NO INSULTEN A LOS CERDOS
ANA PARDO DE VERA
Muchos y variados estudios científicos demuestran que los cerdos son animales mucho más inteligentes de lo que aparentan, o les hacemos aparentar: más allá de alguno de estos animalitos humanizados en Instagram, la mayoría de los cerdos que hay en España -y que no verán la luz del sol en su vida de sufrimiento- se presentan sucios, amontonados, gruñendo y chillando de miedo. Son animales de macrogranjas, ésas que el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, dicen que no existen, pero que solo en su comunidad, suponen 600 instalaciones, con otras 80 en camino.
En el ayuntamiento
de Lorca (Murcia) hemos asistido estos días a una microadaptación del asalto al
Capitolio de EE.UU. por las hordas ultras azuzadas por Donald Trump, aunque en
el caso murciano se trató de un atentado contra la democracia perpetrado por
presuntos ganaderos y alentado por el PP y Vox durante un fin de semana entero,
como mínimo y a gritos de megáfono por las calles. Lorca es un municipio de
unos 93.000 habitantes que sufrió mucho con el terremoto de 2011, del que se
cumplieron diez años en 2021 sin que sus habitantes hubieran recibido todas las
ayudas comprometidas.
Ahora Lorca vuelve
a ser noticia por culpa de unos fanáticos que dicen haber sido mal informados,
prefiriendo así quedar como imbéciles manipulados que como golpistas contra la
democracia. Al final, siempre es lo mismo, en Murcia o Estados Unidos, donde el
sujeto que se paseó por el Capitolio con unos cuernos y pegando gritos contra
Biden (Jake Angeli, el Chamán de QAnon), pidió un indulto a Trump que éste no
le dio y ahora dice sentirse "traicionado" por el expresidente
republicano.
Entre "mal
informado" y "traicionado" anda el juego de los fascistas, que
todo lo llenan de bulos, manipulaciones y apelaciones a los más bajos instintos
para que otros les den rienda suelta y satisfagan sus interes antidemocráticos
mientras los ejecutores van a la cárcel, porque eso le pasó al Chamán de QAnon
y eso puede pasar a los ganaderos que entraron en el Ayuntamiento de Lorca,
zahiriendo e hiriendo a unos agentes municipales que les hicieron frente de
forma ejemplar y sin apoyo de los mal autodefinidos sindicatos policiales
patrióticos.
El episodio de
Lorca, más allá de la penosa cuestión medioambiental de las macrogranjas en
España, es muy grave y es la mejor ilustración del efecto de las mentiras que
el PP y Vox lanzan sistemáticamente: una patronal de la industria cárnica se
inventa que un ministro del Gobierno de Pedro Sánchez, Alberto Garzón, quiere
cargarse la ganadería; el presidente Mañueco difunde la mentira, que enseguida
atrapa toda la (ultra)derecha para hacer campaña electoral; en un ayuntamiento
se aprueba una ley para alejar las insalubres macrogranjas de los habitantes, y
los ganaderos cómplices y/o creyentes de este gran bulo arrasan con la
principal institución municipal. Ha ocurrido en Murcia, pero podría haber
ocurrido en cualquier otro municipio. Y del ayuntamiento se pasa al parlamento
regional, y de éste al Congreso y ya nos vamos a un 23-F cualquiera en la
historia de España, porque si a la ultraderecha los votos no le dan la razón,
ella se los salta, creando una realidad paralela de fakes que justifique su
ataque sistemático a la democracia, a las libertades y a los derechos humanos.
Lorca tiene 93.000
habitantes, ya lo he dicho, para 1,5 millones de cabezas porcinas; para un
millón y medio de cerdos repartidos en 1.500 instalaciones, cuenta el alcalde
Diego José Mateos (PSRM-PSOE) Pueden intuir ustedes, por pura lógica, que la
mayor parte de esa carne de macrogranja se come fuera de Lorca, de Murcia y de
España, pero los efectos del maltrato animal y la contaminación se quedan en
este municipio, como una bruma sangrante que va embruteciendo los cerebros de
quienes solo piensan en el negocio, por encima de sus vecinos, vecinas y
generaciones que vienen.
No, no insulten a
los cerdos, que mientras estos pobres animales se ven sometidos
involuntariamente a terribles torturas y muertes en esos campos de
concentración porcina durante toda su vida para saciar nuestra voracidad, otros
seres mal llamados humanos tratan de arrasar con la democracia y los pueblos
mintiendo... y lo que haga falta. Les salva no ser independentistas ni de una
plataforma antidesahucios.
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