FEIJÓO COME POLLOFRES
El presidente del PP, Alberto Núñez
Feijóo, entrevistado por el creador de los 'pollofres', Pedro Buerbaum, en su
podcast.
A
ver. Que nadie se escandalice. Los pollofres existen y, según su creador, le
proporcionan una facturación de cinco millones anuales. Son gofres con
forma de polla, que arrasaron el mercado hace unos años y su inventor se forró.
Las últimas noticias que rastreo en el mentiroso Google me dicen que su
empresa se expande incluso a EEUU. Cómo cambian los tiempos.
Cuando yo era niño, uno de los manjares de la Semana Santa eran los peditos de monja. Un pastelillo de pobres delicioso, para el que solo hacían falta unas gotas de aceite y harina. Ahora nos hemos modernizado, sobre todo en lo guarro, y en lugar de castos peditos de monja nos comemos pollofres. El mismísimo Alberto Núñez Feijóo se acaba de comer un pollofre, con todo lo heteropatriarcal y homófobo que ha de ser un estadista de bien en estos tiempos de pecado. Ay, si Franco levantara la cabeza.
Tengo
que aclarar que Feijóo no se ha comido un pollofre en sentido literal, al menos
que yo sepa. Si lo afirmara, aunque fuera en broma, seguramente la sala segunda
del Tribunal Supremo me procesaría por alta traición, sedición, penetración
literaria bucal y otras lindezas. O sea, que Feijóo no se ha metido un dulce
con forma de polla entre los labios. Bastante tiene él con haberse dejado
fotografiar de vacaciones pagadas con y por un narcotraficante. No le
pidamos a este hombre la absoluta perfección.
Pero
Feijóo le ha concedido una entrevista al inventor del pollofre, y eso creo que
tiene su trascendencia comunicacional y política. No sé si me entendéis. Yo tampoco me entiendo cuando
no entiendo a los líderes políticos, con aspiraciones a gobernar la cuarta
potencia económica europea, que se dejan entrevistar por fabricantes de
pollofres.
Feijóo,
el tío decente y de derechas que quiere gobernar España, le ha concedido una
entrevista al inventor de los pollofres. Que alguna beata me traiga las sales.
Pedro
Buerbaum, el tal inventor de los pollofres, no
tiene un medio de comunicación. Tiene un canal de YouTube desquiciado
donde entrevista a tíos que dicen que las estrellas no existen y que la tierra
es plana. Cuando hablan de mujeres, ya ni os digo.
Yo
sentí enorme pena al ver hace años a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias dejándose
entrevistar en El Hormiguero, por ejemplo. Eran campañas electorales,
creo, pero me pareció indigno que posibles futuros representantes de la
dignidad del pueblo bajaran a esos indignísimos fangos. No puedes
sumergirte en la mierda mediática fascista y pretender salir vestido de blanco
impoluto como novia de la izquierda. Cuando bajas a la mierda, no la conviertes
en maná: es ella la que te convierte en mierda. Menos programa (televisivo) y
más programa (estilo Anguita).
Ahora
Feijóo se nos ha vuelto tan ultraposcontemporáneo (ya tenía pinta en el vestir)
que en lugar de acudir a los canales de los difundidores oficiales de bulos
como Ferreras, Grisso, Vallés, Ana Rosa, Bertín o Motos, se baja al submundo
de los youtubers y tiktokers neonazis para difundir su
mensaje de almidón, crucifijo y corbata. Solo le falta tatuarse una cruz gamada
en la punta del pollofre.
Porque
Buerbaum es un fascista de esos de toda la vida: niega la ciencia, odia la
cultura, denigra a las mujeres, rechaza pagar impuestos, detesta a los
homosexuales y gusta de sacar pasta a los acomplejados pardillos, como siempre
ha hecho nuestra adorable derecha. Buerbaum tiene casi un millón de
suscriptores en YouTube. Casi todos jóvenes. Casi todos de Vox. Casi todos
tíos.
Yo
no creo que Feijóo sea tan tonto como parece. Bromeo con todo el respeto
institucional. Sé que Feijóo no es tonto y pido perdón anticipado por si mi
frase puede haberle ofendido a él o a alguno de sus votantes. Pero a mí,
periodista viejo que anhela un conservadurismo civilizado en este país, me
aterra ver que un posible presidente conservador se avenga a ser entrevistado
por un pirao fabricante de pollofres sin ninguna acreditación académica,
científica o intelectual. Sin embargo, es raro ver entrevistas de nuestro ‘no
presidente porque no quiere’ en diarios como este. Con mucha más difusión. Con
mucho más respeto a la verdad.
Siento
no poder enumerar en este artículo a todos los periódicos a los que me estoy
refiriendo. Somos muchos, y sería gran injusticia olvidar a alguno.
A mí, la
evidencia que me queda, es que Feijóo se siente más a gusto siendo entrevistado
por el fascista señor Pollofres que por Silvia Intxaurrondo o por Henrique
Mariño. Y eso me hace pensar sobre el respeto que tiene este no presidente
porque no quiere a los medios de comunicación, dicen algunos que pilar del
sistema democrático. Quizá es que al Partido Popular le molen más los
tiktokers, influencers y youtubers que los medios de
comunicación que contrastamos y trabajamos informaciones y opiniones. Y no sé
por qué será.
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