INSTITUCIONES…..contaminadas.
L.Soriano
La
simulación democrática que vivimos y padecemos nos obliga como ciudadanos a
todas las ocurrencias de nuestros ineptos gobernantes, a la vez que nuestra
indefensión ha tocado techo. No conozco en este momento ninguna Institución del
Estado que no esté contaminada. El corporativismo Institucional hace que se
protejan todas ellas, en contra de los ciudadanos; estos han permitido que se
creen y han consentido que la clase política se adueñe de ellas para hacer uso,
a su antojo y a su conveniencia de
ellas, y para ayudarles a perpetrar todas las agresiones y atentados contra
nuestros derechos y libertades.
El Poder
ejecutivo, maneja a su capricho al legislativo y entre los dos “bizcochan” al
Judicial poniendo a sus peones en él
para que sentencien a gusto del nombrante. Creíamos, sinceramente
algunos, que había una pizca de diferencia entre la intención de los partidos
mayoritarios. En las formas y en la “calidad” de los políticos la hay sin duda.
Pero en cuanto a las intenciones, al espíritu de las actuaciones, la diferencia
es imperceptible. Desde la Jefatura de Estado y el nefasto ejemplo que da,
hacia abajo, los tres poderes están compinchados y contaminados. Ni que decir
tiene que tempranas actuaciones aisladas y puntuales son impolutas, pero con el
paso del tiempo, o se contaminan o dejan que la contaminación campe y les
absorba, antes de enfrentarse suicidamente a ella. Es natural pero es
triste.
El desarme será universal o nunca será. La corrupción tendrá que
desaparecer totalmente o los denunciantes serán laminados. Para eso debe de
haber una gran cantidad de honestos pertenecientes a las instituciones, pero al parecer no hay
suficientes para que se denuncie, se nieguen a ser cómplices pasivos y
observadores silentes. No podemos creer en las Instituciones porque cada día
nos muestran y demuestran que no son imparciales ni que persiguen el bien de la
ciudadanía ni garantizan nuestros derechos. Antes al contrario, las
Instituciones del estado, todas están contaminadas por el poder, por el que
maneja la Caja y por el que maneja las listas. La nueva Clase dominante, la Política,
absorbe la práctica totalidad de lo que producimos y si no la desalojamos jamás
saldremos de la recesión ni avanzaremos como país y sociedad. La zafiedad se ha
instalado en la cúpula del poder. La idiocia, la inepcia, y la estupidez supina
en muchos casos es la que nos gobierna. Además de llevarse nuestros esfuerzos
para deglutirlos sin freno, nos dan lecciones de maldad, de corrupción y de
rencor. Derribemos a las Instituciones,
construyámoslas nuevas y hagamos leyes
que las haga independientes para que los honrados sean premiados y los
corruptos castigados. A Reflexionar.
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