEUU. Si el sentido común no está contigo, no te sirve ni toda la
plata del mundo. Cuando entras en esa espiral, empiezas a bordear el ridículo.
Se ve con los vaivenes de Feijóo con VOX. Se ve con los vaivenes de la
oposición con Maduro.
Esta
semana hemos visto a Biden y a su equipo repitiendo que estaba perfecto de
salud, que los evidentes desastres en el debate o en los mítines eran
casualidades y que, aunque fuera con suero y oxígeno, iba a ir hasta el final.
Quedan horas para que Biden renuncie y los demócratas intentes en estos meses
recuperar la distancia con un Trump cuya campaña, incluidos luchador
hollywoodiense y francotirador con mala suerte, parece diseñada por los guionistas
del Equipo A (la Brigada A) o de una película de Rambo.
En
Venezuela está ocurriendo otro tanto, aunque allí la oposición tiene el apoyo
que no tiene, por ejemplo, la extrema derecha europea. En algún momento alguien
tendrá que explicar por qué a los que les asusta Le Pen, Orban o Abascal, los
que se estremecen con Milei, no se asustan con María Corina Machado, que es más
desvergonzadamente extremista y violenta. Por que Abascal no ha pedido la
intervención militar de Putin en España, pero Machado sí ha pedido la
intervención militar de EEUU en Venezuela.
Hay
algo en lo que, evidentemente, se parece Corina Machado al PP. Igual que cada
secretario general de la derecha española ha pedido a Europa que retiraren las
ayudas a España, Machado ha apoyado las sanciones a Venezuela, celebrando,
incluso, que los niños y los ancianos del país no pudieran recibir las vacunas
del COVID. María Corina Machado e Isabel Días Ayuso, se parecen mucho.
El
descaro de las mentiras de la derecha venezolana ha apretado el acelerador.
Creo que hay que dejar de lado los temas de salud del candidato de la
oposición, Edmundo González, aunque recuerda demasiado a lo que le está pasando
a Biden. González es una persona mayor, que colaboró en el golpe contra Chávez
hace más de 20 años y que no tiene la frescura de hace unos años. Como la
derecha venezolana se está matando a la interna, Machado insistió en que fuere
Gonzáléz. Por fortuna para ellos, solo queda una semana de campaña y sus
ausencias no se van a notar tanto. Pero que ya no le queda fuelle parece
evidente.
Yendo
a lo más relevante, tenemos que la oposición ha grabado un vídeo de cómo,
supuestamente, le habrían destrozado al equipo de María Corina Machado el coche
de la candidata mientras dormía.
Qué
curioso que la multitud de guardaespaldas que la acompañan no escucharan nada
estando los coches en la puerta de donde dormían. ¿Cómo es que no sonaron las
alarmas de los vehículos? Tampoco ninguna cámara ha captado nada, y eso que el
lugar estaba lleno de cámaras. Suena a invento que solo pueden creerse los más
fervientes seguidores. ¿Pero qué más da si luego sus medios de comunicación
iban a contar lo que hiciera falta? Hemos visto esta semana que los medios de
la derecha titulaban: "intento de asesinato de la candidata antichavista?
También
andan mintiendo sobre lo que dijo el Presidente Nicolás Maduro en una reunión
estos días. Fue bastante claro cuando ha advertido que quienes traerían una
guerra civil, en el improbable caso de que ganaran las elecciones, serían los
fascistas, no él. Madur dijo exactamente: "El 28 de julio, si no quieren
que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida
producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande
victoria de la historia electoral de nuestro pueblo".
Sin
embargo, todos los medios que apoyan a la extrema derecha europea, que han
construido mediáticamente a la persecución judicial del PSOE, de Podemos o de
la izquierda en cualquier país, los mismo medios que apoyan el genocidio en
Gaza, mienten, como siempre, y dicen que quien ha prometido una guerra civil es
Maduro. Menudos mentirosos.
Pero
la cosa no queda ahí. Resulta que la Plataforma Unitaria ha dicho que no va a
reconocer los resultados electorales que emita el Consejo Nacional Electoral,
el árbitro constitucional para proclamar el resultado. Vamos, en la misma
estela de Trump, Feijóo o Abascal, que solo admiten como resultado la victoria.
Da igual que el sistema electoral venezolano sea de los más fiables del mundo,
que el sistema se audite antes, durante y después de las elecciones, que vayan
a estar como observadores tribunales electorales de toda América Latina y
observadores de varios continentes. Pero ¿cuándo le ha interesado al verdad a
la derecha? Y no vale decir que la Unión Europea no ha sido invitada como
observadora. ¿La Unión Europea que reconoció a Guaidó, que se autoproclamó en
una plaza? Si Puigdemont se hubiera proclamado President en la Plaza de
Catalunya le habrían mandado desintegrar. ¿La Unión Europea que no impone
sanciones a Israel y mantiene las sanciones a Venezuela? Vayanse un poco de
paseo. Llevamos veite años donde la democracia ha desaparecido de Europa.
Miremos qué está haciendo Macron en Francia.
Tengamos
algo muy claro en Venezuela: cuando la oposición empieza a decir que pueden
desconocer el resultado de las elecciones, es que saben que las encuestan no
les son favorables.
Los
vídeos queriendo aparentar que sus mítines y sus marchas están llenos de gente
no les funcionan y es el chavismo el que está logrando movilizando a la gente
como en los tiempos de Chávez.
A
la derecha venezolana siempre le quedará el apoyo de Cayetana Álvarez de
Toledo, la que ha apoyado a la corrupta Keiko Fujimori, al corrupto Bolsonaro,
al delincuente y desfalcador Trump, al asesino Uribe, a la mentirosa Xotchil
Gálvez, la que ha insultado a Lula, a López Obrador, a Claudia Scheimbaum, a
Néstor Kirchner, a Cristina Fernández y, por supuesto, a Pedro Sánchez, Pablo
Iglesias o Ione Belarra.
Después
del revolcón que sufrieron las derechas globales en México, necesitan una
victoria para acompañar al demente de Milei, que parece que lo van a sacar en
helicóptero de la casa rosada más temprano que tarde. Quieren ganar en
Venezuela o prenderle fuego.
Cuidado
demócratas del mundo: la derecha quiere ganar en Venezuela para ponerla del
lado de Milei o prenderle fuego al país.
La
demócrata Cayetana, en el momento en el que más dura era la lucha callejera en
Venezuela, celebró que un policía ardiera por un cóctel molotov. Si era un
policía del gobierno, merecía arder. Eso es terrorismo, ella que gusta de
llamar terroristas a los demás. Si un político venezolano hubiera dicho, cuando
el atentado de Hipercor, que en ese centro comercial brillaba el corazón de España,
lo hubiéramos puesto de inmediato en el aeropuerto. Es lo que hizo ella en
2017. La derecha es muy sinvergüenza. Cayetana ha dicho que va a ir a las
elecciones en Venezuela a luchar contra Nicolás Maduro. En España no le
dejaríamos entrar en el país. Lo justo es que allí pase lo mismo.
En
conclusión, las mentiras de María Corina Machado no parece que le vayan a
servir para ganar las elecciones. Su principal apoyo son los medios
internacionales. Es tiempo de despertar. Es bueno que la gente decente no se
crea las mentiras de la extrema derecha venezolana. Con un Milei hay bastante.
Incluso
ya es demasiado.
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