LA INDIFERENCIA Y SU
EFECTO BUMERÁN
ILKA
OLIVA CORADO
Más que miedo y desconocimiento es pereza. Más que
miedo es individualismo. Más que miedo
es complicidad por conveniencia. Más que miedo es indiferencia en las
sociedades devastadas por la mediocridad. Sociedades infestadas de racismo,
clasismo, homofobia, estereotipos, haraganería, fascismo, cachurequería y doble
moral.
Millones de
burbujas flotantes donde habitan seres plagados de insensibilidad y desprecio,
que piensan que están a salvo del horror
de la miseria, la exclusión y la violencia porque ellos no son los otros; esos
otros que ellos con su mediocridad y
dogmas sentencian, excluyen y vulneran en nombre de las clases sociales, la
mezquindad y el avasallamiento. Sociedades pasivas sin memoria que con su inacción
solapan turbas de corruptos, ruines y genocidas; que violentan a los otros,
siempre a los otros. Una inacción a conveniencia, siempre.
Los violentados son
los otros: los que denuncian, los que luchan por la justicia, los que sueñan,
los que abren caminos, los que tienen memoria,
los que buscan la unidad de los pueblos, los que siembran esperanza:
ellos son el enemigo por instinto. Por puro instinto saben que estar del lado
de los vasallos les permitirá permanecer en la comodidad de sus burbujas
flotantes. Hediondos todos al germen rancio de la infamia. Se lamen entre
ellos, para impregnarse unos a otros de la peste de la insensibilidad y la
desmemoria, para que la miseria de los otros nunca los alcance, pero saben
perfectamente que los miserables son
ellos, solamente ellos.
Estas sociedades
cómplices, escogen a quienes los representarán en el gobierno, para que el
sistema no se mueva ni un ápice de su lugar, para que los cimientos del
patriarcado, la misoginia, el machismo, el racismo, el clasismo y la homofobia
sigan intactos. Creen que sus burbujas son intocables y que sus dogmas los mantendrán a salvo,
creen que nunca los alcanzarán: la miseria, el abuso y la exclusión. Creen que
nunca necesitarán de los otros más que para que carguen en sus hombros las
burbujas flotantes donde estos destilan
la pestilencia del sopor del
solapador. Creen que nunca pisarán el
suelo de los mancillados, ellos los mancilladores.
Creen que jamás
serán violentados, excluidos y empobrecidos. Creen que sus dogmas jamás se les
voltearán. Que jamás enfrentarán la justicia de la vida. Que la mancilla no
tocará a sus puertas. Que jamás se verán
en la necesidad de un aborto clandestino. Que el amor que es el amor no
respetará sus géneros ni sus clases sociales. Que el dolor no alcanzará sus
burbujas. Que la violencia jamás las atravesará.
Creen que esas
clicas criminales son leales y que jamás las traicionarán, se equivocan
rotundamente. Esas sociedades mediocres también son utilizadas por la enorme
maquinaria del status quo precisamente por sus dogmas. Son más utilizables que
las masas que desconocen. Las burbujas
flotantes aunque no lo soporten también
son parte de ese todo que conforma el hilar de la humanidad.
Pero ya las está
alcanzando el efecto bumerán que estas mismas han creado, pensando ilusoriamente
que la destrucción masiva la vivirán los otros, simples burbujas flotantes. Y
cuando la violencia, la injustica, el dolor, la exclusión y el escarnio partan en dos las débiles burbujas flotantes
donde se resguardan, conocerán en carne propia lo que han obligado a vivir a
los demás. Y no habrá grito que sea escuchado, y el dolor de la pérdida de un
ser querido por la violencia que estas mismas han creado y solapado las hará
corcovear de dolor. Y buscarán a sus desaparecidos desesperadamente. Tocarán
mil puertas sin que se abra ninguna.
Y clamarán por
justicia y gritarán hasta el cansancio y más. Y llorarán hasta quedarse sin
lágrimas y se arrastrarán, vencidas, pudriéndose en sus dogmas; dogmas por las
que fueron utilizadas por los enormes tentáculos del capital. Y verán por primera vez en sus vidas su
vulnerabilidad de simples partículas de nada. Y aún así no aprenderán, por
instinto, por ego, por dogmas seguirán arrastrándose imaginándose dentro de
aquella burbuja flotante llena de mierda.
El efecto bumerán
ya está en marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario