ESPACIO TOPOLÓGICO
EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO Y POETA.
Al descender del universo de las ideas a los caminos tortuosos de la conducta humana, el miedo más aún que el orgullo, se convierte en el motor primero de las abominaciones. La osadía de quien preconiza el libre juego de los sentidos y trata sin despreciar los placeres carnales, exasperan a la otredad, propensa en este terreno a mucha superstición y a bastante hipocresía.
Poco importa que el hombre que se arriesgue sea más austero que sus encarnizados detractores y mucho peor si practica alguna virtud: infunden mucho más miedo cuando no se le puede despreciar por entero.
Siendo sujetos en
posición de acto continuo, hace pensar que la materia que constituyen su
potencial permanece en continua transformación sin llegar a ver la luz. No
pueden detenerse en lo que los otros consideran el apogeo de la situación
práctica cotidiana, ese juego especular envasado al vacío con fecha de
vencimiento, cenit de la criminalidad modelo tercer milenio... más allá nada...
todo misterio... todo desconfianza... todo estupidez.
Quienes proponen
desde el exilio impuesto por las 'sacras' fábricas de información falaz,
analizar a la humanidad como "comunidades de control", constituidas
por espacios en los cuales circulan constantemente los sujetos, espacios que
son fragmentos escindidos y reciclados de un pasado perimido por decreto, se
los condena al ostracismo, al confinamiento, como medida disciplinaria
ejemplar... mientras el opio social, ligado con la comunicación instantánea,
opera en vigilancia continua.
Extraño "modo
de existencia" la del sujeto técnico, que culmina en microsistemas de
simulada expansión, dotados de una fecunda capacidad de autoadaptación que,
asegurada su inserción en el ecosistema, logra el control y división del
individuo, encerrado y humillado en su condición de ser humano, devenido en
oferta de la tekné, en uso y abuso efectivo.
Internet: ser
viviente, en procura de aumentar su tamaño a expensas del medio ambiente, sin
olvidar el coito de los subsistemas competidores, autómatas que perseveran en
ser prótesis que regulan nuestra existencia y así ad infinitum, en lo que ya no
podemos denominar la "aventura humana"... los poetas presintieron:
"el motor a explosión modificará los datos sentimentales de la vida."
Las operaciones que
llevan a cabo sujetos asimilados al estudio de la conducta humana, en su
sentido más claro, ante la exclusión que sufren, a partir de procedimientos
complejos, dispersando el sentido hacia tensiones contradictorias, a veces
antagónicas, provocan la exacerbación de las bestias fluyentes, que ostentan el
poder y lo ejercen del modo más brutal... quizás evitaremos algunas
desilusiones, si tenemos presente que: el "hombre simbiótico", tiene
el mismo rinencéfalo que el cazador de mamuts del paleolítico... todo
construido en las nupcias planetarias de la democracia ficcional y la
información falaz celebradas en la web.
Sentir, pensar y
conocer en este relato pormenorizado del "presente visor", será
sinónimo de aprender y de recordar lo que pudimos llegar a ser... la búsqueda
de quién intenta reivindicar nuestra condición, está enfocada hacia el pasado
siempre vigente, a pesar del proceso de eliminación al que está expuesto por
gobiernos del planeta, apuntalados por los espectros que dictan y rigen desde
las sombras... cómo también esa búsqueda apunta el vector hacia el futuro, que
pareciera es hoy, pero ¡no!, estalla cualquier intento de diseñar
unilinealmente el tiempo y el sentido, relativizarlo y convertirlo en un centro
temático, pues se narra desde un ficcional futuro -convertido en presente-
intentando imaginar narrativamente otro futuro... desistido y fracasado el
intento, los golpes recibidos en batallas permanentes con las herramientas
colonizadoras de cerebros disfuncionales, hacen resurgir las energías en pos de
la recuperación del pasado, que es quizás el presente... sólo quedan cual
testimonio de espacio y tiempo, las cicatrices que perdurarán por siempre.
En realidad el
acoso, la exclusión y la tortura, no precisan de perseguidores, ni de verdugos,
se conforman con lo más sencillo de quienes están imbuidos de ideales y poesía,
a condición de que frente a la otredad ofuscada, frente al diferente, a quién
hay que eliminar... el diferente ha nacido acosado, proyectando las ausencia de
quienes serán sus asesinos, pues como en un sueño se observa en ellos un
elemento fundamental: el vuelo, en su elemento originario y dramático de
espacios vacíos.
Estos seres,
visualizan en toda persona el destino, y en toda morada fortuita, una morada
predestinada, en pleno conocimiento de que el mundo no es el mejor lugar para
esconderse... no se puede controlar el tiempo, ni instalarse en él, sin
necesitar dioses ni gurúes que vengan para salvarlos... no esperan nada,
excepto de sí mismos.
¿Y el fin?... el
fin es el comienzo de un círculo antes que la periferia se paralice y se
coagule en una serie de puntos que no existían ni podrían existir de no haber
memoria. El fin es cuando todo lo que uno necesita puede envolverse en un
pañuelo.
La brújula señala
cuatro puntos y uno puede viajar horizontal o verticalmente, porque todo es
ilusión: pasajes, destinos, kilometraje, velocidad... cuando uno dice adiós,
ese es el fin. Un fin que se reduce a un nudo en la garganta.
Palpitaciones, vacíos,
caras, recuerdos, sustancia de los recuerdos. Sustancia de recuerdos envueltos
en sangre. El momento de las cosas tremendas ha pasado…
¿El momento de las
cosas tremendas ha pasado? Cualquier parecido con la realidad es simple
coincidencia y pura realidad.
(*) Filósofo y
poeta
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