ES GAMBERRISMO, NO INSUMISIÓN
JUAN TORTOSA
La fachada iluminada
de la Real Casa de Correos, el edificio en la Puerta del Sol madrileña donde
tiene su sede la Presidencia de la Comunidad de Madrid. E.P./Isabel Infantes
Quiero reivindicar
aquí la dignidad del término insumisión.
Es una transgresión intolerable utilizar este vocablo para definir el comportamiento de según qué miembros o miembras del Partido Popular cada vez que el Gobierno de coalición dicta una norma o promulga una ley. A lo que hace el principal partido de la oposición se le puede llamar gamberrismo, pataleta de niñas maleducadas, desafío irresponsable pero jamás insumisión. Un respeto.
La insumisión
significa negarse por acción u omisión, generalmente por razones de conciencia,
a cumplir por ejemplo con el servicio militar obligatorio o a pagar
determinados impuestos. Significa estar dispuestos a pagar el precio que
conlleva adoptar este tipo de decisiones, algo que ni de lejos se plantean los
"gamberros" del PP. Como escribió Santiago F. Reviejo en este
periódico, hubo un tiempo en que en nuestro país la insumisión significó
"una lucha sin cuartel, tenaz, que llevó a prisión a cientos de jóvenes
españoles que incumplieron la ley a conciencia en la mayor campaña de desobediencia
civil en España y de las más importantes que se hayan llevado a cabo en
Europa".
Cuando se amenaza
con no cumplir leyes que contribuyen al ahorro de energía como estos días está
haciendo el Partido Popular, a eso no se le puede llamar insumisión. Cuando se
argumenta que apagar escaparates a las diez de la noche significa inseguridad
se está manipulando el contenido de un decreto que hace hincapié en una
iluminación pública sostenible. No es insumisión, pues; es manipulación. Cuando
se anuncia que no se va a cumplir que los termostatos del aire acondicionado
estén en los 27 grados, eso es desobediencia, no insumisión.
Estas pataletas no
van a ningún lado y en el Partido Popular lo saben. Me da igual que hasta esta
cuestión sirva para pulsos internos (recuérdese que Núñez Feijoó abogó por lo
mismo que ha promulgado el Consejo de ministros, aunque Bendodo y Gamarra se
alinearan más tarde con quienes, como la presidenta de la Comunidad de Madrid,
la utilizan para sacar petróleo de donde no hay, dado que cada vez parece
resultarles más difícil encontrar argumentos de peso para la confrontación
partidista.
Tendrán que cumplir
la ley se pongan como se pongan. Como tantas otras veces, se trata de lanzar
fuegos de artificio de los que se hagan eco los medios de comunicación afines
(es decir, prácticamente todos), generar ruido unos cuantos días y después
correr un tupido velo como viene ocurriendo con tantos estrépitos que suelen
acabar perdiéndose entre las nubes.
¿Es este el Partido
Popular que quiere ser respetado en Europa, es esta la organización política
que aspira a ser alternativa de gobierno en España? Pase que no sepan una
patata de inglés, que reaccionen haciendo el ridículo cada vez que en la Unión
Europea y en otros foros internacionales ponderan y valoran el trabajo del
Gobierno de coalición, pero si quieren ganarse el estatus al que aspiran se
tienen que plantear seriamente dejar de decir y hacer tonterías cuanto antes.
Siendo como somos
un país reconocido y respetado en el seno de la Unión Europea, el partido de la
oposición y sus mariachis de la ultraderecha no pueden continuar sosteniendo un
discurso infantil que, no solo perjudica más a los ciudadanos que al gobierno,
sino que además proyecta la imagen de un país bananero que no beneficia ni a
nuestros intereses ni a nuestras perspectivas de futuro. Insisto, lo que el
Partido Popular está haciendo no es oposición, es un gamberrismo que casa muy
mal con el papel institucional que les corresponde como primer partido de la
oposición que son y como gobierno que han sido.
Una deslealtad que
llevan practicando desde los tiempos del "¡Viva el vino!" de Aznar y
Rajoy que lo que en realidad produce es vergüenza ajena. La semana pasada le
tocó al "¡Vivan las corbatas"! ¿se puede ser más ridículo? Alguien ha
debido darse cuenta de lo estúpido que era y parece que ya ha pasado la fiebre
de los memes con corbata en la playa y en los aquaparks. A partir del martes 9
de agosto, cuando entre en vigor el decreto que regula temperaturas e horario
de iluminación, esperemos que se dejen de bromas, que ya está bien. No llamemos
más insumisión a lo que sencillamente es irresponsabilidad o falta de
escrúpulos.
Nos merecemos una
oposición con mejores credenciales de las que está mostrando este PP de un
Feijoó cada día más descafeinado. Si, como aseguran, quieren dejar atrás los
tiempos de la corrupción, este tipo de cortinas de humo lo único que hacen es
incrementar las dudas sobre su voluntad de cambiar las cosas y también sobre su
capacidad para actuar como políticos solventes.
J.T.
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