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domingo, 22 de julio de 2018

NOS MANIPULAN MÁS POR PEREZA QUE POR OTRA COSA


NOS MANIPULAN MÁS POR PEREZA
 QUE POR OTRA COSA
ILKA OLIVA CORADO
Lo queremos todo servido y  si es posible que  nos den  la comida con sonda para no vernos  en el trabajo de tener que masticarla.
Nos manipulan más por pereza que por otra cosa

Lo queremos todo servido y  si es posible que  nos den  la comida con sonda para no vernos  en el trabajo de tener que masticarla. Cada día la dejadez hace mella en nosotros y con esto también la insensibilidad y  la irresponsabilidad que tenemos conformando una sociedad profundamente excluyente. La raíz de los males de la sociedad somos nosotros mismos: entes pasivos.

En nuestra burbuja de comodidad,  creamos un mundo irreal en el que creemos que somos islas y que océanos giran alrededor nuestro, pero por el contrario somos parte de un todo y así como exigimos derechos tenemos la obligación de las responsabilidades.


Y la lista de nuestros compromisos es infinita empezando con  hacer valer el privilegio de haber aprendido a leer y a escribir; con esto atreviéndonos a dudar,  preguntar, investigar,  a formular un análisis propio, a exponer nuestro criterio, a no quedarnos con  la pasividad del conocimiento y por el contrario compartirlo.

A pasar del pensamiento a la acción: porque  de nada sirve un pensamiento neutral ante la injusticia, encerrado o tapizado en redes sociales:  este tiene que convertirse en osadía, en mar despierto, en una hondonada de flores de campana, en sangre hirviente que despierte multitudes; en corriente, en llamarada que encienda miles de candiles que alumbren en las oscuranas de la confusión y la ignorancia. Ese arco reflejo que significa el criterio propio y el raciocinio, debe utilizarse para el bien común.

Pero para que eso suceda debemos sacudirnos la pereza y el egocentrismo. Sintiéndonos islas, viviendo dentro en nuestras burbujas cómodas seguiremos siendo masa amorfa y cerebros y voluntades  manipulados por quienes sí se atreven en nombre de la impunidad  y el asalto a continuar con el sistema que explota en nombre del capital y el patriarcado.

La pereza nos convierte en objetos maniobrables que repiten lo que otros quieren que memoricen sin atreverse siquiera a dudar y a cuestionarse, nos convierte en esa sociedad de parásitos que mantiene fecundo el sistema y sus políticas misóginas, racistas, clasistas, homofóbicas y estereotipadas.

Siendo apáticos permitimos que  nos manejen como marionetas y que se roben hasta nuestra voluntad. Mucho haríamos si por lo menos nos atreviéramos a pensar por nosotros mismos y a preguntarnos si este sistema establecido por las grandes mafias del capital y del patriarcado, puede ser derrumbado con  la fuerza de la unidad de seres que se atrevieron a dejar desidia y la pasividad por la sensibilidad y la acción  que buscan un mundo distinto: igualitario, equitativo y que haga de la diversidad y la justicia  su raíz más profunda.
 


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