SATURNO DEVORA A C´S
ANÍBAL MALVAR
Hace tiempo que
nuestros viejos periódicos han perdido el pudor al referirse a la presunta
independencia de nuestro poder político. El titular de portada que lleva El
Mundo esta mañana es flagrante: “Rivera elude la presión del Íbex y señala la
puerta a los críticos”, resume el diario de la bola la respuesta de Albert
Rivera a los disidentes de su partido, a los que abogan por dejar gobernar a
Pedro Sánchez evitándole el derecho a roce de los nacionalistas.
O sea, el periódico
que dirige Francisco Rosell admite que la oligarquía económica del país está
presionando a nuestros cargos electos para que actúen no como marcaron los
programas electorales y las urnas, sino como a ellos les conviene, a sus
intereses, a sus desahucios, a sus dineros, a sus equinos y a sus yates. Y todo
esto se cuenta con la mayor naturalidad. Act naturally, que decía la canción de
Johnny Russell y Voni Morrison. Actúa con naturalidad y, aunque seas el más
tonto del mundo, alcanzarás el éxito.
Se ha naturalizado
tanto que nuestros partidos deben actuar y gobernar al servicio de la
tranquilidad de los mercados –que es como eufemizamos el concepto de oligarquía
financiera–, que no nos importa reconocerlo en nuestras más elevadas tribunas
democráticas. Los mercados –lo mercaderes– se nos presentan como una especie de
deus ex machina ingobernable que nos gobierna. No se cuestionan sus preceptos,
a pesar de que todos sabemos quién provocó la crisis/fraude que nos ha
empobrecido, que ha obrerizado a la burguesía occidental y ha esclavizado al
viejo obrero. Los mercados, los mercaderes, han de estar tranquilos para que
todo siga funcionando. Y este es un mensaje que obligatoriamente los votantes,
los demócratas, tenemos que aceptar con naturalidad: por encima de las urnas
siempre conviene colocar los caprichos del banquero. Extraña que a los partidos
políticos no les pase ya como a los equipos de baloncesto, que acaban cambiando
sus nombres por el de marcas comerciales. ¿Y tú a qué banco vas a votar?
Por suerte, en los
periódicos aun quedan gamberros. Como sabéis, El Mundo siempre encabeza su
portada con una frase de un literato, un economista, un historiador o cualquier
clásico de cualquier clasicismo como resumen del día. Hoy, el gamberro que
elige la frase fue a dar con una de Mario Puzo: “La fuerza de una familia, como
la fuerza de un ejército, se funda en la mutua lealtad”. A quien ande poco
versado en noir, informarle de que esta frase está sacada de El Padrino, la
novela sobre la mafia que inspiró la trilogía de Coppola. La dice un mafioso.
Perfecta. Informa mejor que el titular de portada sobre la relación de Rivera
con el Íbex-35. Sobre la supuestamente rota “mutua lealtad”.
Si pasamos página,
encontramos en el mismo periódico un artículo de opinión de Lucía Méndez sobre
desahucios, sobre desigualdad, sobre la crueldad de los bancos y sobre “la
fatiga de la compasión”. Nos dice que hace cinco años “ni la policía, ni los
jueces, ni los politicos, ni –mucho menos– los bancos dueños de los pisos
querían disgustos”, pues “el sufrimiento de los desahuciados atraía las
audiencias”. Y remata: “El derecho a una vivienda digna ha desaparecido de la
agenda [política] y de los escrúpulos de los arrendatarios. Las entidades
bancarias han perdido el miedo al qué dirán –daño reputacional, le llaman ellos”.
En El País son más
cautos con las injerencias del Íbex en nuestro avatar democrático. No lo mandan
a titular, pero sí incluyen en el texto de portada la gran frase de Rivera, la
definitiva, la que hace innecesario reclutar a Sherlock Holmes para saber quién
es el criminal aquí: “Siempre respetaré a un sindicato, a la patronal o a los
medios, pero pediré libertad para tomar decisiones”. Eso de mezclar a la
patronal entre otros agentes de dudosa relevancia es pudoroso por parte del
líder de C´s. Pero lo ha dicho. Como en su momento lo dijo Pedro Sánchez en el
Salvados de La Sexta.
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