Una economía de papel
Movimiento por la Unidad
del
Pueblo Canario
El la
actualidad la moneda, cuyo origen
hemos glosado previamente, coexiste
con el denominado papel moneda: un trozo de papel con carácter fiduciario (fiduciario
es el dinero que carece de valor intrínseco y que se utiliza como dinero por
decreto gubernamental).
El papel
moneda tiene su origen en china en el siglo VII, primeramente utilizado por los
mercaderes chinos entre los años 618 y 907 de la era cristiana, oficializándose
su uso en el siglo X, cuando el emperador de la dinastía Song comenzó a emitir
billetes obligado por la escasez de cobre, facilitado por los inventos previos
del papel, la tinta y la impresión en gravado.
Los chinos le
dieron a estos billetes la denominación de “dinero volante”, debido a que
resultaban extraordinaramente ligeros en comparación con las pesadas monedas
metálicas, cuyo transporte era una auténtica tortura para los mercaderes y a la
facilidad con la que circulaban en un área relativamente grande.
Poco después
del invento del papel moneda aparecieron los primeros falsificadores, pues
resultaba más fácil falsificar el papel moneda que las monedas de oro y plata
cuya materia prima era mucho menos inasequible. Las autoridades chinas
legislaron para evitar la falsificación, delito que llegaron a castigar con la
pena capital, dicho sin segundas.
Cuando Marco
Polo visitó China en el siglo XIII le impresionaron especialmente las fábricas
de moneda instaladas en la ciudad de Kublai Khan, pero sin embargo no se
percató de la inflación que generaba la rápida impresión de billetes. Cuando de
regreso a su patria relató a sus compatriotas su descubrimiento supusieron que
todo era producto de su fantasía, pues no eran capaces de imaginarse semejante
medio de pago. No ocurrió hasta el siglo XIV la acreditación del relato de
Marco Polo, por medio de los billetes emitidos por la dinastía Ming.
En occidente
los primeros billetes se imprimen en Suecia en el año 1661 por Johan
Palmstruch, que los entrega como recibo a los depositantes de oro y plata en el
Banco de Estocolmo fundado por el mismo. Los primeros billetes llegan al Estado
español tan tarde como el año 1780, durante el reinado de Carlos III, probablemente
haciendo honor a la sentencia de Hernán Cortés a un mexicano: "Los
españoles padecen una enfermedad del corazón que sólo se cura con oro".
Cuando el dinero adopta la forma
de una mercancía con valor intrínseco, se denomina dinero-mercancía. El
concepto de valor intrínseco indica que el artículo tendría valor incluso si no
se utilizara como dinero. Un ejemplo de dinero-mercancía es el oro, cuyo valor
intrínseco deriva del hecho de que puede utilizarse en la industria, por
ejemplo en la elaboración de joyas. Históricamente ha sido una forma común de
dinero por su facilidad de transportar, medir y verificar su calidad. Cuando
una economía utiliza el oro como dinero (o papel moneda convertible en oro), se
dice que se rige por un patrón oro. Con la crisis actual el precio del oro se
ha disparado al ser utilizado como refugio ante la devaluación del papel.
El tabaco es otro ejemplo de
dinero-mercancía. Durante la Segunda Guerra mundial, los prisioneros de los
campos de concentración intercambiaban mercancías utilizando cigarrillos como
depósitos de valor.
El dinero que carece de valor
intrínseco, como se dijo anteriormente, se denomina pomposamente dinero
fiduciario.
El sistema monetario
internacional es el conjunto de instituciones, normas y acuerdos
que regulan la actividad comercial y financiera de carácter internacional entre
los países.
El
patrón oro se utilizó en los periodos 1870-1914 y 1925-1931. La
emisión de moneda por los bancos centrales se hacía en función de sus reservas
de oro, que limitaba la cantidad de dinero en circulación. Los países con una
balanza comercial deficitaria disminuían las reservas de oro y en consecuencia
el dinero en circulación: disminuía la demanda de productos de importación y se
abarataban las exportaciones, aumentando el desempleo al disminuir la actividad
económica. Los países cuya balanza comercial presentaba superávit (más
exportaciones que importaciones) recibían oro como pago, aumentando el dinero
en circulación, provocando inflación al aumentar la demanda de productos de importación.
Estos países mantenían su privilegiada situación retirando oro de la circulación,
controlando así tanto la circulación monetaria como la inflación, lo que dio
lugar al abandono del patrón oro en la Segunda Guerra Mundial, financiando al
complejo industrial-militar imprimiendo dinero. Al finalizar la I Guerra Mundial,
se agravó la recesión mundial, que desembocó en la Gran Depresión gringa de
1929, sólo superada por la Gran Depresión actual de
España. A partir de 1922 se otorgó junto al oro un papel
importante tanto a la libra esterlina como al dólar, aunque las devaluaciones
de ambas monedas y el proteccionismo hicieron caer al patrón oro. En 1931 sólo
quedó el dólar americano como moneda convertible entre los Bancos centrales.
Al
patrón oro siguió el sistema de Bretton Woods, dónde se fundó en 1944 el
Fondo Monetario Internacional, estableciéndose un patrón de cambio dólar-oro
que se mantuvo hasta 1973. Se fundó también el Banco Mundial cuyo objetivo
inicial era proveer dinero para el desarrollo. La imperiosa necesidad de
devaluar el dólar por las malas cosechas y la inflación producida por la guerra
de Vietnam obligaron a los Estados Unidos de Norteamérica a suspender la
convertibilidad del dólar en oro en 1971, permitiéndose la libre flotación de
las monedas en los mercados de divisas desde 1973 hasta la actualidad,
constituyendo un patrón fiduciario
El yuan, la moneda china, ha
pasado el examen técnico del Fondo
Monetario Internacional para ser incluido en la cesta de divisas en septiembre
de 2016, junto al dólar, el euro, el yen y la libra esterlina, que utiliza el
Fondo como referencia para sus operaciones de financiación.
Movimiento por la Unidad
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