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jueves, 8 de enero de 2015

EXPERIMENTADORES SOCIALES


EXPERIMENTADORES
 SOCIALES

L. SORIANO

El mundo siempre ha estado bien nutrido de visionarios y de innovadores. Muchos, desgraciadamente fueron a parar a los patíbulos, casi todos. Sin embargo, el asunto de los Experimentadores sociales es una corriente relativamente nueva de un siglo o poco más. Insignificante en la historia de la humanidad, pero que ha provocado ya mas tragedias y cadáveres que las religiones o sucedáneos de corte creencial. Por cierto, algunas de estas aun siguen matando, al igual que los resultados de los experimentos de los nuevos visionarios siguen produciendo cadáveres, torturas y encarcelamientos. Cierto y verdad, que si los gobernantes no se resistieran tanto a dejar el poder, ni a ser más justos, mas democráticos, menos corruptos y más rigurosos en dar a los ciudadanos una vida digna y posible, los experimentadores sociales lo tendrían muy difícil para aflorar. Pero no es así. No entenderemos nunca como no se enteran cuando hay que aflojar, renovar, cambiar o incluso huir, pero nunca lo ven venir. Es una inexorable máxima. Aguantan hasta que  de la ola ya no se  escapa nadie, y nos llevan a la catástrofe, muchas veces previo el saqueo de lo que puedan rapiñar antes de salir catapultados.  En este escenario, como setas en la pinocha húmeda, aparecen los “químicos sociales”, con sus maletines teóricos llenos de formulas magistrales y “sencillas,” como la Oxido reducción. Dando trigo  virtual, predicando utopías, repartiendo lo que fluye ahora, y haciendo cábalas sobre la producción actual que cesara en cuanto atraquen en el poder. Como además el publico está ansioso de oír lo bien que pueden estar, trabajando menos, ganando mas,  sin pagar las deudas adquiridas y repartiéndose la teórica caja que se supone que “alguien” tiene la obligación de llenar, pues el éxito de los “bacterios” está garantizado.  Hasta ahora y aunque la experiencia de las veces que se han tratado de aplicar ha sido un desastre criminal de proporciones monstruosas, y los ejemplos continúan como Cuba, Corea N, Viet Nam, y China etc., en distinta proporción de iniquidad pero desoladores todas, los experimentadores siguen insistiendo en su validez y los encandilados aplaudiendo. Y es que el mensaje es atractivo, y el “miénteme”, muy solicitado. Cuando el sistema se colapsa porque nadie llena la caja, y al meter la mano se toca fondo, hay que tomar medidas drásticas. Y entonces hay que preparar el aparato represor para que la gente se “reeduque” y obligarla a que haga lo que la esperpéntica teoría del experimentador exige y se aplique a la fuerza. Fallara sin duda, pero entre tanto, habrán muertos, encarcelados y un desastre económico de enormes proporciones con el sacrificio de varias generaciones y muy difícil de reparar. Cuidado con los experimentadores. Ojo con ellos, llevan las luces largas y encandilan. A reflexionar
Reflexiones L. Soriano

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