¡ BASTA YA!
QUICOPURRIÑOS
Se acabó la diversión, llegó el
Comandante y mandó a parar……
Así empezaba la
canción, esa que de jóvenes cantábamos, como un himno a la Libertad, y, en fin,
podríamos decir cuánto nos equivocamos entonces. Pero ahora quien llegó, para también
mandar a parar, es el Covid.
Y sí, todo se detuvo, porque la atención era y es exclusivamente para él y todo lo relacionado con él. La mascarilla, los horarios, la distancia social. Se pararon las reuniones y las fiestas de pueblo, las comidas de amigos y familiares, se acabó el la próxima en mi casa o en la tuya. Y se colapsaron las urgencias, los Centros de Salud y los Hospitales, porque las listas de espera ya ni existían, solo se hablaba y atendía a una enfermedad, a un virus, a un bicho llamado Covid. Si te contagiabas, máxima prioridad, pero si eras tan vulgar, tan tradicional, tan pobre que pillabas una enfermedad de la de antes, de las de siempre, de las conocidas….entonces estabas sentenciado. Y es que de Covid, si te da fuerte te
Y soy ahora yo la
que grita, con voz desgarrada, porque la rabia contenida que me acompaña, esa por
ver que lo que pudo haberse hecho no se
hizo, esa que me encoje el estómago me obliga a decir : ¡se acabó la diversión,
esto se ha de parar!, no es excusa el colapso por el Covid, porque los otros enfermos también lo son y tan dignos, como cualquiera,
de recibir al menos, la misma atención, el mismo cuidado, el mismo mimo. Me
conmueve cualquier fallecimiento, como a la que más, pero no puedo evitar
pensar, ¿se pudo haber evitado? ¿Cuántos vecinos, amigos, hermanos, están
falleciendo por falta del cuidado debido y no engrosan la lista de fallecidos
oficiales por el Covid? ¿Es que en este
País nuestro no se puede morir ya de otra cosa? , o si la endilgas por una
enfermedad corriente, ¿no te incorporan ni a ninguna estadística?
Pues hora es ya de alzar la voz, de
decir todos fuerte ¡¡Basta Ya!!, para
que a los que por suerte o desgracia, no les de el Covid, puedan sobrellevar su
enfermedad, la que les toque, con la
esperanza y la confianza de que serán atendidos como un enfermo más, como un
ciudadano más, como un canario más.
En
Santa Cruz de Tenerife, el mismo día en que mi querida amiga One se puso la
tercera dosis de la vacuna.
quicopurriños
No hay comentarios:
Publicar un comentario