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domingo, 1 de octubre de 2023

SI, LA POLICÍA TAMBIÉN SE INFILTRA EN LAS UNIVERSIDADES


SI, LA POLICÍA TAMBIÉN SE INFILTRA EN LAS UNIVERSIDADES

Ya son cinco los policías infiltrados en movimientos sociales y grupos ecologistas que se han destapado en lo que va de año. Ahora la Universitat de Girona denuncia que una de las infiltradas estuvo matriculada dos años utilizando una identidad falsa.

VICTORIA VÁZQUEZ

El diario La Directa ha destapado un nuevo caso de infiltración policial. María IT, quien estuvo infiltrada en el movimiento democrático catalán desde 2019 y en una relación durante tres años con un activista catalán, estuvo matriculada también en la Universitat de Girona en los cursos 2020-21 y 2021-22 bajo una identidad falsa que le había proporcionado el Ministerio del Interior dirigido por Grande Marlaska. Este caso de infiltración policial va más allá de lo que se creía en un principio, esta policía no solo estaba infiltrada en el movimiento democrático catalán sino también en el movimiento estudiantil.

 

Esto es especialmente grave en un contexto que se está volviendo cada vez más represivo, dentro y fuera de las universidades. La nueva Ley de Convivencia Universitaria (LCU), cortesía de Podemos, da nuevas y mejores herramientas a la casta universitaria para reprimir a quienes se organizan políticamente y por izquierda, una ley que ya se está aplicando en varios casos (entre ellos el mío). Vemos una y otra vez cómo la policía campa a sus anchas por los campus, reprimiendo no solo la organización política sino también el ocio.

 

No solo ha continuado la práctica de infiltrar policías en nuestros espacios de autoorganización y hasta en la cama y la totalmente antidemocrática Ley Mordaza, también la represión al movimiento democrático catalán y la represión en las fronteras, es que ha aprobado una mordaza digital, se ha endurecido el Código Penal, se niega la amnistía a miles de luchadores en Catalunya y se ha contratado más fuerzas represivas: máximo histórico de Policía Nacional y Guardia Civil con 156.400 efectivos.

 

Fuera de las universidades tenemos a los más de tres mil encausados por el procés, a los que las direcciones de los partidos están dejando vendidos en su amnistía por arriba, casos como el de Valtonyc o Pablo Hasel, encarcelados por el horrible crimen de cantar contra la corona, o a los seis de Zaragoza, encausados por protestar contra la extrema derecha, los obreros de Cádiz procesados por participar en una huelga, migrantes en CIEs por el aparato criminal de extranjería, y más casos.

 

Mientras el PSOE y Sumar pactan con Junts una amnistía por arriba, solamente para los líderes del procés o para los policías represores del 1O como pide Yolanda Díaz, el resto de personas que en todo el estado luchamos contra este régimen no entramos dentro de esta amnistía que busca cerrar del todo la profunda brecha del régimen del 78 que se abrió con el 15M y más tarde el movimiento democrático catalán.

 

Hoy más que nunca, cuando la represión va en aumento y los pactos de gobierno han vuelto a poner la amnistía en el centro, es necesario impulsar un movimiento por una amnistía amplia y para todes les que luchan. No podemos regalarle las calles a la derecha españolista rancia que en 2017 gritaba “a por ellos” y que avanzan sin que nadie les ponga freno. Peleemos por un movimiento estudiantil que también pelee por la amnistía y contra la represión de la mano de toda la clase trabajadora.

 

Por eso desde hoy tenemos la tarea de volver a la movilización y la lucha de clases para que no puedan imponernos sus políticas represivas brutales. Y para exigir la amnistía de todas y todos los luchadores perseguidos. Contra los pactos por arriba, tenemos que impulsar la lucha desde abajo. Ya está bien de hablar de males menores, necesitamos una izquierda nuestra, socialista: de la clase trabajadora, las mujeres, la juventud, las migrantes y todas las que nos organizamos contra este sistema de miseria, para que no avancen ni un paso más contra nosotras.

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