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jueves, 5 de enero de 2023

2023: AÑO REVELADOR

 

2023: AÑO REVELADOR

Por Eduardo Sanguinetti, filósofo y performer,

especial para NOVA

"Necesario renunciar absolutamente para ser absolutamente" de mi libro Alter Ego (Editorial Corregidor)... Bienvenido 2023...

¡Feliz sobrevida! ¡Feliz vida!... un 2023 posible... El año 2023 debe ser tratado con las urgencias de un recién nacido...

Desde el momento de despertarnos hasta el momento de acostarnos todo es una farsa, una vergüenza una estafa. Todo el mundo lo sabe y colabora con la perpetuación del fraude.

 

Un mundo en que la vida transita de contrabando. Se cambia moneda por metro de espacio por un poco de libertad... Todo se combina en un paté familiar que se traga en una hostia sin gusto... Siempre en beneficio de la ganancia, obtenida a costa de la vida de pueblos parias.

 

La degradada clase política, no ha llegado a aprender nada de la lectura de la historia, no salvaron la razón política, sólo sus intereses pecuniarios, idealizando obtener pertenencia de 'clase' en tiempos donde ha perdido vigencia el árbol genealógico del conocimiento, una depravación fundamental de las costumbres de castas dominantes ignorantes, siempre en tendencia de diferenciarse, desde su patética similitud.

 

Como corolario, la disonancia cognitiva se instala y se construye ausencia absoluta de coherencia entre actitud y acción, en actos de gobierno y privados, siempre aguardando ser vitoreados por su ineptitud, disfuncionalidad e incapacidad, legitimados en ausencia de personalidad y talento en “ser” y “hacer”.

 

Resignarse a la resignación es triste... La ley que provee la economía de mercado, vigente más que nunca, es utilizada como corteza que legitima delitos y hace que en el planeta no se experimente ni libertad ni democracia real, la que se experimenta es procedimental y virtual... La verdad es sólo un sueño de héroes olímpicos, los únicos capaces de modificar el rumbo de la vida de una humanidad anestesiada, lobotomizada en estado de anomia, como jamás se ha experimentado en la historia de la civilización.

 

Probablemente la formulación más aguda de la mencionada paradoja sea la de Rousseau, quien insiste que sin verdad no cabe libertad, pues no se trata de soñar, sino de despertar de una pesadilla.

 

Soñar con un mundo donde sería posible acabar con las economías falsas, las reducciones perversas, por ejemplo de la calidad de la educación, contando con la brevedad de la juventud, con tan poco tiempo para defender los largos años de su porvenir... Y me pregunto ¿dónde se encuentra el tesoro de una enseñanza verdadera, laica, humanista, jamás sujeta al catecismo del sistema genocida que rige en el planeta: una ideología que decreta jerarquías inflexibles y prevé vidas desperdiciadas de antemano, la de niños marginados, excluidos del acontecer de un país, de un mundo?

 

Y el principal cambio que ha tenido espacio en estos años, fue “el rapto de la realidad”. Pareciera que los gobernantes no se asimilan a que transitamos otra realidad, en antípodas a la experimentada en otro tiempo. Bien, a asimilarse a ella, pues ¿qué queda cuando las huellas del pasado han sido eliminadas?

 

Sensación de orfandad y violencia se palpa y es latente en Argentina, mi país... Alberto Fernández, un posible “títere” de poderes externos e internos, que llegó a cabo acordar miserablemente el pago de una deuda privada, criminal y delictiva con el FMI, tomada por Mauricio Macri, ex-presidente que ha asumido procesado a la primera magistratura de la República Argentina, hipotecando la vida de un pueblo y su futuro incierto, cuándo debería haberse negado a hacerse cargo de una deuda que no corresponde a ese pueblo que debe pagarla con su hambre, sin techo y ausencia de estabilidad, un verdadero y real líder jamás se hubiera prestado al juego de alusiones apócrifas, que destruyen la estructura de una nación.

 

Alberto Fernández llamado por el pueblo con sentido, como “el reculador”, apodo devenido desde que entre tantas decisiones-indecisiones no legitimó en acto promesas anunciadas en su asunción como presidente de la República en diciembre de 2019, promesas jamás cumplidas.

 

Un mandatario debe accionar en favor de la sociedad toda, que lo ha ungido como presidente, para gobernar con coraje, generosidad, equidad, solidaridad, pues su cargo y el país lo requieren, jamás en favor de grupos de poder mafiosos enquistados en los otros poderes y las instituciones disfuncionales, mafia delictiva que manipula a cielo descubierto la existencia de Argentina y su soberanía, hoy, en inicio de un 2023, año electoral, donde la horda de candidatos ignorantes, que se presentan, responden a los centros de poder de USA, Masonería, G20, G7, multinacionales y corporaciones genocidas y demás lacras que accionan en el mundo, eliminando derechos y garantías de libertad, tan ansiadas y tan defenestradas por gobernantes sociópatas y organismos internacionales, siempre del lado de imperios en putrefacción…

 

Y el esclavista Emir de Qatar ha arribado a Punta del Este a pasar Año Nuevo, el mismo que entregó la copa a Messi hace un par de semanas, almorzando en José Ignacio en restaurante La Huella, boliche donde se reunieron el fugado “Pepín” Rodríguez Simón y Rosenkrantz, vicepresidente de la Corte de los milagros amarillos… Hoy el Emir ya se encuentra visitando Argentina, ha desembarcado en la ciudad de La Plata, para conocer Argentina y quizás, un encuentro con el cacofónico en Cumelén Country Club, ¿quién sabe?

 

Alberto Fernández pareciera que teme a la ultraderecha “nazi” que avanza con prisa y sin pausa a la toma y entrega de nuestra “Patria”, que coloniza, esclaviza, explota a los débiles hambreados, eliminando miserablemente rutinas y tradiciones de nuestra Argentina, tan rica en recursos de todo tipo, por los que vienen las aves de rapiña, con la habilitación del poder real que rige el destino de este gran país.

 

Se percibe de manera clara la falta de verdad, la ignorancia, la agresión, la justicia ausente, la desazón, la contaminación real y metafórica, la eliminación de la libertad de expresión, en nombre de la libertad de expresión, lanzada por la pestilente corporación mediática, desde donde mercenarios, disfrazados de periodistas, emiten discursos de odio, violencia y descalificando a todo lo que no sea conveniente a los intereses de los jefes locales, que a su vez responden a los del centro de poder real.

 

Un tanto escéptico, pero consciente en intuición, no dudo que existen pactos a espaldas de la sociedad crédula, nada ha quedado librado al azar, de otro modo no se concibe tanta impunidad de la plutocracia ignorante, que manipula el destino de Argentina.

 

La legitimación de estafadores, delincuentes y alcahuetes, se ha ido cristalizando en estos años, en funciones legislativas, judiciales y de todo tipo, ante los ojos de una humanidad mansa y obediente. Se ha convertido en indiscutible e inamovible la publicidad del delito elevada a categoría de tendencia a seguir.

 

No tengo optimismo como tampoco vitalismo. Si pensamos que en la filosofía contemporánea hay posiciones mortuorias en vez de vitalistas, diría que son las fundamentales. La actitud represiva, como negación de la naturaleza, sólo puede organizarse sobre la muerte y el miedo, contra la sumergida y oscura moralidad de los acontecimientos. Es hora de salir del miedo y la timidez del gozne, construyendo un gran relato, con verdad de la historia, en teoría y acto.

 

Debería comenzar el tiempo de una narración del proceso de liberación real y legítima, con cultura y educación, aún pendiente, pues todos estos elementos construyen ese mosaico sobre cuya base se puede volver a contar una historia de liberación que es absolutamente necesaria, ante la crisis del sentido y la realización del simulacro como modo de vida.

 

Lo expuesto, da una visión de la Argentina y del mundo, devenida en un tumulto de nihilismo, pesadillas, visión enferma y degradada de esta nación, perversidad, sado-masoquismo, obscenidad, cinismo, que estallan en este editorial, escrito por un iconoclasta-humanista, como yo, cuál diagnóstico “naturalista” de los efectos que el odio, el miedo y la violencia, interpuestos en el destino fatal de un pueblo, que camina con tedio, lenta, pero inexorablemente a su fracaso, en su afán de ser los “campeones del mundo”...

 

No olvidemos que el pueblo es el único que esgrime el poder legítimo en una democracia real, jamás ficcionalizada, como lo apreciamos hoy, democracia, insisto, que en Argentina cumple en este año 2023, 40 años, conquistada por seres íntegros, valientes, que enfrentaron a la genocida Dictadura cívico-militar, que hoy parece retorna con candidatos miserables, hijos y nietos de Videla... No dudo que nadie que se considere ético y amante de esta Argentina, no siente y piense que ha llegado la hora de liberarnos de mafias, lacras ignorantes oligarquías que degradaron la vida de un pueblo y nuestra memorable historia.

1 comentario:

  1. Excelente nota. Deseo que Argentina, se ponga de
    Pie, con esa misma energía del Campeonato Mundial

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