EL XOKAS: ENTRE LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN
Y EL REPLIEGUE PURITANO
NAIARA DAVÓ
Diputada de Unides
Podem en las Cortes Valencianas
"Yo cuando salía de joven bebía zumos y me hacía amigo de las camareras [comentario en de un usuario del canal de El Xokas]. [Respuesta] Ehhh, eso es un trucazo. Hay mucha gente así. Yo tengo colegas que no beben y que eran muy así. De ir a ligar con pibas y además se divertían mucho llevándose a pibas que estaban colocadas, y él no estaba colocado, es mucho más fácil […] era un crack, un fuera de serie".
Este fragmento de un stream de El Xokas se ha hecho viral. Nos ha llegado por WhatsApp, por Twitter, por Instagram. La voluntad manifestada por el streamer es la de comunicar un truco para ligar, en una clara vocación de presentarse como un gurú que aconseja a los chicos jóvenes para tener éxito con las mujeres. Un truco considerado de "crack", por lo tanto, un modelo a imitar y que debe generar admiración social.
Un día habrá que
hablar del por qué de la proliferación de técnicas de ligar en las distintas
redes sociales y de pseudo-psicólogos autoproclamados expertos en el
comportamiento humano que venden la capacidad de manipular la voluntad de las
mujeres para que todas caigan en brazos de cualquier hombre. Una forma, más
light o no, de aproximarse al ligoteo que popularizaron películas como Hitch y
que se han tratado en series, como en el episodio de Black Mirror Blanca
Navidad. Existe un poso inquietante de público incel que se agarra a este tipo
de negocios basados en la psicología del comportamiento para creerse con una
especie de superpoderes para "seducir" (manipular) a otras personas,
pero en el que jamás hay un respeto sincero hacia la mujer, ni tampoco hacia el
acto mismo de ligar. Pero hoy nos vamos a centrar en particular en el caso de
El Xokas, porque tiene otras derivadas más importantes y unas consecuencias
diferentes.
Las palabras de El
Xokas son claramente una invocación de una conducta delictiva penada en el
artículo 181 del Código Penal. Esperar, planificar de antemano, que una mujer
esté colocada para aprovecharse del estado
provocado por las sustancias que haya consumido es cultura de la
violación. Muchas compañeras ya han desplegado un valioso argumentario sobre
esta dimensión de las afirmaciones de El Xokas, como recientemente Nagua Alba
en este mismo medio. La búsqueda activa de la anulación de la conciencia de una mujer, aunque sea mediante sustancias
permitidas como el alcohol, es una búsqueda implícita de la anulación
(entorpecimiento, dificultad) del posible consentimiento o no para mantener
relaciones sexuales. Hay poca discusión sobre esta dimensión, incluso defendida
entre las propias palabras de aquellos que creen defender lo contrario. Por eso
todas debemos reaccionar ante este tipo de actitudes, que nos presentan y nos
ofrecen como un trozo de carne. Y no sólo nosotras, también los hombres pueden
reivindicar la necesidad de detener estos comportamientos, que quedan lejos de
"ser un truco de crack" y se acercan más a "ser un triste".
Además, a la
cultura de la violación no se le puede responder con un regreso al puritanismo
que criminaliza a las mujeres que beben. Ha habido una cierta tendencia a
afirmar que una mujer que bebe un par de copas no es capaz de seleccionar con
quién se acuesta, para dibujar algo así como una nueva oposición entre el
celibato de la mujer sobria contra la promiscuidad de la mujer ebria. Intentando
reproducir viejos estigmas de la sociedad puritana de mujeres obedientes y
respetables contra las mujeres desenfrenadas y libres. Para empezar, no tiene
ningún sentido, ni es deseable, establecer una frontera entre ebrias y sobrias
( y ebrios y sobrios) en un contexto de ocio y fiesta nocturna.
El problema no es
que una mujer esté ebria en un contexto de fiesta, el problema real es que se
ha normalizado que es legítimo aprovecharse de las mujeres ebrias para
satisfacer los propios deseos como si fueran objetos de consumo. Que ligar como
un crack no es cruzar miradas, acercarse, la incertidumbre y el nudo en el
estómago, el deseo de ambos en sus ojos y sus cuerpos, sino que consiste en
aspirar a encontrar a alguna mujer suficientemente bebida. Cultura de la violación,
del abuso, de estar siempre a disposición para el goce del hombre y no para el
goce propio y compartido, porque se nos anula ser sujetos, ya no sólo activos,
también pasivos.
Así que la lucha y
el grito es por la libertad. A la cultura de la violación no se le responde con
una cultura puritana, sino con una cultura feminista.
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