SECRETITOS DE ESTADO
Están como muy alterados nuestros medios carpetovetónicos por el hecho de que ERC y Bildu puedan acceder a la comisión de secretos oficiales del Congreso, esa que fiscaliza las acciones de nuestros espías del Centro Nacional de Inteligencia. El Gobierno de Pedro Sánchez cambiará las mayorías necesarias para la conformación de tan secreto e íntimo órgano, y ya no se necesitarán 3/5 de los parlamentarios para refrendar su composición, sino una simple mayoría simple. O sea, que ya no será necesaria la entente entre PSOE y PP para decidir quién asoma la oreja al patio de vecinas de nuestras cloacas del Estado. Es el enésimo acabose de la unidad de España desde la invención de la pana socialista. Por suerte tenemos un rey emérito con súper poderes que, desde la más absoluta indigencia intelectual, garantiza con su sola presencia, entre Abu Dabi, Suiza y Panamá, la integridad del Estado.
Esto
de los espías es asunto delicado. Nos lo dice muy bien el ABC en su editorial Espionaje, victimismo y cumplimiento de la ley.
"Es lógico espiar a quienes quieren demoler el sistema
constitucional".
Lo
de que sea lógico espiar, en lugar de hablar, ya nos dice bastante de nuestra
plena democracia. El Estado se arroga el privilegio de intervenir las
conversaciones de los minoritarios, de los outsiders, de los
separatistas. Pero qué poco ágiles estuvieron nuestros espías para captar
indicios de los dólar-vaginales affaires de
Juan Carlos I, de los GAL, de las Gürtel, las Púnicas, las Lezo, los pitufeos o
los Emes Punto Rajoy.
.
Nuestros servicios secretos se enteran de
las cosas secretas por la prensa, y no es de extrañar. Ya nadie lee periódicos,
así que, si alguien los lee, a la fuerza tiene que ser un espía.
Margarita Robles, nuestra ministra de
Defensa, ha aclarado el panorama del espionaje a ERC y Bildu con su habitual
antipático gracejo: "¿Qué tiene que hacer un Estado cuando alguien vulnera
la Constitución?".
A Margarita, aunque esté linda la mar y el
viento, habría que recordarle que un Gobierno del PP sufre una condena firme
por la aconstitucionalidad de la amnistía fiscal de 2012, y no por eso se le ha
espiado demasiado. De hecho, la identidad de Eme Punto Rajoy sigue siendo un
misterio.
Nuestra fachería morganática sigue
proclamando que son anticonstitucionalistas los que quieren cambiar la
Constitución, cuando no hay nada más constitucionalista que cambiarla.
Lo gracioso de este asunto es que, como
siempre, nos toman por gilipollas. Yo por supuesto que quiero que ERC y Bildu
conozcan los secretos de Estado, pues un Estado democrático no debería tener
secretos para sus ciudadanos. Os recuerdo, Margarita, que sois nuestros
representantes, no los depositarios de un cáliz mágico que os da más poder y
más sabiduría que a nosotros. Ministra, hay que leer más a Cervantes y menos a
Harry Potter. Y redactar una ley de secretos oficiales donde no existan
secretos. Porque los secretos no dejan ni votar en libertad. El secreto es solo
una forma sofisticada de la mentira. Y ahí se acaba la democracia.
Yo deseo que ERC, Bildu y el BNG estén en
la comisión de secretos oficiales. Los que me parecería que no deberían estar
son el PP y el PSOE, por razones obvias. Demasiada corrupción. No se deben
guardar los secretos en manos de quien tiene más secretos. No es solo Pegasus.
Secretos oficiales. Conversación entre el
ministro de Interior de Rajoy, Jorge Fernández Díaz, con el jefe Antifraude de
Catalunya, Daniel de Alfonso. A ver a quién le dejamos los secretos oficiales.
J: Esto la Fiscalía te lo afina, hacemos
una gestión.
D: Si la Fiscalía me dice: "oye, lo
he leído", yo entonces cierro los informes y…
J: ¿Y en cuánto tiempo puedes cerrar esto?
D: En tres semanas.
J: Lo digo porque una vez lo tenga la
Fiscalía ya puede salir.
D: Claro, si va a la Fiscalía puede salir
todo lo que sea… Yo... Como ha salido un año y medio después lo de Jordi Pujol
junior. Nosotros llamamos a la Fiscalía en abril de 2013.
J: O sea, tú esto en dos, tres semanas,
¿lo podrías tener?
D: Sí, ya lo tengo cerrado. Lo único que
tengo que decidir es si va a la Fiscalía, que ya tengo un borrador, o si lo
mando a la Dirección General de Asuntos no sé qué de Presidencia del Gobierno
de allí, para que…
J: ¿Qué es lo que me puedo quedar yo? ¿Qué
es lo que me puedo quedar yo?
D: Esas son las dos resoluciones.
J: Esta es la mía, ¿no?
D: Y esta sería… Sí, estas son los dos,
las dos… y esto sería de los documentos originales que tenemos. Y esto sería el
informe, la propuesta que yo le hago a la Fiscalía, está en borrador…
J: ¿Eso me lo puedes dejar?
D: Sí, pero este piensa que aquí.
D: A mí... a mí... Yo vengo por eso,
ministro. Yo soy español por encima de todo, pero a mí me hunde, tengo familia.
J: No, no. Es que el tema aquí es para
hablar con el fiscal general y decirle: "Oye, mira, hay esto, ¿no?"
Me explico…
Secretos oficiales, o sea.
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