COMPRESAS
AIZPURUA tar JOSU Mª
Parece mentira que
el feminismo esté en plena lucha por cosas minoritarias y las compresas,
necesidad femenina universal, sean de pago y con IVA. No lo comprendo, no lo
comparto y protesto; a las que más protesto es a las lideresas sociales y a la
ministra Irene.
En la escuela de Dominicana, me enteré de que las niñas que no venían a clase eran por no poder comprar compresas y se quedaban en casa. Lloré por la injusticia patriarcal. Pero no sé hacer nada por ellas, y escribir esto no creo que mueva conciencias. Si los hombres menstruaran hace tiempo el tema estaría resuelto.
De joven,
adolescente, teníamos cuadrilla de chicas y chicos, y a veces se hacían grupos,
pero yo me ponía con las chicas (Agus no pienses mal) pues su conversación era
más interesante y ello me dio las primeras pistas de la superioridad femenina
que tanto me costó defender en la Universidad. Eran tiempos en que el
catedrático de estadística recibió a la primera chica en la clase y cuando
entró le soltó un
·
¿Ya podrá estudiar y menstruar al
mismo tiempo?
Era un viejo
trabucaire al que debieran reabrir el infierno para su castigo.
Pero ahora que
tantos tabús han caído no es posible que “la luna” como le dicen en Dominicana,
siga siendo un tabú, una maldición bien llevada por las chicas y oculta al ojo
macho. Bajo un Ingreso Familiar definido, y si me apuran sin ninguno, para
todas, la Seguridad Social debiera repartir las compresas gratis a las mujeres
en edad. ¿Qué menos que corresponder a la parte más complicada de la
procreación? A los hombres nos tocó la parte más llevadera de la procreación;
seamos generosos.
Hoy sigo pensando
que la mujer está mejor dotada intelectualmente que el hombre, aunque ello
puede ser a causa de la educación; no lo sé, pero lo siento en toda mi
trayectoria. Hoy la veo confundida, agobiada por la responsabilidad histórica
de dar su paso adelante. Hace nada no eran dignas de votar, no se pongan
nerviosas que la causa está ganada, solo es cuestión de dar los pasos
adecuadamente.
Acaben con el Lobby
compresero, que se lo paguen los Gobiernos y no dejen solas a las niñas-mujer
de los países que han sido arrojados del consumo elemental, y carecen de
compresas por lo que su regla, su luna, deben pasarla en su casa y por las
montañas asiáticas, las echan de ella para que la pasen en la cuadra. Si llego
a nacer mujer, alguno me la paga.
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