KAMALA HARRIS NO ES
AMIGA DE PALESTINA
LIGA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES
LITCI
Hace
un mes se produjo una sacudida en el Partido Demócrata que ha provocado que el
actual presidente, Joe Biden, se aparte de la carrera presidencial. En la
Convención Nacional Demócrata de esta semana, Kamala Harris será coronada como
la nueva candidata del Partido Demócrata. Esta nueva situación abre importantes
interrogantes para el movimiento de solidaridad con Palestina en Estados
Unidos: ¿Es Harris una aliada de la lucha palestina?
La respuesta corta es que no, ni de lejos. Harris ya es la vicepresidenta, parte de la administración que ha estado financiando y armando al ejército israelí mientras este lleva a cabo su genocidio en Gaza. Esto en sí mismo debería bastar para disipar cualquier ilusión sobre su posición al respecto. Mientras su carrera ha despegado, cientos de miles de palestinos han muerto, millones han sido desplazados y la población de Gaza está asolada por el hambre y las enfermedades, todo ello a manos de las Fuerzas de Defensa israelíes, con el pleno apoyo de la administración Biden-Harris.
Ni
una sola vez Kamala Harris ha hecho una declaración directa oponiéndose al
genocidio; es cómplice del mismo. Es tan leal servidora de la clase capitalista
dominante estadounidense como Joe Biden. Pero si ese es el caso, ¿por qué
todavía hay ilusiones?
¿Por
qué dimitió Biden?
En
el movimiento de solidaridad con Palestina hay quienes consideran la renuncia
de Biden como una victoria de la “campaña de no comprometidos”, que comenzó
como un esfuerzo para que los Demócratas inscritos votaran “no comprometido”
durante las primarias estatales como protesta contra el apoyo de Biden al
genocidio de Israel. Más de 650.000 personas emitieron este voto1. El
movimiento de “no comprometidos” ha contribuido a organizar concentraciones de
“Ni una bomba más” (Not Another Bomb) en todo el país durante la semana de la
Convención Nacional del Partido Demócrata, y a agitar para tener voz en la sala
de la convención.
Pero
hay dos problemas a la hora de ver la sustitución de Harris por Biden por parte
de los Demócratas como una victoria sobre la cuestión de Palestina. El primero
y obvio es que la presión para que Biden abandonara la carrera salió a la luz
después de su tragicómica actuación en el debate con Trump el 27 de junio, que
puso en duda su capacidad para gobernar. En segundo lugar, la presión para que
se retirara provino del establishment Demócrata, no de su flanco izquierdo, que
lo apoyó hasta el final, con pocas excepciones2 . Las
pruebas indican que la presión para que Biden se retirara de la carrera fue una
maniobra del establishment del Partido Demócrata para aumentar sus
posibilidades de ganar las elecciones. Sus bajos índices de aprobación se
debieron principalmente a la edad de Biden y a sus capacidades cognitivas,
siendo Palestina una cuestión secundaria.
Aún
más importante es la comprensión política de que la alternativa a Biden es una
candidata que ha mostrado tanto apoyo a Israel como él. Como presidenta, no
podemos esperar que Harris sea tan diferente hacia la política estadounidense
en Oriente Medio como cuando era vicepresidenta.
Juego
de cooptación del Partido Demócrata
Incluso
antes de que salieran a la luz las presiones para que Biden dimitiera, Harris
se presentaba a menudo como más amistosa con la causa palestina. Ya en marzo,
fue elegida por la Administración para pedir públicamente un alto el fuego3.
Más
del 70% de los demócratas registrados apoyan un alto el fuego4, algo que
tanto Biden como Harris han defendido de boquilla, pero que en realidad no han
intentado impulsar. Cada día que el genocidio continúa, más y más personas se
disgustan con la actual administración por este asunto.
Por
supuesto, el alto el fuego que la administración dice apoyar deja a los
palestinos en una terrible desventaja. Además, Harris atribuyó la responsabilidad
de lograr un alto el fuego a Hamás, no a Israel, que es la entidad que
actualmente lleva a cabo el genocidio.
En
junio, se armó un gran revuelo por el hecho de que Harris no asistiera al
discurso de Netanyahu ante el Congreso, a pesar de que al día siguiente se
reunió personalmente con él. Poco después, volvió a asegurar que buscaba algún
tipo de acuerdo de paz en Gaza: “Así que, a todos los que han estado pidiendo
un alto el fuego y a todos los que anhelan la paz, os veo y os oigo. Lleguemos
a un acuerdo para conseguir un alto el fuego que ponga fin a la guerra.
Traigamos a los rehenes a casa. Y proporcionemos el alivio que tanto necesita
el pueblo palestino”.
Y
sin embargo, mientras afirmaba que “no se callaría” ante el sufrimiento, Harris
también repitió la manida frase de que “Israel tiene derecho a defenderse”.
¿Qué
es esto? ¿Está la candidata del Partido Demócrata luchando contra demonios
internos, tratando de hacer lo correcto en una situación difícil? ¿O
simplemente está hablando por los dos lados de la boca, tratando de
desmovilizar al movimiento de solidaridad con Palestina mientras mantiene un
apoyo inquebrantable a Israel?
Harris
no es una jugadora neutral; no es simplemente una persona elegida al azar entre
la masa de la población de EE.UU., y lo suficientemente “valiente” como para
enfrentarse a Trump. Es una representante calculadora de la clase capitalista
estadounidense, la clase imperialista más poderosa del mundo. Esta clase
capitalista-imperialista tiene intereses objetivos y concretos en mantener a
Israel como cabeza de playa en el mundo árabe. Israel defiende los intereses
económicos y geopolíticos de Estados Unidos; es una amenaza constante para las
masas árabes de la región y actúa para impedir su unificación, que a su vez
sería una amenaza para la influencia de Estados Unidos en la región.
Harris
está intentando tranquilizar a Israel, haciéndole saber que Estados Unidos le
cubrirá las espaldas y que el alto el fuego se producirá según sus condiciones;
no se interferirá en los intereses israelíes de limpieza étnica, genocidio y
apropiación de tierras. Pero al mismo tiempo, está intentando pacificar el
movimiento antiguerra en casa. Debemos profundizar en este segundo aspecto,
porque es el meollo de la cuestión.
El
movimiento pro-Palestina supone un problema para el Partido Demócrata, porque
se está produciendo bajo su administración. Es difícil para los Demócratas
fingir que tendrían una política más humana, como ocurre bajo las
administraciones republicanas.
En
el DNC, incluso Biden se sintió obligado a decir que su actual administración
trabajaría “para poner fin al sufrimiento civil del pueblo palestino”. Y
continuó: “Esos manifestantes en la calle tienen razón. Mucha gente está
muriendo, en ambos bandos”. Pero a pesar de tales muestras de “preocupación” -y
a pesar de las desdentadas advertencias a Israel sobre los peligros de cruzar
una “línea roja”- la administración Biden-Harris sigue apoyando a ultranza la
política genocida de Israel.
Ahora que Harris es oficialmente candidata, se ve obligada más que nunca a
demostrar quién cuenta realmente con su apoyo: Palestina o Israel. Su apoyo,
como era de esperar, recae directamente en este último. En un reciente mitin de
campaña, cuando los manifestantes pro-palestinos interrumpieron su discurso,
ella les sermoneó: “Si quieren que gane Donald Trump, díganlo; si no, ¡hablo
yo!”5.
El
continuo asalto a Gaza, la invasión de Rafah, los repetidos bombardeos de
escuelas, todo ello demuestra que no existe una verdadera “línea roja” para la
administración Biden-Harris. Nada de esto ha hecho que la administración cambie
de rumbo en lo que respecta a las relaciones entre Estados Unidos e Israel;
sigue ofreciendo un apoyo incondicional a Israel independientemente de sus
últimos actos sangrientos en Gaza y Cisjordania.
Recientemente,
Phil Gordon, asesor de seguridad nacional de Harris, afirmó que el
vicepresidente no apoya un embargo de armas a Israel6. Por
supuesto, un embargo de armas -que es una demanda clave planteada por el
movimiento Ni una bomba más- no cortaría realmente la línea vital de Estados
Unidos a Israel; la demanda más clara es “Fin de la ayuda estadounidense a
Israel”. No obstante, la admisión de Gordon, más de 11 meses después del inicio
del actual genocidio, deja meridianamente claro que una administración Harris
no tomaría ninguna medida significativa contra Israel y continuaría el curso
actual de Biden de dar impunidad indefinida al Estado sionista. Su simpatía
expresada por el sufrimiento de los palestinos de Gaza queda así vacía.
Walz
como VP
Algunos
han opinado que la elección de Tim Walz, gobernador de Minnesota, es también
una victoria para el movimiento, al desbancar al gobernador de Pensilvania,
Josh Shapiro, como candidato a la vicepresidencia. Pero, ¿dónde está la
victoria? Walz también se ha declarado aliado incondicional de Israel y enemigo
de los movimientos sociales de liberación. Como gobernador, fue responsable del
despliegue de la Guardia Nacional contra el movimiento de George Floyd,
gaseando con gases lacrimógenos y maltratando a la gente que salía contra la
brutalidad policial.
Kamala Harris y Tim Walz, declarado
aliado incondicional de Israel y enemigo de los movimientos sociales de
liberación.
El
gobernador Walz también ha despreciado los derechos de los palestinos. En una
entrevista con Mondoweiss, después de que Walz cancelara una reunión con
familias palestinas, Sana Wazwaz, de Musulmanes Estadounidenses por Palestina,
dijo:
“Nunca, ni una sola vez, ha decidido sentarse a reunirse con una familia
gazatí. Ha rechazado todos los intentos de sentarse a hablar con cualquiera de
nosotros, y se ha negado a reunirse con una sola mezquita aquí en Minnesota
para hablar de lo que está ocurriendo en Gaza. Pero, por otro lado, se apresuró
inmediatamente después del 7 de octubre a ir a las sinagogas, a acudir a una
concentración de apoyo a Israel, a ordenar que las banderas ondearan a media
asta en honor de las víctimas israelíes”7.
Está
claro que Walz tampoco es amigo del movimiento palestino, y presentarlo como
tal es una maniobra para que los que se han horrorizado con el apoyo de los
Demócratas al genocidio vuelvan al redil del Partido Demócrata. No hay que
fiarse ni de Harris ni de Walz.
El
movimiento debe ser independiente
La
única manera de avanzar para nosotros en el movimiento de solidaridad con
Palestina es mantener una estricta independencia de los partidos capitalistas,
tanto republicanos como demócratas, sin importar las dulces mentirijillas que
vomiten.
La política de Harris sobre Palestina no diferirá de la de Biden. Ella está
utilizando la retórica de la solidaridad con el fin de desmovilizar a un
movimiento que amenaza los intereses capitalistas de EE.UU. en el extranjero,
debido a su atractivo para las masas. Si nos dejamos llevar al redil del
Partido Demócrata, acabaremos cayendo en una trampa que ya ha sido jugada, por
Obama en la guerra de Irak y por varios presidentes, tanto demócratas como
republicanos, durante la guerra de Vietnam.
El
movimiento es una espina clavada en el costado de la clase dominante. A medida
que las masas de la clase trabajadora ven que su gobierno gasta miles y miles
de millones de dólares para financiar un genocidio televisado a diario, a
medida que se movilizan en las calles contra él, están pasando por un proceso
de radicalización. Movilizarse por Palestina acaba siendo una movilización contra
el Estado estadounidense en su conjunto, poniendo en cuestión quién gobierna
este país y por qué.
Muchos
se preguntarán: ¿por qué no parar? ¿Por qué no invertir el dinero aquí, donde
se necesita, para mejorar la vida de millones de personas, en lugar de hacer
llover destrucción sobre otro pueblo? La clase dirigente y sus partidos
políticos son incapaces de dar una respuesta satisfactoria a esta pregunta.
En
realidad, Palestina está revelando a millones de personas las sangrientas
profundidades a las que la clase dominante está dispuesta a llegar para
mantener sus intereses, y también la poca atención que prestan a las demandas
del pueblo. No hay razón para pensar que un gobierno de Harris vaya a ser
ningún tipo de aliado del movimiento; debemos seguir construyendo un movimiento
de masas independiente de los partidos de la clase dominante.
N.
Irazu – Voz de los Trabajadores (EE.UU.)
1. https://www.politico.com/news/2024/06/05/biden-uncommitted-primary-vote-00161700 ↩︎
2. https://www.newyorker.com/news/our-columnists/why-did-progressive-democrats-support-joe-biden ↩︎
3. https://www.nytimes.com/video/world/middleeast/100000009340980/israel-gaza-kamala-harris-ceasefire.html ↩︎
4. https://www.commondreams.org/news/poll-permanent-ceasefire ↩︎
5. https://www.youtube.com/watch?v=ZgvKaMQOUPI ↩︎
6. https://x.com/PhilGordon46/status/1821539980017070229 ↩︎
7. https://mondoweiss.net/2024/08/minnesota-activists-criticize-tim-walz-for-refusing-to-meet-with-palestinians/ ↩︎
No hay comentarios:
Publicar un comentario