FEDE ARIAS, A LA SOMBRA DE PABLO MOTOS
DAVID TORRES
Pablo Motos está creando escuela, quién iba a decirlo. Ayer mismo las redes soltaban chispas ante el lamentable interrogatorio de Fede Arias a un concursante de Benidorm Fest, Aritz Aren, en el programa de RTVE Play Eurodramas y comedias. El chaval no sabía dónde meterse ante el aluvión de piropos, insinuaciones y baboseos que le lanzó el presentador: que si iba a viajar solo o acompañado, que si él podía llevarlo en coche, que si se pondría mucha ropa en la actuación. Probablemente, Arias intentaba ser gracioso (o a lo mejor no), pero debería haber echado el freno desde el momento en que vio la incomodidad de Aren, quien se creía que iban a entrevistarlo sobre sus dotes musicales y se encontró con que sólo se interesaban por su físico. "¿Te vas a llevar bañador?" preguntó Arias al final, ya completamente desatado, ante lo que Aren respondió: "Pero si es enero, ¿no?"
Supongo que habrá
quien piense que está bien normalizar el acoso verbal desde la homosexualidad,
que si las chicas guapas tienen que sufrir que se las trate como simples
pedazos de carne por parte de un varón, entonces los chicos guapos deben pasar
por la misma humillación sólo para ir igualando la partida. Evidentemente no,
no se trata de eso: Kevin Spacey tiene una ristra de juicios pendientes por
agresiones sexuales siguiendo la estela de Harvey Weinstein, lo cual demuestra
que el MeToo no va tanto de los abusos sexuales a mujeres como de los abusos
sexuales desde posiciones de poder. Entrevistar a un cantante o a una actriz en
función de su atractivo físico, preguntarle por su marca de ropa interior,
manosearla o intentar seducirlo burdamente en mitad de la conversación no sólo
excede todos los límites sino que se está convirtiendo en un hábito repugnante
con el único fin de arañar más audiencia.
Gracias a su
lastimosa peformance en un canal público, Fede Arias no sólo ha conseguido
igualar a Pablo Motos en lo que respecta al nivel de indignación popular sino
que también ha hecho un flaco favor a la comunidad LGTBI. Al menos, Arias se
disculpó inmediatamente en su cuenta de Twitter en cuanto vio el revuelo que se
había armado, alegando que la entrevista únicamente "pretendía ser
desenfadada", un gesto que le honra y que todavía estamos esperando de
Pablo Motos. Por lo visto, podemos esperar sentados, porque las últimas salidas
de pata de banco del presentador de El Hormiguero son de órdago.
Antes de despedirse
en su último programa del año, Pablo Motos dio varios consejos a su audiencia,
entre ellos, "intentad vivir estas fiestas sin tanta ideología, ser de
derechas o de izquierdas importa mucho menos que tener buen corazón". La
ideología, ya se sabe, siempre complica las cosas: ni machismo, ni feminismo;
ni de derechas, ni de izquierdas; ni fascistas, ni antifascistas. Es el mismo
consejo de ciertos pedagogos contra el adoctrinamiento a los niños en la
ideología de género: para qué van a aprender esas tonterías, si con la doctrina
católica ya van que chutan. La penúltima estupidez de Pablo Motos el pasado año
no tuvo como protagonista a una mujer sino a Tom Hanks, a quien, para no perder
comba, le alabó su buen aspecto físico, y cuando el actor comentó que estaba
tan delgado por culpa de una diabetes que sufre desde hace tiempo, comentó:
"Te sienta muy bien". No es un problema de género, menos mal.
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