PEDRO, ÉSTE NO ES EL
CAMINO
ROSA MARÍA ARTAL
Valencia, la UE, Aldama, todo... a estas
alturas entendemos que el camino de las utopías falla más que una escopeta de
feria y es más eficaz el de ellos: la mano dura, la acción/reacción
contundentes. Para atajar todas las fallas, caiga quien caiga. Es inútil
argumentar con quienes ni creen en la democracia
Sin la menor duda, hubiéramos deseado que los valencianos, conocedores del personaje que se presentaba a presidente de la Generalitat, y de la trayectoria de su partido, el PP, en la Comunidad, le hubieran dado un par de vueltas a qué podían esperar de ellos en las duras y en las maduras. En las maduras, ya sabemos, mucha palabrería; en las duras ya lo han, hemos, comprobado con horror. Una ineficacia sonrojante, aderezada con un descaro portentoso en la asunción de responsabilidades, una desvergüenza de pasmo total en las contratas para la reconstrucción y finalmente la elección de un vicepresidente militar, teniente general en la reserva que dice no aceptar órdenes políticas y retuitea comentarios de ultraderecha, y a quien Mazón, acaba de encargar sea el que se entienda con el gobierno, con quien manda el dinero y los medios para todo esto. Y ya van casi 62 millones de euros en contratos a dedo a empresas vinculadas a tramas corruptas del PP, de las que engrosaron la Caja B del dinero sucio -bajo mano- del partido.
Los familiares de las 220 personas fallecidas hubieran preferido
que Carlos Mazón estuviera en su puesto en lugar de andar desconectado en un
restaurante, siquiera que alguien de su gobierno hubiera trasladado los avisos
de alerta de la Dana que llegaba. Ahora otra de las secuaces de Mazón, su
portavoz, dice que no tenían aviso alguno sin mover un músculo de su cara. A
estas alturas y por más que estrujen los datos, sin la menor duda sería
preferible que ese individuo y todo su equipo estuvieran ya en su casa
desposeídos del cargo y preparando su defensa legal.
Por supuesto que hubiéramos necesitado que la justicia actuara
también contra los responsables de la Comunidad de Madrid firmantes de un
protocolo que privó de traslado hospitalario y asistencia médica a miles de
ancianos en las residencias a su cargo. Porque, así, murieron con enorme
dolor 7.291 personas de las cuales 4.000 se podían haber salvado, según la
comisión que estudió exhaustivamente el caso. Y lo
quisiéramos así para que, de entrada, la arrogante y deslenguada presidenta de
esa enorme tragedia evitable no pudiera mofarse y preguntarse de dónde sacan
las familias de los fallecidos tan amargamente, lejos de ellos, dinero para
presentar denuncias e intentar que se haga justicia. Que Ayuso mencione las
financiaciones no se sabe si es más chulería o una enorme torpeza.
Valencia, la UE, Aldama... Con todo ello y más, hemos
llegado hasta aquí para entender que el camino de las utopías falla más que una
escopeta de feria y es más eficaz el de ellos: la mano dura, la acción/reacción
contundentes. Es tristísimo y más constatarlo tras toda una vida de lucha, pero
precisamente por eso, desde la experiencia, se ve más clara la necesidad de
cambiar de táctica y al menos intentar dejar un mundo más habitable.
Sin duda hubiéramos preferido que la sacrosanta Transición no
fuera una estafa como se contempla en sus consecuencias desde el hoy. Una
componenda que dejó en pie muchas de las bases donde se asentó la dictadura. La
justicia, esos partidos corruptos y descarados, esos medios que abochornan al
periodismo, buena parte de la educación al amparo del Concordato con la Santa
Sede, sesgada y subvencionada.
Con toda convicción, preferiríamos vivir entre ciudadanos que
valoran la ciencia y el progreso sin esos especímenes que niegan hasta la
evidencia palmaria de la emergencia climática, incluso cuando la atestiguan
verdaderas catástrófes. Es desolador comprobar los ataques recibidos por el científico del CSIC Fernando
Valladares solo por advertirlo, entre otros
muchos. Saber que vivimos entre seres cuya inclinación a tragarse cuentos
absurdos y mayúsculos nos condiciona a todos.
Conscientes de que conformarse con el mal menor nos ha costado
carísimo en España, nos vemos obligados sin embargo a engullir lo que no sería
nuestra principal opción, pero lo que viene es cada vez peor -y esperen que ni
siquiera queda ahí- y algo hay que hacer.
Se nos están comiendo vivos ¿no lo ven? Aquí, y en Europa, y
queda por llegar la ola de imbecilidad que impulsa Estados Unidos con
consecuencias que serán trágicas con seguridad. Y por allá los genocidios
amparados y más arriba esa estúpida provocación para ver si damos salida a más
armamento y más chulería.
Aguantar no es el camino. Menos mal que tenemos un gobierno
progresista ¿verdad? pues el presidente está acosado por los cuatro costados.
Mientras campan en la impunidad mazones y ayusos y
toda la tropa de la Gürtel.
Este jueves, medios y política rastrera se vieron por fin
capaces de arrinconar la tragedia de Valencia para lanzarse a la yugular de
Pedro Sánchez y su gobierno. Un delincuente, Víctor de Aldama, en su estrategia
de defensa soltó basura a espuertas. Hay cosas que hacen saltar las alarmas de
cualquiera menos de quienes no quieren oírlas. El tipo menciona sus trabajos
para una media docena de Agencias de Inteligencia mundiales. Un auténtico
fenómeno al agente quíntuple y séxtuple, único en el mundo. Pero eso jamás
detiene a los perturbadores del sistema y asistimos a estas vergüenzas
publicadas a toda portada una y otra vez.
Se han emocionado tanto, animándose unos a otros, que Feijóo ya
se ofrece para una moción de censura, Vox dice que le apoya. Piensan en “otro”
partido a ver si por fin sale lo de Junts, pero los catalanes dicen que no.
Mañueco pide la dimisión del presidente y hasta aquel pobre tránsfuga navarro
se apunta a una censura radical como si, en efecto, Víctor de Aldama fuera la
palabra de dios. Digno de estudio: se creen a los medios que manipulan en favor del PP.
No basta con negarlo -hay demasiados medios que mienten o marean
que hace parecido efecto-, ni con presentar denuncias como ha hecho ya el PSOE -hay
demasiados Peinados-. Por cierto, en el caso de que Aldama fuera condenado por
calumnias, también deberían serlo quienes han publicado sus declaraciones como
verdad de fe, sin comprobar nada. Dejen de discutir y explicar. No se puede ser
educado con los groseros, es inútil argumentar con quienes ni creen en la
democracia.
¿De verdad no hay forma de impedir que cualquier organización
ultra se plante en un juzgado con una denuncia y encuentre tantas veces un
magistrado que la tramite? Solo las sociedades corruptas tienen tal número de
querellas en marcha. ¿De verdad cualquiera con pasta y mala baba puede iniciar
un proceso? ¿No será cuestión de revisar algunos procedimientos? ¿Y qué
hacen los órganos que supervisan el leal cumplimiento de las leyes? Para los
legos en la materia lo que pasa en España nos parece un tanto raro.
¿Y para cuándo los cierres temporales y las multas a los
propagadores de bulos y amenazas? Que siga impune Juan Manuel de Prada y el ABC tras pedir ahorcar y descuartizar al presidente Sánchez,
no se comprende. Porque no es bonheur democrática, casi
parece miedo a la reacción. Y si lo es ¿Por qué no se atajan los surtidores?
Sin duda hubiéramos querido otra España y otro mundo. Mucha
gente se ha empeñado en lograrlo, con mucho esfuerzo, muchas pérdidas. No hay
derecho a esto.
El amargo realismo nos enseña que ni siquiera un gobierno
socialdemócrata pudo mantenerse porque nunca fue aceptado y aún se quejaban los
utópicos de que era poco de izquierdas. Hay que reconocer que Pedro Sánchez
hace con el actual y sus apoyos parlamentarios auténticos malabares. Pero la
ola nacional y mundial aconseja sentar y fijar bases sólidas. Seguro que se
pueden hacer muchas cosas. Proyectar en TVE en Prime Time el documental 7291
sobre las muertes en las residencias de Madrid. Echar a Mazón del gobierno o
controlar al menos el surtidor de dinero público que anda repartiendo. Todo el
dolor y el daño sufrido merecen mucho más de lo que tienen.
De los pequeños pasos a las grandes zancadas. El realismo es
enfrentar lo que hay. Desde la burricie programada de los ciudadanos que obran
contra sus intereses incluso, a atajar todas las fallas sin tibieza alguna,
caiga quien caiga. En general las organizaciones de corte mafioso valoran la
fuerza y la firmeza. Quizás es la mejor forma de parar tanto matonismo, a todos
los niveles. Es que hasta en el simple entretenimiento televisivo hay puñaladas
traperas.
Sin duda hubiéramos preferido no necesitar ni utopías para vivir
en una sociedad democrática y honesta, pero llegados a la encrucijada, al borde
del abismo, no hay otra que cambiar de táctica y de rumbo.
Lo habitual es que escriba los artículos comenzando por el
título, pero hoy la efectividad me inclina a ajustarlo ahora. Porque esto va “A
la atención de Pedro Sánchez, su gobierno, los políticos decentes y los
ciudadanos ávidos de acabar con tanta inmundicia”.
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