SOBRE VÍCTOR RAMÍREZ Y
RAFAEL FRANQUELO: DOS PUNTALES MUY LITERARIOS
POR CARMEN DELIA ARANDA
Canarias7, 24-octubre-2011
«Víctor
Ramírez, en su literatura, camina por el filo de un cuchillo sin caer en el
lado folclorista». El que así habla es su amigo,
el polifacético Rafael Franquelo,
libertario,
sobre Víctor.
Un volumen en el que analiza sus letras y recoge los recuerdos compartidos del
activismo cultural y literario de este tándem arrollador.
Franquelo (Jaén,
1942) entiende que su obra es revolucionaria porque, por primera vez, alguien «se enfrentó a un habla coloquial, risquera,
y la elevó a la categoría de arte». No es el único que aprecia la maestría
de Ramírez (San Roque, 1944). «Está en la
Academia Canaria de la Lengua y ha tenido el reconocimiento de grandes
escritores, desde Vargas Llosa a Luis Sepúlveda», recuerda.
«Así como García Márquez hizo de Macondo su universo mítico, Ramírez
tiene su mundo en El Risco», explica este profesor en activo que deberá
abandonar las aulas en abril, cuando cumpla 70 años.
De su obra, muy influenciada por lo mexicano, Franquelo destaca
la presencia del fuereño:
«el que está fuera de todo, en un lugar
donde el pobre puede sentir vergüenza de acabar rico, las putas son decentes, y
el atildado intelectual despechado se refugia en la poesía social sufriendo la
encarcelación por declararse independentista».
Esta frescura con la que retrata la sociedad canaria no fue bien
encajada. «La pulsión interna de su
novela –asegura– aún no ha sido
digerida por la crítica canaria en el retrato descarnado de su pueblo. Víctor
ha reflejado siempre una sociedad sojuzgada y la incapacidad del canario para
ser dueño de su destino. Nunca lo han nombrado Premio Canarias porque sería
como si se lo dieran, políticamente, a Cubillo», asegura Franquelo.
Para acercarse a su
obra, el profesor recomienda empezar por Cada cual arrastra su sombra. «Fue una revolución, aunque antes estaban
los fetasianos e Isaac de Vega, del que logré hacer una reedición de su novela Fetasa con
la editorial Inventarios provisionales», cuenta. Luego, aconseja seguir por
sus cuentos, entre ellos, el relato Además lo primero, que apareció en Planas de Poesía. Este cuento nació en el curso 69-70, cuando
coincidieron en una escuela de Lomo Blanco.
«Allí
se gestaron muchas cosas, como Radio Guiniguada, pero no solo de nosotros, sino
del ambiente tan interesante que se produjo: amigos nuestros, gente del barrio,
asociaciones, personas comprometidas...»,
recuerda. «Para mí, –abunda– es un documento de una época en la que el
franquismo aplastaba cualquier atisbo de libertad y se reflejaba la escuelita
de pizarrón, el castigo físico, las guaguas renqueantes por la geografía
risquera, el amor primerizo, los primeros desencantos amorosos... No tiene nada
que envidiar a El túnel, La Perla o cualquier obra de esas y ofrecía al
docente un sinfín de posibilidades para desgranar cómo se escribe una novela.
Era un ejercicio para demostrar cómo se puede hacer una obra maestra».
El arrorró del cabrero, La tercera mitad del cariño y De aquella zafra son
otras de sus novelas favoritas de Ramírez.
EL AUTOR. Franquelo es poliédrico. Poeta, pintor, comisario, editor... Actualmente dirige la sala Lola Massieu de Santa Brígida y durante siete años regentó la sala José Martí en San Mateo. «A mí me dan cuatro paredes y monto una exposición», dice. De hecho, ha comisariado un centenar de muestras de artistas como Paco Cruz, Paco Juan Déniz, Jorge López, Lola Massieu, Jesús Arencibia, Julio Viera, Jorge Lindell, José Luis Vega o Dolores de la Torre.
EL AUTOR. Franquelo es poliédrico. Poeta, pintor, comisario, editor... Actualmente dirige la sala Lola Massieu de Santa Brígida y durante siete años regentó la sala José Martí en San Mateo. «A mí me dan cuatro paredes y monto una exposición», dice. De hecho, ha comisariado un centenar de muestras de artistas como Paco Cruz, Paco Juan Déniz, Jorge López, Lola Massieu, Jesús Arencibia, Julio Viera, Jorge Lindell, José Luis Vega o Dolores de la Torre.
Con
Ramírez ha editado al menos cinco antologías de Literatura Canaria, entre
ellas, Aislada órbita, que publicó con Inventarios provisionales, una editorial cooperativa impulsada
junto a unos jovencísimos Ramírez, Luis León Barreto, Justo Jorge
Padrón y, el motor del proyecto, Juancho Armas Marcelo. Como pintor, perteneció
a los grupos Espiral y DES.
Emilio
González Déniz dice:
Si
hablamos de Víctor Ramírez tenemos que convenir que es un extraordinario
narrador, de lo mejor que ha dado Canarias. En cuanto a Franquelo (que no es de
San Mateo sino malagueño), se ha ganado a pulso la canariedad por su incesante
trabajo como difusor, crítico y creador de cultura. Dos pilares.
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