Páginas

miércoles, 18 de marzo de 2020

SOBRAN


SOBRAN
JM AIZPURUA
Les comunico que yo; también he decidido renunciar a la herencia de Campechano I, pero no a la económica sino a la de su monarquía seudodemocrática, franquista y corrupta.

Lo otro, lo de la renuncia del dinero es un brindis al sol del muchacho pues sin la muerte del testante ni la certeza de ser heredero, según la legislación vigente: carece de valor. (cc art.991)
¿Por qué no renuncia a lo más sórdido del legado paterno? Me refiero a la corona española, chollo inmenso, anacrónico, ilegítimo, e inmenso obstáculo para modernizar un Estado para el siglo XXI.

El comunicado es algo que pasará a la Historia como ejemplo del mal hacer. No justifica nada y es una cobardía que cuando vienen mal dadas, el hijo repudie al padre al que vio en su juventud vivir la vida con un gratificante silencio cómplice. Es una infamia que retire su jubilación a un rey, aunque sea su padre. La parte legal de la fortuna personal del Campechano no es la que debería quitarle, pues es la otra, la inconfesable, la que debería ser retirada.
Tirando coronavirus mediáticos no conseguirán ocultar el corinavirus del Sistema78, la heredada corrupción franquista impune que permitió a muchos vividores de la empresa, que no empresarios, sobornar al rey, que es el mayor delito ético, y a éste sucumbir al ataque.
Todavía hay quien clama por que expulsen de España a Campechano, crueldad inaudita para un anciano que no hizo otra cosa que aprovecharse del cargo, como todos, pero es que el suyo era “más gordo”. Déjenlo que siga de francachelas por sus rutas y olviden una página negra de la historia. Una más ¿y van….?
¿Se dan cuenta de lo complicado que resulta para un Estado que una familia pueda genéticamente garantizar el buen gobierno? Piensen, por favor.
Es por eso por lo que la República es la mejor solución a la Jefatura de Estado, como el Alcalde al municipio: cuando no sale bueno se cambia y se pone otro sin hipotecas familiares.
Los corruptores siguen como casta noble del país. Son ellos el peligro y sus maniobras son cada vez más torpes y alejadas de un sentir popular al que proponen iconos, referentes, y caminos que ya no construyen nada. El siglo XIX no les valdrá para el siglo XXI, pero no quieren darse por enterados en la esperanza que sus porras y togas les resuelvan la papeleta.
Aquí sobran muchos, pero, Campechano se ganó a pulso su jubilación. Quien lo puso y lo mantuvo: que lo pague. Era “Juanito El Breve” pero se empeñaron en usarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario