Y LA FARÁNDULA SE SUBLEVÓ
POR MAITÉ CAMPILLO
“… estoy de bruces: enraizando el miedo…” (frase profunda del poema ‘Historia’ del dramaturgo y director vasco-argentino Carlos Gorostiza) El que en 1981 se convierte en uno de los principales promotores de “Teatro Abierto”, movimiento de resistencia cultural creado por la gente de teatro prohibida por la dictadura: <<Yo cuestionaba el teatro retórico y me quejaba de la falta de obras que hablaran de nuestros temas, con nuestro lenguaje. ¿Por qué no hacemos una obra que transcurra en la calle, en una esquina?>>. No hay duda de que Carlos Gorostiza (1920-2016) dejó su legado y nombre escrito en la historia. Consiguió brillantemente plasmar los textos recreados en su mente y amplió alternativas en la ya inquieta farándula incluso en aquellos sectores aferrados en leer sólo los clásicos para establecer un índice y es que no hay nada como abrirse a su obra y asomar a su deambular por los caminos apuntalando futuro cueste lo que cueste.
Todo está cargado en la memoria
Hubo un punto en el
planeta que albergó el caso más sonado del mundo en cuanto a la implicación
políticoantifascista de la farándula, se produjo en 1975 en el Estado español,
impulsado por la Unión Popular de Artistas (UPA) una de las organizaciones
adheridas al FRAP. Y es que siempre se encuentra un espacio de libertad donde
hacer crecer la esperanza y solidaridad. Surgió de una idea entre la militancia
comprometida del gremio, en uno de los grupos, en este caso teatrista-musical
‘Las madres del cordero’, entre ellos Lola Canales y Antonio Piera, de
entrañable estela que de seguro tuvieron mucho que ver. Hace unos años que
Piera falleció, sin embargo su perfil y personalidad se mantiene erguida, sigue
alumbrando entre los que le conocieron, su don especial de empatía y
comunicación tenía una chispa de alegría y vida que te involucraba sin mucho esfuerzo,
era apasionado no solo como actor y músico en su propio caminar diario. Le
llegué a conocer en otro país donde se encontraba exiliado, en el mismo que
conociera a otro periodista, el canarión Jose Luis Morales, de similar catadura
e inquieta entrega, en ambos casos, se encontraran donde estuvieran su
dedicación y compromiso se hacía notar. Ver juntos a Piera y Lola Canales
compañera de batallas escénicas y vida juntos (en alguna acción) era
encontrarse con un caudal de derroche enérgico, se reforzaban en creatividad
vital como un resplandor en complicidad ampliada, ambos ingeniosos sobre una
enseñanza y ejemplo de desarrollo cultural transmisores de un impulso
optimista, al pie siempre de la cima dispuestos a entregarse en todo. Cierto
que yo los veía desde esa precoz adolescencia idílica, pero pude comprobar años
después que seguían siendo ellos mismos. El caso de Piera como lo fue el del
camarada condenado a muerte Vladimir F. Tobar, ambos en diferentes prisiones,
no solo compartieron y acompañaron momentos duros de cárcel (con parte de lo
que más quiero) sino que se integraron en nuestro batallar familiar. Con Piera
trabajé en lo que él ya llevaba por estudios y edad, tiempo entregado como
periodista, además de reforzarme en las artes escénicas me involucró en uno de
los tantos frentes que desarrollaba, me encontraba en ese estado adolescente
deseoso de participar en mil batallas aprendiendo de él, realizando entrevistas
para la Agencia de Prensa ‘España’ Popular, adherida a dicho Frente. En el
mundo artístico tenía muchos contactos, hablo antes de que yo lo conociera ya
en otro país peleando la misma causa; pongamos que ahora, hablo de Madrid,
donde desarrolló junto a otros compañeros de farándula la respuesta al fascismo
más contundente que se haya conocido.
De ese descontento
político y situación laboral surge la idea que empezó a agrupar y sumar
compañer@s simpatizantes y camaradas para luchar desde las tarimas, tablas
escénicas con el teatro como bandera y el apoyo de la prensa escrita en
revistas, boletines, hojas informativas, agencia de prensa, todo lo disponible
que se pudo dentro del Frente y que a su vez surgía nuevo de los grandes apoyos
que se iban sumando. Las grandes carencias, desigualdades en que se vivía
laborales y políticas, eran parte de la realidad de una agresión que hacía
imposible cualquier coexistencia pacífica, reforzó la conciencia en este caso
por la dignidad de ser artistas, en rechazo del fascismo absoluto reprimiendo
todo desarrollo e implicación social, las precarias condiciones laborales y
censura contra la libertad de expresión. También está la conversación en la
cárcel de Jaén, entre Ángel Campillo (Edu) dirigente político del mismo partido
de Piera, ambos encarcelados, que Edu conoció en una de las tantas prisiones por
donde rodó a mil kilómetros prácticamente de su familia –pregunta a éste, el
inquieto dirigente, estando juntos en la cárcel de Jaén–, ¿cómo es que formaron
la UPA a través de Las madres del cordero? ¡Y!, el proyecto cuajó camarada;
unos se integraron de lleno como militantes, otros apoyaron encantados pero sin
militancia, quién mejor que tú sabe lo que la clandestinidad exige de
disciplina y compromiso camarada, y otros, se involucraron sin reparo en algún
que otro trabajo o actividad puntual, el caso es que nadie se echó atrás y la
UPA se expandió como el aceite bajo el sol, y fue una evidencia en el Estado
con una gran presencia, fundamentalmente en Madrid donde trabajaban “Las madres
del cordero”, donde se cocían más frijoles en política de gobierno y habas en
todas las instituciones, pero también, entre artistas exiliados como luego más
tarde me tuve que ir yo (Recogido de Incomunicado de ‘Edu’, del libro
Castañuelas 70, y cartas de su paso por prisión). Años de gran convulsión
política y social que sin duda favoreció la unidad revolucionaria.
En 1975 el caudillo
fascista estaba dando los últimos coletazos de una de las caras de su moneda
nazional, pareciera que no termina nunca de desaparecer su cuño sobre la
moneda, ofreciendo por la otra, la implacable represión sangrienta que se
perpetuaría como posteriormente sucedió con los fusilamiento del 27 de
septiembre, cortando todos los hilos que pudo entorno a la libertad no solo
entre los obreros de las fábricas y braceros del campo, igualmente entre los trabajadores
de la cultura. La UPA junto con el apoyo de otras organizaciones del FRAP,
agrupó músicos en diferente escala de compromiso, actores y a otros gremios de
la cultura, algunos aún presentes se mantienen con una dignidad asombrante.
Entre los militantes, simpatizantes y colaboradores que apoyaron
incondicionalmente, se encuentra el brillante intelectual y dramaturgo Alfonso
Sastre, el cantante Moncho Alpuente, el propio Antonio Piera, Lola Canales y
otros componentes de Las madres del cordero, ilustradores como El Cubri, que
realizaron muchos de los dibujos de la revista ‘Viento del Pueblo’, varios
componentes del grupo reconocido madrileño Teatro Tábano; el escultor Ramón de
Soto; cantautores como Pablo Guerrero, Patxi Andión, Luis Eduardo Aute, Faura
de Suburbano, Chicho Sánchez Ferlosio, los pintores Joan Castejón y Viriato,
las actrices Amparo Muñoz, Tina Sainz, Lola Gaos entre otras. Tal era la
situación y estado de ánimo efervescente en luchas, que la UPA, llegó a motivar
a gentes que una ni podría hoy imaginar como Rocío Dúrcal, etc. Hubo también
artistas que de una y otra forma en aquellos años colaboraron como el gran
músico catalán Lluis Llach entre tantos otros. Mayor proyección tuvieron las
giras por los centros culturales de la emigración en su momento más crítico, o
el contacto con los círculos de exiliados tanto en Europa como en toda América
Latina, donde empezaban a fusionarse los exiliados -que lograron sobrevivir del
golpe de estado franquista- y las nuevas generaciones en lucha surgidas tras la
ruptura con los partidos tradicionalistas de la izquierda conservadora, que
juntos unos y otras, en muchos de los casos ya militando logran las
alternativas políticas surgidas a partir de 1964 muy vitales fundamentalmente
hasta 1975 (En declinación político-ideológica entre la legalización y
transición), rompiéndose en mil pedazos fundamentos de principios y hasta su
estructura. Todo intento de elucubración en identificación de siglas es hoy no
solo una equivocación, una farsa de sorprendente atrevimiento, que no solo no
hace justicia sino por el contrario, es más que sospechosa su especulación
mediática (para nada nostálgica de cuatro trasnochados), en arraigo de una
cultura ajena en caracteres filosóficos que basa principios ideológicos en estructuras,
y líderes al calor de la bolsa en manos de los mismos hilos que nos manipulan
como marionetas.
Volviendo a los
años de lucha en que sin duda la acción más importante en la que se involucra
activamente la UPA, fue la Coordinación de las diversas huelgas del mundo del
espectáculo. Todo tipo de sectores de trabajo artístico vinculados al teatro,
el cine, la televisión, etcétera, llegando en los últimos años de la dictadura
a paralizar totalmente el sector. En febrero de 1975, protagonizan una movilización
histórica, que puso contra las cuerdas al sindicato vertical del régimen.
Decenas de artistas y actores se unieron, hasta que algunos de ellos, fueron
detenidos e ingresados en prisión acusados de pertenecer más allá del arte, al
PCE (ml) y el FRAP; fueron incluso, acusados de pertenecer hasta a la propia
ETA (Pues no son nada los militares entre tricornios a la hora de golpear y
condenar). «Los actores se han levantado contra un mecanismo social que los
condenaba a la doble función diaria, a la pasividad política, a la sumisión de
la empresa y al eterno temor a quedarse sin trabajo» (Declaración del editorial
de febrero de 1975 de la revista ‘Primer plano’, quien resumió muy bien, la
huelga de actores y actrices, nueve meses antes de la muerte del dictador. Que
puso en jaque (ocurriría meses después una vez más las movilizaciones de
solidaridad internacionales entre agosto septiembre, con los Consejos de guerra
sumarísimos, a muchos de sus camaradas). Lo dicho, en jaque y contra las
cuerdas tanto al régimen como al sindicato vertical que regía a la fuerza la
vida de todos los trabajadores. Aquella Huelga fue algo más que la I
Movilización del mundo del espectáculo en los 40 años de dictadura. La UPA se
convirtió en todo un referente, incluso dentro de las distintas organizaciones
tanto del campo como de la ciudad adheridas al FRAP y el Partido; y a nivel
social de los últimos años del franquismo, aglutinó a muchos trabajadores
incluso hasta fuera del gremio: bailarines, pintores, directores, cineastas, realizadores,
cantantes, empleados de circo, de las salas de arte, de los tablaos y, sobre
todo, de Televisión Española (la única televisión de entonces), controlada
directamente por el Gobierno. Y es que cuando TVE, tuvo que sustituir de
urgencia su programación habitual, el Gobierno, empezó a preocuparse; qué coño
es esa UPA, ¿del FRAP?, y aquel, ya empezaba a ser un problema serio. En uno de
los periódicos del ABC se puede leer «Televisión Española tuvo que ser
suspendida la grabación de una obra de Diego Fabri, ante la actitud de los
actores, y el rodaje de ‘Un señor de negro’, de Mercero, fue, al parecer,
interrumpido por una comisión de realizadores que invitaron a los presentes
para que se unieran a la Huelga». Ya ven como andaban las cosas en la trastienda
luminosa que abarca las casas. Ya ven de lo bien que educaban abuelos y padres
de la guerra antifascista a los hijos; de como la lucha nunca cesó desde 1936,
hasta la fecha en que les hablo año en que muere el dictador. Actores y
actrices unidos para vencer por un salario digno, pago de las dietas y gastos
de desplazamiento, el cobro de los ensayos y una función única diaria entre
otras cosas. En 15 de los Teatros de Madrid a mediodía del 4 de febrero podía
leerse <<Por incomparecencia de los actores, se lamenta informar que la
sesión de hoy queda suspendida>>. En la sesión de la noche ya eran 21 los
teatros, la práctica totalidad de la oferta cultural de Madrid. Movidos porque
la Ordenanza Laboral de Teatro, Circo y Variedades de 1972: ”Una Ordenanza incompleta
y, en cierta manera, arcaica –explicaba el actor Juan Diego entre los
vanguardistas de la movilización”, era incumplida por la casi totalidad de la
parte empresarial. Se elige para las negociaciones a un grupo de
representantes, la famosa, ‘Comisión de los once’ formada por el inolvidable
compañero gran creador, autor y actor (que dirigió El Festival Iberoamericano
de Teatro de Cádiz) Juan Margallo, junto en la comisión con Vicente Cuesta,
Jesús Sastre, Luis Prendes, Pedro del Río, Alberto Alonso, Jaime Blanch, José
María Escuer, José María Rodero…
La <<Comisión
de los once>> tuvo el valor de saltarse la obligada intermediación y
representación oficial del Sindicato Nacional del Espectáculo –presidido en
aquel momento por el ex columnista de ABC Jaime Campmany– de manera que los
actores en huelga sólo reconocían a dicha Comisión. El acto de mayor tensión se
produjo el 8 de febrero, cuando la Policía irrumpió en el teatro de Bellas
Artes en medio de una asamblea, llevándose detenidos a varios miembros de la
profesión, a Tina Sanz, José Carlos Plaza, Antonio Malonda y Yolanda Monreal
que ingresaron en prisión acusados de pertenecer al Frente Revolucionario
Antifascista y Patriota (FRAP). Como se trataba de aplicar la ley a rajatabla,
y como dios manda, una vez más, la ley une a la izquierda que lucha lógicamente
fusionando FRAP y ETA; así quedaban unidas como meses después, 27 de
septiembre, y para más señas de identidad, más inris en des-inris a los
actores, se les implica con el atentando de la calle Correo, ¡así como si no
quiere la cosa!!! En el grupo de los detenidos, ¡agüita!, había figuras como
Rocío Durcal; para que vean como de expansivo y pre-revolucionario andaba el
ambiente callejero, con la ley tras los talones, y palo, palo que dios te crió.
También se encontraba entre los detenidos Enriqueta Carballeira, Pedro Mari
Sánchez y Flora María Álvaro. En fin que la cosa se puso de un rojerío en alta
estima, atravesó todas las fronteras, sobre todo en cuanto a medidas represivas
se refiere de la mala bestia. Pero el poder era absoluto, e intocable, capaz de
fusilar cien militantes en dos segundos jugando al tiro de palomas. Se cebó con
detenciones pues solo faltaba ya encender la cerilla y agitar bandera para
tomar el Palacio de las Cortes, ¡pero!, finalmente hubo que parar la Huelga a
cambio de la liberación de los encarcelados ¡Pues les iban a procesar por
terrorismo (de ahí lo de la calle Correo) para seguir venciendo, “siempre
vencían”!!! Además de que cayeron multas económicas considerables para la época
–desde el medio millón de pesetas hasta las 200.000 para Roció Durcal– que
pagaron por supuesto solidariamente entre todos y todas, y eso, en aquella
época de pesetillas como sueldo ¡redios!, con los miserables de ley férrea de
la dictadura. La actriz, Tina Sainz vivió, ‘a la madrileña’, uno de los
estrenos más inolvidables de su vida –las lecheras– que aunque lo parezca no es
el título de ninguna obra de teatro, sino el nombre, con que se bautizó
entonces a los nuevos vehículos utilizados por la Policía Armada. Que aquél 8
de febrero la actriz tuvo la mala fortuna de estrenar junto a José Carlos
Plaza, Rocío Dúrcal, Pedro Mari Sánchez, Flora María Álvaro, Enriqueta
Carballeira, Antonio Malonda y Yolanda Monreal. En el momento de la detención, se
encontraban en el teatro Bellas Artes, informando acerca de la Huelga que había
comenzado una semana antes y no cesaba de seguir sumado autores, directores,
cineastas, bailarines, pintores, realizadores, cantantes y hasta Televisión
Española; cuyos responsables se vieron obligados a sustituir la programación
habitual a causa de los paros ¡Quien diría hoy viendo lo que en rima suena la
disparidad actual!!!.
La práctica
totalidad de los teatros madrileños, salvo el Alcázar, La Latina, y el café
teatro La Fontana, secundó la huelga; a la que rápidamente se sumaron los
circos, los tablaos, las salas de arte y TVE. En Barcelona muchas compañías
suspendieron sus funciones. La solidaridad internacional se expandió,
sindicatos de actores entre otros italianos y franceses envían ayuda para
atender las urgencias económicas de los actores madrileños. La cosa empezó a
complicarse sobre todo cuando los profesionales de televisión decidieron apoyar
públicamente la Huelga, que se había extendido más allá de la frontera, con los
exiliados. Se les escapaba de las manos a las instituciones, ridiculizado su
dominio implacable a nivel internacional, deciden unánimemente dar un
escarmiento ejemplarizador, es entonces, cuando la policía detiene a la actriz
Tina Sainz, junto a otros compañeros en el Bellas Artes y les ‘invitan’ a
entrar en las lecheras hacia la Dirección General de Seguridad en Puerta del
Sol. Los directores teatrales José Carlos Plaza y Antonio Malonda fueron
trasladados a la cárcel de Carabanchel; Tina Sainz y Yolanda Monreal, a la de
Yeserías, todos acusados de pertenecer a la UPA y el FRAP. Expuesta las razones
que motivaron la I Movilización del mundo del espectáculo, motines y ausencias
en escena, quiero dedicar este espacio con orgullo y amor además de a Juan
Margallo, compañera Petra Martínez, hermanas de éste, y al que muy
recientemente nos dejó uno de los mejores dramaturgos de la Iberia
contestataria en lengua castellana, nuestro entrañable y colega Alfonso Sastre;
que apenitas tuvo recorrido mediático su fallecimiento, ni elocuentes homenajes
ni pases de sus obras por televisión alguna, ni despedidas de esos cientos de
actores y actrices que se autodefinen de izquierdas.
II
A miles de
kilómetros del Estado español, un océano inmenso llega a mi memoria y junto a
él, inseparable, el recuerdo de un poeta. He realizado alguna que otra gira
sobretodo por Latinoamérica, a la que debo más allá de mi gratitud mi propia
realidad con la que vivo y tiro para adelante, con ella me he realizado, he
actuado y compartido luchas dolorosas. Estas son para mi las giras que te
aportan más que entregas, en carga de batería humana, que ni daña ni quema los
ojos ni agota esperanza, pues no solo lo profesional cuenta en aventura
irrepetible sobre un caudal de enseñanzas que forman parte de mi vida diaria.
En una de estas giras me reencontré después de años con el actor y director que
había sido, y aunque ya metido en años Aníbal Reyna se mantenía del lado que
había vivido y luchado. Fue para mi un profesor apreciado de los que siempre
recuerdas por lo mucho aportado. A través de él participé algunos años después
–del primer contacto escénico por él dirigido como colofón de estudios– sobre
una tarima centenaria en homenaje a Pablo Neruda, donde se multiplicaron
encuentros internacionales y cenas inolvidables, actuaciones y decenas de actos
diversos conmemorativos (sigo disfrutando de la copa de Neruda hecha para su
centenario que agradeceré infinitamente de poder tener entre mis manos). Pude
también conocer esos días en profundidad cómo se encontraba Chile, por qué
situación pasaba el trabajo de actriz y actor, con los distintos gobiernos tras
el siniestro golpe de estado un 11 de septiembre de 1973; apoyados (los
militares) y dirigidos por la CIA y la ITT los gorilas chilenos derrocan y
asesinan al presidente de la Unidad Popular, Salvador Allende; a partir del
alzamiento se desata como hiciera el africanista Franco, la más feroz
persecución y genocidio contra obreros, campesinos, estudiantes y niños
encabezado por el genocida chileno Augusto Pinochet, pelele del imperio
norteamericano y gran amigo de la monarquía española. La situación atravesaba
un resultado político pésimo en lo cultural y económico, precario y degradante,
afectando de lleno a un gran elenco de actores y actrices de primera, tanto
como al gran elenco de músicos y poetas, que tanto han enriquecido por igual la
cultura chilena; en su recuerdo siempre presente la cantata a Santa María de
Iquique, así como la de Fulgor y muerte de Joaquín Murieta (tan brillantemente
interpretada por otro lado, la mentada obra de Neruda, por la pareja de
uruguayos Manuel Picón y Olga manzano).
Volviendo a la
hiriente precariedad afectando duramente sobre todo a los que no habían sido
muy mediáticos (que es lo que en general prima en este tipo de gobiernos) ni
muy acordes con el golpe fascista que en general eran la mayoría; cosa nada
favorable sin ahorros ni plata alguna, que al roce con lo que se supone ya la
“vejez”, en muchos de los casos al desamparo de las instituciones por el Estado
propio y Ministerio de Cultura impropio y hasta por los propísimos sindicatos,
aún siendo del gremio de artistas, ya que ni la mínima pensión te queda o tan
mínima que hasta sobrevivir cuesta. Entorno al centenario que acudí, Aníbal se
encontraba junto a su compañera traductora de grandes obras, incluidas algunas
rusas que representé contra el golpe de estado de Pinochet, una de ellas
ejemplar traducida con el título, ‘¿Alguien quiere escucharme?’ (cuya denuncia
de matanza de estudiantes personalicé asumiendo el papel como padre, de uno de
ellos, bajo el personaje de un famoso payaso prestigioso ‘Cucharita’). Ambos se
encontraban insertos en una campaña de apoyo, y denuncia, e intentando que el
sindicato de actores asumiera la situación dramática en que se encontraba aquél
buen actor, incluso autor de guiones, que vivía prácticamente en la indigencia
y enfermo. En ese caso varias actrices y actores se unieron para aportar según
sus parcas posibilidades una cantidad de dinero para ir creando una especie de caja
de resistencia, para casos como el del actor mencionado -cuyo nombre no
considero oportuno señalar- para ir cubriendo jubilaciones. Claro que en
algunos otros países incluso los meten en la cárcel, como en Perú, Marruecos,
Turquía, Afganistán, o como marca España, y no hablo de ella de cuando la
dictadura militar franquista, este caso es mucho más reciente que lejano, es el
caso de los titiriteros Alfonso Lázaro y Raúl García de “Gora Alka-ETA” que
pasaron cinco días en prisión preventiva sin fianza porque un juez inculto de
la Audiencia Nacional “¡pensó!”, y los engrilló por apología del terrorismo
(–¿ante niñas y niños?-), que falta de riego.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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