“RELATO EN LOS BORDES”
FILÓSOFO
En
el escenario en que se debaten las diferentes representaciones de la
“realidad”, es poco probable reconocerse como actor, pues uno se convirtió en
espectador de este drama, un milenio que presenta un abismo entre quienes
piensan que viven y quienes dictan sobre el mundo, o actúan sobre él.
Abismo
donde se precipitan, con el éxito que es conocido, todos los funcionarios
políticos corporacionistas, que manipulan sobre la geografía de este planeta,
destilando en sus discursos reciclados un tufillo de intolerancia a quienes
intentan poner en juego valores fuera de los que ellos protegen en nombre ¿del
entendimiento y las buenas costumbres?, ante la mirada mansa de una comunidad
de naciones, que a su exterminio, como seres en acto de elegir y expresarse en
libertad.
La
moral prostituta mercantil neoliberal, presente en Davos, días atrás, donde los
líderes de la explotación y de lo falaz, adaptada a modas y tendencias de
temporada, construyen en su materialismo ilusorio, relaciones en las que la
pasión por la verdad pasó a ser un recuerdo… En Davos, con la sensibilidad del
instante, no se trataron los temas que se imponen: erradicar el hambre
definitivamente del planeta, darle techo a los indigentes, instalar una
justicia para todos, un sistema de salud que proteja a miles de millones de
parias, seres humanos, que transitan un sendero de degradación y humillación… y
sobre todo, de una vez por todas dejar de inventar guerras y genocidios que no
dan espacio a la diferencia.
Lanzo
mi denuncia contra este sistema neoliberal en su cenit, como hombre dotado de
mis elementos constitutivos, dueño de mí mismo aún, elevado más allá de la
cotidianidad y del pasajero sentimiento de cosa archivada, sirviéndome de la
justiciera arma de la idea y del ideal, contra la bestialidad de un sistema
manipulador y con graves patologías.
Que
está llevando a cabo un holocausto en las sombras, sobre una humanidad que
obedece ciegamente los mandatos de quienes dictan y rigen sobre sus existencias
anestesiadas y en ausencia de sentido vital.
En
este contexto, se impone exigir la reivindicación pública ante la
discriminación sistemática, el atropello, las amenazas constantes de las que
soy objeto, algunas cristalizadas en atentados brutales a mi persona y la
censura “absoluta” de mi obra escrita y artística a la que me veo expuesto en
Argentina, por el accionar de personeros de los poderes, con sus repugnancias
reprimidas, que hacen que soporte un poético y patético exilio interior.
Insisto,
discriminación y censura sistemática a las que estoy expuesto en el “Gulag”
pampeano, por las corporaciones empresariales y políticas argentinas, y la
difamación de la que soy objeto, por los mandarines y mandaderos que conforman
el pequeño tejido social de una cultura degradada y necrótica, de mercenarios
rentados con nombre y apellido, cuyo accionar deviene de una tendencia que se
perpetúa o en el mejor de los casos se asoma en instancias puntuales al estilo
de dictaduras del pasado.
¿Qué
delitos pueden seguir perpetrándose en nombre del terror, el miedo y la
discriminación a la diferencia, en una sociedad que toma contacto con una
realidad “la mía”, por el resentimiento, envidia, temor, capricho y demás
detritus de un sistema congelado en los desgastados niveles de la ‘fama y el
éxito’ sin elevarse una voz ante esta instancia deplorable por la que atraviesa
una persona pública y de trayectoria? ¿Y los portavoces de los organismos de
derechos humanos, tan mentados y nombrados, no levantan su voz apagada y
mezquina? ¿Solo tiene derecho a réplica Víctor Hugo? Y solo denuncia el “héroe
de la comunicación”, el simpático Jorge Lanata, portavoz del caos y del
desastre… lo siento, no compro.
No
lo ignoren, hay victimarios o verdugos, como prefieran; psicópatas autoritarios
personeros del horror que circulan libremente por mi querida Argentina.
Solo
tenemos una vida por vivir, creo que debemos honrarla aquí ahora y por siempre
anteponiendo la verdad y la transparencia a la contundencia de la mentira, la
cobardía y la estafa.
Si
no alcanzamos esta dignísima meta estamos expuestos a transitar una existencia
de simulación y farsa en la que lo esencial no se ha dicho, lo esencial no se
ha hecho; rotundamente no es mi ideal.
Que
persista la memoria.
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