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viernes, 4 de octubre de 2019

¿VARGAS LLOSA?


(Este artículo fue escrito el 17-octubre-1991 y publicado al día siguiente en Diario de Las Palmas formando parte, con el número 11, de la primera serie, titulada “RESPONDO” –sacada en libro por BENCHOMO, editorial llevada por Cándido Hernández, Anghel Morales y Pablo Quintana. Lo publico motivado por la reciente visita de Vargas Llosa a La Palma. Han pasado casi 28 años de su escritura, sí)

 ¿VARGAS  LLOSA?
VICTOR RAMIREZ
Me preguntas sobre qué pienso y cómo he reac-cionado tras la presencia muy activa del otrora admiradísimo Mario en el Contracongreso Cu-bano realizado en París de la Francia... Perdona si te digo que me llenó de contradicciones, pa-riente.

Sabes mejor que nadie del gran cariño y res-peto que aún mantengo por el recuerdo del Ma-rio que conocí allá por comienzos de los setenta, cuando la feliz y fructífera aventura editorial "Inventarios Provisionales".
Yo, como sí dijera advertirlo otro querido a-migo, no advertí ambición desmedida ni sober-bia simulada en el escritor peruano. Tan sólo a-precié gentileza y cordialidad de hombre erudito nada pretencioso -dentro de lo que cabe- y de novelista magistral.
Sin embargo lo he dejado de leer. Me cuesta leer sus libros actualmente, muchísimo; tanto, que casi me he olvidado de él, que casi ni vale para mí -lo que, por supuesto, es insignificante para sus lectores.


Pero te respondo con la menos mentirosa de las sinceridades. Y pienso que ese odio visceral a la Cuba mal y pérfidamente llamada "de Castro" sí que puede responder a su soberbia resentida, probablemente a unos incontrolables celos hacia personas concretas como Julio Cortázar, Mario Benedetti y, sobre todos, el difícilmente supera-ble Gabriel García Márquez.
Porque la soberbia del aupado socialmente es enorme, y ciega irremediablemente al supuesta o realmentemente más lúcido de los hombres (La historia, la pobre historia, está llena de casos así).

El querer "ser el primero a costa de lo que sea" (una manera como otra de totalitarismo tiráni-co) es, acaso, el castigo que más temo, proba-blemente sea el tormento más feroz del infierno si existiera éste. Pues te impide practicar lo más hermosamente humano: el amor y el respeto y la consideración a tus semejantes, a la obra rival de tu semejante. Es lo que creo, pariente, que pasa con Mario Vargas Llosa; y que me disculpe y perdone si me equivoco.
Sí: ojalá yo me equivoque, y Mario se mueva por impulsos altruistas. Pero... no, pariente; creo que no puede ser verdad esto. Porque una persona que se ha enriquecido y que sólo busca compañía y amparo (sin poder saber yo de ver-dad las innúmeras dejaciones éticas que tuvo que realizar para aceptar él y encabezar una opción política totalmente traidora a su pobrísimo pueblo) en los ultracapitalistas -esa parte de los humanos que tienen sojuzgado el cacho de mundo que les toca- no puede ser altruista.

Esa rabia que muestra hacia la Revolución que dio pie a que se le respetara y alzara como es-critor (al igual que a tantos: desde Juanito Rulfo a Guimaraes Rosa, pasando por muchísimos de mis más queridos escritores latinoamericanos) y como hombre de valía no puede ser racionalmente dialéctica, pariente. Sí, la difusión y el respeto a la Literatura Iberoamérica se debe a la existencia de la Revolución Cubana; sin ésta (guste o no guste, y por muchos fallos y deficiencias que tuviere) no existirían…
Tiene que ser visceral, totalmente irracional –algo peligroso en gente de excelsitud intelectual. Porque si pusiere Mario ese empeño y esa valía cultural y social que tiene (y que yo no le niego) al servicio de la denuncia y lucha contra la absoluta miseria y el probablemente irremediable abandono y la insufrible situación de injusticia asesina que sufren Perú (¿su pueblo?) y todos los demás países latinoamericanos, probablemente correría peligro su ¿prestigio? Mundano, perdería las ¿amistades? que lo sostienen riquísimo y bienvividor.

Además de que es más ¿fácil? apostar a ca-ballo ganador: aunque este caballo esté montado por los jinetes del Apocalipsis. ¡Qué pena, pariente! ¡Y yo que no puedo olvidar el cariño y el respeto que le tuve... !

17-octubre-1991


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