ESPAÑA-AÑAPSE
JOSU AIZPURUA
Es público,
histórico y notorio, que hay Dos Españas, y una ha de helarte el corazón ¿Y por
qué?
¿No sería mejor dar
su espacio a cada una y centrarnos en las cosas de comer?
Yo siempre pensé que sí, y desde mi AÑAPSE
aporté a la solución lo que pude, hasta que ya en el 82, convencido de la
inutilidad de aquel Sistema78, primo hermano del Sistema39 y con una
incorporación de basura política camuflada de resistentes antifranquistas que
nunca lo fueron, con 36 años me fui a cuidar de mis hijos y retirarme de lo
político. Nunca me he arrepentido de ello.
Y así se lo comentaba a mis compañeros de banco bajo el árbol, que ahora están felices pues les bajan la gasolina 20 céntimos, unas pocas pelas de las de antes, pero como no tienen coche; agua de borrajas.
Porque de Añapse,
nadie se preocupa, solo Marlaska para meterlos en cintura.
Y ahí está la
Puerta de Alcalá: sin un SistemaXXI en el que estén representadas las Dos
Españas, y ninguna sea la mala, un Estado será inviable para ciudadanos
tan variados como los peninsulares, segmentados por Historia, clase,
nacionalidad e idioma. Nada hay en ellos de unitario, y para su regencia es
precisa una absoluta neutralidad y unos horizontes sinérgicos y transparentes.
La Casta ahora cae
en la cuenta de que su política colonial en Cuba y Filipinas fue un desastre,
pero la repite en Sahara, Ceuta y Melilla, e incluso en Canarias; la empeora.
En Canarias, el
avestrucismo hispano, solo ve “españoles”, y ¿Dónde están los descendientes de
los wanches, de aquellos alzados que se fueron a las montañas? Como les
arrebataron sus nombres y los rebautizaron castellanos, prohibiéndoles su
lengua, no se distinguen, pero están ahí, junto a los republicanos del 36,
junto a los eternos pobres sin futuro, y a los que marginó el sistema godo y no
tienen ni Historia ni pasado en que basar sus ensoñaciones.
La imprescindible
Regeneración de España para entrar en el siglo XXI vestida de Estado adecuado a
los de la UE: nunca se produjo. Arrastraron el carro francofascista sobornando
a diestro y siniestro para que sus esencias castellanas de Alfonso X se
mantuvieran incólumes y los malditos de Añapse desaparecieran de su vista.
Y aquí seguimos los
de Añapse, mareando la perdiz, sin encontrar caminos de futuro, encabronados
más con los nuestros que con los de enfrente. Incapaces de adaptarnos al siglo
XXI europeo y de poner unas bases de urnas de Añapse, honradas e
integradoras de todos sus elementos para tender la mano a una catarsis
histórica con los de España.
Pero eso es propio
de seres inteligentes y aquí abundan los zoquetes.
Una República sanadora, es nuestro último tren hacia el futuro-
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