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domingo, 30 de diciembre de 2018

2019, UN HORIZONTE POSIBLE


2019, UN HORIZONTE POSIBLE
Nuestra libertad es una 
vía única y a partir
de ese momento, no hay otra vía.

EDUARDO SANGUINETTI, FILÓSOFO
Ella nos arranca de nuestra sombra para hacernos participar de lo que somos…se hace destino.
Nuestra libertad nos obliga a cada instante a comprometerla con ‘valentía’ y dignidad en ser y saber, de la irremediable lucha contra las fuerzas del odio, de la mentira, de la cobardía y de la avidez: de un pasado abolido, que se presenta una y otra vez ante nosotros en juego especular y trágico.
Me ha permitido el permanecer en sobrevivencia, conocer a seres que se acuestan sin comer y se levantan sin saber si comerán en el día que deben enfrentar.
No lo ignoro, pues veo, siento y experimento las necesidades de la mayoría de hombres y mujeres que luchan o mueren en el intento de permanecer en mi tierra: Argentina.
Los sensibles humanistas, tenemos la mediana certeza, que esta vida es “algo” inasible, digna de ser experimentada en disfrute y placer, jamás una condena con fecha de vencimiento… sólo me interesa saber que la vida debe experimentarse como un milagro, no como un castigo.
Ante la lógica de los ‘justos’, la ‘benevolencia’ impasible de los generosos y los ‘virtuosos’, junto con la seriedad de los ‘teóricos’, se promueve la indigencia de millones de seres humanos y se perpetra el despojo de derechos, la expoliación de la vida, la degradación de la salud, el hambre como regla y norma, las horas muertas, la vida espantosa, sin visión de modificar el horizonte pintado a mano, paisaje siniestro y verídico, al que asistimos.

Argentina, mi país, donde la exclusión y la miseria, visible y creciente, son norma de vida, aplicada por un gobierno pautado por asesores contratados en tiendas de accesorios… Argentina, mi país, donde su ridículo presidente, se jacta de su popularidad con el FMI, se atreve a mentir en nombre de la verdad, sumando atroces desaciertos cotidianos, a los que la comunidad se asimila susurrando en las sombras… Argentina, mi país, donde se ha deteriorado día a día sin cesar los servicios de salud pública, educación, el sistema jubilatorio, el gasto público y el déficit fiscal del Estado, la deuda externa y sobre todo se eliminó la libertad y la alegría de un pueblo ya de por si temeroso y avaro de sus placeres… Argentina, mi país, donde la eliminación de derechos y garantías, devienen en represión e intimidación del ciudadano que sale a manifestarse pacíficamente, ante los atropellos atroces de los que son víctimas propiciatorias, del poder de turno, en manos de funestos personeros del odio y el resentimiento, del parasitismo y la ignorancia.
El sentido popular, asimilado en sensibilidad y ética, no ignora que la aldea global está envilecida tras el lucro, en cuyas manos se concentra la riqueza y el poder de decidir sobre la vida de comunidades enteras. Lejos de promover la armonía y el bienestar de hombres y mujeres, solo ha provocado ha despertado los bajos instintos en un mundo que expulsa a los valientes poseedores de ideales e ideas y premia a los mercenarios, los cobardes, traidores y simuladores.
El hombre que se interroga sobre su destino está siempre solo, a cada instante él pierde o gana sin que haya ninguna referencia a alguna ley común. Todo destino tiene su ritmo, una ley de compensación equilibra los desastres.
Las cosas se posan dulcemente delante de aquellos que no pueden verlas. El sol es un juguete para ciegos. No es necesario prever, no es necesario ver. Es necesario enterrarse en el corazón de la tierra: el diálogo nunca terminará…poder contentarse con una verdad más humilde, saber que para obtener antes hay que olvidar.
“Es necesario renunciar absolutamente para ser absolutamente”. Es necesario también perseverar sin esperanza de victoria. El destino otorga su chance después de un largo periplo cercano a la muerte.

Eso que pedimos con la mayor insistencia al destino, al final nos lo acuerda (el precepto queda verificado) pero nos lo acuerda más que cuando no lo esperamos más. Hay que desconfiar de las ventajas fáciles que nos ofrece un mundo que simuladamente abre sus puertas a todos los que obedecen… pero alcancemos un estado de extrema felicidad que suprime por un tiempo la memoria de lo que jamás ocurrió.
Nada se compara con el encanto de un hombre que no esconde ninguna de sus ideas y puede expresarlas sin la menor necesidad de ofensa, sino con naturalidad y gracia ‘suma’, este rol intento asimilarlo siempre, con la espontaneidad de la emergencia, en este fin de año, donde mi cumpleaños tiene espacio y lugar.
Mis respetos a todos los lectores de mis editoriales, a quienes de manera muy clara y contundente se manifiestan en libertad, verdad y valentía, en comentarios estupendos, que me motivan a seguir escribiendo. Agradezco a La República el que me brinde este espacio, desde donde, hace ya 13 años me comunico con el mundo.
¡Feliz sobrevida! ¡Feliz vida!… un 2019 posible…

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