Articulos recordatorios de
Miguel Angel Diaz Palarea
Dedicado a Ray Bradbury
Una turba de demócratas de toda la vida discurre calle arriba,
corre, se precipita en torrente. Quieren “ya” su objetivo: prender fuego al
periódico que no les agrada por hablar de independencia y de otras sandeces. El
fervor revolucionario español rojo y gualda insufla sus consignas. Les hincha
el pecho de ardor patriótico:
-¡Cojones! a por el incendio del edificio y si el Viejo está
dentro “más mejó” -dijo un idiota y no lo desmintieron. Les anonada el amor
patrio, el ardor democrático contra un periódico fascista:
-Leña a la prensa que nos divide como pueblo españó.
En el mediodía calimoso que nace en Anaga, pancartas por la
libertad de prensa y en contra de la derechona caciquil. Ya el parlamento
–“Para el lamento”-, que le toca sus partes húmedas al pueblo –que fisno-,
habló con aplomo y contundencia –comentan como argumento-; el mismo que se ha
pasado por el forro de su entrepiernas miles de firmas de canarios sin
sonrojarse; el mismito que nos impuso el puerto de Granadilla por intereses
inconfesables; el mismito que tumba las casas de los pobres y bendice los
palacetes de los ricos a pie de mar; el mismo que desoye las sentencias del
Tribunal Superior de Justicia de Canarias que pide la demolición de hoteles
construidos con dinero de los canarios y contra las costillas del sufrido
pueblo; el mismo que nos avergüenza un día si y otro también con su mediocridad
institucional.
Los caminantes gritan desaforados en manifestación organizada
con pancartas multicolores. Quieren darse una piscina de democracia a costa de
la libertad de expresión:
-¡Hay que quemarlo! ¡Prender fuego a ese maldito periódico, ese
panfleto teñido de soberanistas !No cejaremos hasta quitarlo del mapamundi, de
aquel en que no se veía el sol de Felipe II, El Colonizador. ¡Viva Dios!
Caminaba rengueante otro calvo, de ojos de berenjena, que se
quitó la corbata para el evento. No se la sacaba ni para bañarse. Se pregunta
con la salivilla escarlata en la comisura de sus labios, intuyendo la
satisfacción de sus compañeros luchadores por libertad de expresión:
¿Qué coño se creen ese viejo loco con sus editoriales?
-No chochea. “Qué mierda”, el de la demencia senil delira. ¿Se
habrá enamorado el Vejete? –comentan con sorna: los amores de la cuarta edad
trastornan al más pintado.
Un intelectual a sueldo comenta a una bonita joven de su
partido:
-El gran Nicolás de Maquiavelo, allá en el año 1527, hizo el
mayor ridículo con un póstumo amor. El ideólogo que cambió el pensamiento
político moderno cosechó más cuernos que una corrida de toros en las Ventas,
allá en la Italia del renacimiento donde predicó “Quamodo aduladores sing
fugiendi”. Espero que el objeto a quemar, el director del periódico, estudie
este capítulo sobre los pelotillas, lameculillos y hueleculos
¿Qué concluir de alguien al que regalaron el título de
periodista? Parece ese libelo, con sus ideas soberanistas, un panfleto de
Cubillo.
Sí, y eso lo digo yo, a quien el gobierno de las Españas mandó
asesinar a puñaladas y así lo dice una sentencia del nuestro Tribunal de Orden
Público: La Audiencia Nacional; por desgracia la de Garzón que nos ha devuelto
la esperanza con lo de la “memoria histórica”.
Se pregunta, entre risas, un carajito que está de enchufado en
el Gobierno Civil.
-¿Será que le escuece la almorrana?
Risas, carcajadas, descojono y más risas.
Gritan inflados contra el fascismo y la xenofobia en buena
compaña:
-Que diga lo que le salga de sus partes, pero que no cuestione
la españolidad de Canarias. El isleño es acogedor, es complaciente y permite
todo lo que venga con la anuencia del español.
El más alto de la manifestación, que camina ligerito, micrófono
en mano, de sonrisa torcida, falangista reconducido, piensa para sí que en esta
puñetera colonia ellos reparten la patente de corso, el apellido de demócrata.
Ellos, desde luego ellos, los demócratas de toda una vida carecen de sexo como
los ángeles. Son demócratas inmaculados como la Virgen Purísima
A la izquierda de la pancarta que pide fuego, uno que ocupa
puesto en dos instituciones, comenta:
-Se atreve el muy rebenque, o el que le escribe los artículos, a
incitar gresca entre las islas. ¡Joder! es que las pelean. ¡Será cabrón¡ ¡Que
coño! Peor de los peores: Crea entre las islas rencillas entre hermanos. Cabrea
a los isleños con sus editoriales franquistas, de estandarte de Hitler,
xenófobas contra los negros de color negro.
Al lado derecho, de la caminata, medio avergonzado para que no
le calen, otro que no se ha manifestado en su puñetera vida, chispea con la
anuencia de sus compañeros de agrupación:
-Ese maldito periódico, ese que mismito hasta hace unos años
lucia en su fachada el maldito escudo de la Falange, el escarabajo cabrón de
los de siempre, ahora nos predica la jodida independencia para los podridos
patrones de siempre. Prefiero a los españoles.
-Mira tú, tendremos de presidente a un tal … Plasencia o a un
tal González, o a un tal Ambrosio... Como ejemplo pongo a un mago de Tejeda.
¡Hay que joderse! nacido a la sobras del Nublo de Mary Sánchez y los Bandama.
Si, hombre –puntualizó-, ese que dicen que quiere comprar el periódico
independentista. Si, ¡Joder! Aquel de quien comentaban los de la derechona, era
un lacayo que invertía a nombre de Andrés Pérez. Sí, ¡redios! ese
socialdemócrata valedor de un tal Felipe que tiene intereses en las
multinacionales y está por joder a Chávez en Venezuela.
Todos rieron a gusto con complicidad. Es para mearse -dijo otro.
Continúa la marabunta de demócratas. Los manifestantes
revolucionarios, con los directores de prensa independiente de toda una vida
–para ejemplo el botón de sus editoriales -vociferan con ardor democrático.
-Por Santiago que cierra España, echen fuego a esa antorcha; que
no quede más que cenizas. Que lo quemado, quemado está. ¡Por favor! no estoy
hablando del pino canario que resurge de sus restos calcinados. Ese “machango”,
presunto director, dice disparates que nadie lee. Nosotros por sus voceros
traidores lo conocemos. Por los sacrosantos cojones del toro español, hay que
reducirlo a polvo, hay que borrarlos del mapa mundial.
-La libertad de prensa, no se predica de los fascistas. Ya hemos
exterminado la prensa independentista de Euskadi; ahora nos toca con la Canaria
de los caciques –dijo uno de orejas de soplillo y manos limpias de sudor, pues
en su puñetera vida ha dado golpe.
Con sus antorchas encendidas camina entonando canciones de
izquierda sudamericana, la de los setenta, la que nos inflamaba el alma, ¡hay
que joderse!, ahora contra la libertad de expresión que tanto ha costado
conseguir. Las llamas se alzan sobre sus antorchas, como las procesiones del Cristo
Lagunero, pero con fuego más flamígero y no precisamente para iluminar entre
los sones de la banda de música. Discurren en organizado y ordenado orden con
gritos de izquierdas.
El ku klux Klan españolero rodea la sede del periódico y procede
a quemarlo, a barrer de estas islas la prensa caciquil
-¡Prenderle fuego. Son unos fascistas, son unos xenófobos!
Y yo, mis queridos cuates, reflexiono:
-Pero si esta prensa que quieren exterminar y la de otros
periódicos que ahora cargan la antorcha, siempre, siempre, siempre han dicho lo
mismo; siempre, siempre, siempre han sido los voceros de los caciques que
practican el:
DIVIDE Y VENCERAS.
Pobre de mí, siempre en contra de la corriente, canjeando
amigos- me apostilló enfadada quien corregía este artículo, me preguntó.
-¿Por qué carajo ahora quieren quemar ese periódico, que
siempre, siempre, de siempre, por siempre y para los de siempre ha dicho las
mismas estupideces de Gran Canaria; que siempre de los siempre, desde que
estaba Manuel Hermoso el ático, desde antes incluso, desde el fascismo anterior
ha dicho las mismas simplonadas que dividen y dan votos a sus cuates caciquiles
y consolidan el colonialismo?
Y, yo con ustedes me pregunto:
-¿Que carajo ha hecho cambiar de opinión a aquellos que se han
valido de sus hojas para predicar sus consignas colonialistas para ahora
incendiar sus instalaciones, para barrerlos del mundo mundial?
-¿Qué carajo ha cambiado?
Concluyo, mis cuates:
Más de lo mismo. Quien se sale del guión españolero lo machacan.
lo queman, lo incendian, lo hacen desaparecer del mapa, como han hecho con toda
persona e idea que critique la situación colonial de canarias.
Miguel Ángel Díaz Palarea
JUNIO DE 2008
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