DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (IV)
Ánghel Morales García
EL PROYECTO YURENA
La Cooperativa de Artes Gráficas Yurena fue uno de los proyectos culturales mas importantes que se han dado en Canarias, por lo menos en las últimas décadas, dándole la posibilidad a decenas y decenas de autores de publicar sus libros con muchísimas facilidades para ello, y muchos de los que hoy lideran el mundo de las letras en las islas tuvieron en Yurena la posibilidad de editar su primer libro. También las editoriales tuvieron una válvula de escape para poder publicar, ya que todas ellas pululaban en la precariedad económica. Unas acababan de nacer, como eran la Editorial Benchomo, la Asociación Cultural de las Islas Canarias o el Centro de la Cultura Popular Canaria, y otras nacieron a la sombra de Yurena, como fueron la Editorial Globo o Ediciones Aguere, pero, en definitiva, fue el gran despegue de la edición en el Archipiélago. Tuve la posibilidad de ser el gerente de este proyecto, que además sirvió para que en más de una década se hicieran proyectos culturales, campañas electores e infinidad de trabajos creativos comerciales.
Pero si el mundo del libro tuvo un gran desahogo con este proyecto, no menos podemos decir del mundo periodístico, donde infinidad de revistas tuvieron vida en estos talleres y de una forma o de otra tienen un hueco en la historia del periodismo canario. Institutos, universidades, sindicatos y otros grupos sociales tuvieron la oportunidad de sacar sus revistas, para plasmar en ellas sus manifestaciones de todo tipo. El Instituto Astrofísico de Canarias nos encargó sus primeras publicaciones. La Sociedad Parasicológica de Canarias, que encabezaba el gran Francisco Padrón, publicó la revista Akenatom, la primera revista de Parasicología del Estado español. Cuatro números le fueron retenidos en las aduanas españolas, donde se le pidió hasta la nacionalidad de la tinta, y sirvió para acabar con la moral del bueno de Paco y finalizar con el proyecto. Nación Canaria, de la CCT, la mejor revista sindical en toda la historia del sindicalismo canario, le tocó los huevos bien tocados al poder colonial y varios abogados y sindicalistas fueron detenidos de este prestigioso sindicato, más de 20 días en huelga de hambre, libertad sin cargos y a pagar la factura del hospital.
En Yurena puse también mi granito de arena en el campo del periodismo, tuve la oportunidad de dirigir varias revistas, como Archipiélago Canario, la más prestigiosa revista de información general de cuantas se han hecho en las islas y la que más repercusión tuvo en el exterior, especialmente en países de Latinoamérica. La Voz del Valle, la revista más crítica y comprometida de la época, donde logramos cosas impensables para modestos periodistas -de provincia, como dirían en la Metrópoli-. La Guía Semanal de Tenerife, la primera revista gratuita de estas islas. El Rastro, el primer periódico de anuncios por palabras. X. Contactos, la primera revista de relaciones de Canarias. La Primera Revista de la Mujer. Choca tanto primero y primera, pero realmente fue así. Además, estoy seguro de que se me quedan muchas cosas en el tintero. Una chica de Granada hizo su tesis doctoral acerca del Proyecto Yurena. Todo ello se consiguió sin subvenciones y con el poder más en contra que a favor. Con registros, con presiones, con inspecciones y la madre que los parió. Decía Pi la Serra, y ahora lo digo yo, recordando aquellos tiempos: Si los hijos de puta volaran, nunca veríamos el sol.
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