MERCADONA, EL IVA Y LOS TONTOS ÚTILES
PIE DE FOTO. Varios productos en un
carrito de una de las tiendas de Mercadona en Ronda (Málaga). REUTERS/Jon Nazca
El eterno debate del IVA vuelve a la palestra y a ser tendencia en redes sociales. Cada poco tiempo, alguna decisión política o algún streamer que se muda a Andorra recupera la polémica sobre si pagamos muchos impuestos, pero nunca se profundiza para qué sirven estos. Siempre que hay alguna modificación o subida parece que el dinero va para el Falcon, para Begoña Gómez o para que el ministerio de Igualdad organice ‘chochocharlas’. Nadie habla de que los impuestos son necesarios para intentar garantizar una igualdad social o para mantener el estado del bienestar. Ni que pagamos menos de la media europea. Pero claro, quienes atacan este tributo son quienes quieren una mayor desigualdad y que se pague la sanidad y la educación quien pueda. Lo peor es que convencen a muchas personas de que debe ser así. Gente que no podría pagarse ni una operación básica ni un seguro médico mínimo.
En
esta ocasión ha vuelto a ser noticia porque el Gobierno comienza a normalizar
los gravámenes a los alimentos básicos dado que la inflación parece más
controlada. Una subida gradual que recuperará el IVA anterior para principios
de 2025. Esta reducción se hizo como medida anticrisis ante el gran aumento en
los productos básicos, principalmente el aceite de oliva. Estaría bien debatir sobre
si una bajada de impuestos generalizada sin tener en cuenta las rentas es útil,
sobre todo, sin un control de precios, dado que la mayoría de los supermercados
aprovecharon esa reducción para aumentar los precios y aumentar los beneficios.
Quien podía comprar antes aceite de oliva podía después, perjudicando a las
arcas públicas y favoreciendo a las grandes empresas. Es igual que cuando hubo
una bajada generalizada de la gasolina y se vio que se aprovechaban más los
ricos que los pobres. Entiendo que es difícil hacer medidas en relación a la
renta de cada uno, pero estaría bien que se intentase por una vez a ver qué tal
sale.
La
cuestión es que, ante esta subida o recuperación gradual del impuesto anterior,
llámenlo como quieran, Mercadona ha decidido colocar carteles en su
establecimiento señalando que la subida de precios se debe al Decreto del
Gobierno. Juan Roig, dueño de Mercadona y mandamás de València en
la sombra, el mismo que se manifestaba con los "patriotas" durante la
pandemia, que anima a que trabajemos "como chinos", que cuenta con
una mutua propia para minimizar las bajas en su empresa o que utiliza técnicas
cuestionables con sus proveedores (como puedo verse en Salvados), señala al Gobierno por la
subida de precios mientras los criptobros de Hacendado le aplauden en
redes sociales. El mismo Juan Roig que se aprovechó de la bajada
del IVA para aumentar beneficios, pero ahí no se quejaba ni ponía carteles.
Resulta que aumentó un 23% su margen de beneficios en plena escalada de precios
de los alimentos. Sí, todos vimos cómo subía exponencialmente precios para
luego bajarlos un poquito y poder etiquetar "bajada de precio"
a sus productos y quedar como un héroe. Ahí reside su éxito. En convencer
a idiotas.
Esta
semana, además, hemos visto cómo Alejandro Cencerrado, físico, experto
en Big Data y analista del Instituto de la Felicidad de Copenhague, contaba en
redes cómo ante la imposibilidad de pedir cita en el médico de la seguridad
social recurrió a un médico privado y este le quiso cobrar en efectivo y sin factura.
Deterioran la sanidad pública, nos mandan a la privada y ahí quieren cobrar en
negro. Todo un negocio redondo para los gurús neoliberales. Por desgracia, lo
de cobrar sin IVA es demasiado habitual en este país y se atribuye más a la
inteligencia o la picaresca en vez de a una falta de solidaridad y una técnica
fraudulenta.
También
esta semana vimos al PP sacar su ley de vivienda en la que prometía
exención de impuestos de donaciones a quienes den ese dinero a sus hijos para
construir o adquirir una vivienda. Una vez más el Partido Popular
liberando de impuestos a las personas más ricas y haciéndolo pasar por medidas
para todos. Siempre que dicen que bajan los impuestos fíjate en cuánto te
beneficia a ti. Cuántas herencias vas a recibir. Cuánto dinero te va a dar tus
padres para comprarte un loft en el centro. Pero volvemos a lo mismo que
con Mercadona, disfrazan sus medidas como si fueran para todos cuando
solo se preocupan de su beneficio y del de los suyos.
Y
hablando de IVA, la semana que viene vuelve uno de los clásicos de las grandes
superficies y en este caso de su impulsor en España, MediaMarkt.
Recupera para todos sus clientes "el día sin IVA". Basta decir que
eso no es posible, que todos los productos que se compran llevan impuestos y,
en este caso, el 21%. Pero esta empresa (y a su calor muchas otras) utilizan
esta estrategia para atraer a sus clientes y puedan sentir el regustín de estar
comprando sin darle un euro al Perro y sus secuaces para seguir viviendo a
cuerpo de rey. También hay que decir que se ha demostrado que antes de hacer
estos anuncios suelen subir sus precios y la bajada del 21% suele ser
irrisoria. Además de que, si pueden bajar los precios, imagina el margen de
beneficio que tienen el resto del año.
Lo
de los impuestos es un debate constante porque se ha buscado que sea así. Igual
que se ha querido deteriorar la sanidad pública y señalar a los profesores como
privilegiados quejicas. Hay una pequeña parte de la población que quiere
terminar con los servicios públicos porque su beneficio viene principalmente de
lo privado. Que no quiere regular la vivienda porque son grandes tenedores. Que
no quieren que pagues impuestos porque cuando más se descomponga el estado de
bienestar mejor para ellos. El problema es que han generalizado la polémica y
quienes más se benefician de los gravámenes están en contra de ellos. Incluso
se ve con malos ojos que se cobre más a las grandes fortunas. Pero como dice el
eslogan de la empresa anteriormente mencionada: Yo no soy tonto. ¿O puede que
sí?
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