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miércoles, 23 de agosto de 2023

FEIJÓO, COMO LOS TOROS, NO SUFRE


Feijóo, como los toros, no sufre

ANA PARDO DE VERA

 

Felipe VI (d) recibe a Alberto Núñez Feijóo, líder

del PP, en La Zarzuela.- EFE

En las últimas horas, tras la reconciliación número mil de PP y Vox a favor de la ultraderecha y sus "condiciones" para apoyar a sus socios autonómicos y municipales, la lógica más pura decía que, de apuntar a alguno y no pasar directamente a la repetición de las consultas, Alberto Núñez Feijóo sería el propuesto por el rey y ratificado por la presidenta del Congreso como candidato a jefe del Ejecutivo: fue él quien llevó más apoyos asegurados (no todos) a la audiencia con Felipe VI (PP, Vox, Coalición Canaria y UPN: 172 escaños frente a los 176 necesarios para ser investido)

Pedro Sánchez, el otro presidenciable, cuenta en estos momentos con menos apoyos asegurados que Feijóo, esto es, únicamente con los de la coalición PSOE-Sumar (153 escaños), aunque el presidente del Gobierno en funciones es el único que dispone ahora de la posibilidad de lograr una mayoría absoluta, incluso, de 178 diputados, como en el caso de la elección de Francina Armengol al frente de la Cámara Baja. Ni PSOE ni PP, no obstante, han tenido tiempo de cerrar más negociaciones que las de las sumas de escaños citadas, por lo que, aunque podría haber repetido la ronda de consultas -tuvo que hacerlo cuando Mariano Rajoy, al contrario que Feijóo ahora, declinó presentarse a la sesión de investidura cuando el rey lo propuso en 2016-, Felipe VI ha optado por poner en marcha el proceso de investidura de Feijóo, que, en este momento, todo apunta a que será fallida por cuatro escaños. Pero no importa, porque el expresidente de la Xunta de Galicia, como dicen los taurinos de los toros de lidia en las plazas, no sufre: es tradición, es costumbre.

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Finalizada la ronda de consultas de los días 21 y 22 de agosto; comunicada a Armengol la propuesta del rey sobre el candidato a Presidencia del Gobierno, y tras hacerla pública, la Casa Real nos sorprendió con un largo comunicado al respecto de la propuesta de Felipe VI de razonamiento, como mínimo, sorprendente. Todo va bien en la explicación del acto del monarca hasta que llegamos a la tercera consideración, donde hacer referencia a la mayoría del PP en las elecciones generales (137): "Esta práctica [la de designar candidato al líder del partido más votado] se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una costumbre [solo rota en la XI Legislatura]. En el procedimiento de consultas llevado a cabo por Su Majestad el Rey no se ha constatado, a día de hoy, la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre".

La explicación real no solo nos retrotrae al siglo XVI, con sus cosillas coloniales en las Américas, sino que da que pensar sobre el asesoramiento del que dispone el jefe del Estado para argumentar semejante cosa. ¿Apelar a la "costumbre" en la propuesta a un candidato a Presidencia del Gobierno es normal en una democracia parlamentaria del siglo XXI o, lo que es más preocupante, el rey pretendía justificar de alguna forma que estaba respaldando las reivindicaciones del PP pese a no tener éste apoyos?

El rey encarga a Feijóo formar Gobierno en una investidura casi sin opciones



Excusatio non petita, accusatio manifesta ... Lo que ha hecho el monarca es perfectamente legal: Feijóo le pidió que lo propusiera, fue con 172 apoyos (19 más que Sánchez) y el rey puso a andar el reloj de una muy difícil investidura, que será el único o el primero. ¿Qué es eso de la "costumbre"? ¿Quiere decir que si Sánchez fuera con la mayoría absoluta garantizada a la audiencia de este martes, el rey habría propuesto a Feijóo sí o sí, por "costumbre"? ¿O quiere decirnos -por lo que sea- que la "costumbre" coincide en esta ocasión con lo lógico, si se quiere proponer a algún candidato, y nos está explicando exactamente nada?

La monarquía, como la tauromaquia torturadora, como la iglesia católica, ... siempre a vueltas con sus costumbres y tradiciones, incluso contra la ciencia, incluso en procesos perfectamente tasados y normales, donde el rey propone a través de la Presidencia del Congreso en un régimen de democracia parlamentaria, no presidencialista. La monarquía, que sí es una "costumbre" antidemocrática y sin sentido alguno en este tiempo, vive más fuera de la realidad que nunca; es lo que tienen los privilegios absolutos. Ya es hora de que funcione la democracia plena y no, "la costumbre".

 

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