VINOS DE LEYENDA
JCA
William Shakespeare no tuvo por qué
saber de todo y bien. Pero, aun así, es difícil no sentir cierto orgullo cuando
puso en boca de la posadera Mistress Quickly estas palabras: “Por mi fe que
habéis bebido demasiado vino canario, un vino maravilloso y penetrante que
perfuma la sangre antes de que se pueda decir ¿qué es esto?”.
Evidentemente, desde finales del
siglo XVI, la elaboración de vino canario ha pasado por fases de todo tipo, sin
que, a estas alturas, se nos escape que cada vez va a más y mejor. Un ejemplo
nos lo presentaba Santiago Suárez Sosa, el 9 de abril, en este mismo blog, al
informar de las cinco medallas de oro obtenidas en Agrocanarias por distintos
vinos de la zona Tacoronte-Acentejo.
Y un nuevo e importante ejemplo ha
tenido lugar en la 43ª edición del Challenge
International du Vin, el mayor y más antiguo concurso internacional de
vinos organizado en Francia, donde la zona del Valle de Güímar ha destacado con
un Brumas de Ayosa, blanco seco, que ha obtenido la medalla de oro (ya fue
considerado este año el mejor vino de Canarias) y otro Brumas de Ayosa, tinto
joven, que ha conseguido la medalla de bronce.
Quizá hoy falte un Shakespeare que hable de nosotros. Pero lo
fundamental ya existe, unos vinos maravillosos y penetrantes, con un
reconocimiento cada vez mayor... Bueno, ya lo dijo Séneca, el vino (con
moderación, ¿vale?) asegura la curación de la tristeza, lava nuestras
inquietudes, enjuaga el alma.
¡Salud!
JCA
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