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viernes, 22 de octubre de 2021

PENSEMOS

PENSEMOS

AIZPURUA tar JOSU Mª

Yo, espero al verde en los semáforos y cumplo las normas sociales. Pero aspiro a cambiar la Constitución y abolir la monarquía, aunque preferiría su abdicación voluntaria. ¿Es ello motivo para que la casta y su aparato me considere traidor? ¿Traidor a qué?

Y en el “qué” está la clave de este entuerto.

·       “Qué” es el relato continuista que, desde los Reyes Católicos, los Monarcas Imperiales, Franco, y la Constitución 78, sostienen la monarquía, el capitalismo, la unidad patria, el catolicismo, como los rasgos esenciales del ciudadano español.

·       “Traidor” es el que observa la Historia y no ve nada católico en los Reyes que expulsaron de su tierra a árabes y judíos, que cree en la Leyenda Negra, que repudia al dictador fascista Franco y su invención de la raza española, que se siente socialista, que conoce la Plurinacionalidad, que son aconfesionales, y que no ven rasgos comunes en lo que esencialmente es distinto; España.

Pero esta dicotomía que dio nombre a la España Invertebrada, o las Dos Españas, tendría valor para un futuro, pero para el pasado es la Historia que el siglo XXI aprecia como correcta, y   está contenida en la segunda, y los principios de la primera hoy son vistos como errores de concepto de una filosofía errada y añeja, casposa y peligrosa.

El bolsillo de la primera no necesita una antigualla histórica, falsa y falaz, y como los poseedores del 2021 no la necesitan para enfrentarse a los desposeídos que ya construyen sus paradigmas. Para crear el Estado 202X sobre las cenizas del 1978, son necesarios los dos principios en negociación, pero con un espíritu de consenso para evitar el enfrentamiento, los conservadores y los progresistas deben crear la sociedad del futuro y no lo tienen nada fácil.

¡Cuanta sangre derramada, cuanto sacrificio humano, cuanta desdicha en una tierra que no tuvo por qué sobresalir! De la Castilla Imperial hemos llegado a la Castilla Vaciada: para este viaje no se necesitaban alforjas. No eran los castellanos viejos haciendo su progreso, eran los pobres engañados haciendo los proyectos de los castellanos ricos que hoy se camuflan en Madrid Rellenada.

Pero la Historia nos permite desfacer entuertos y ya mismo podemos sentar bases, fijar consensos a la luz de los nuevos paradigmas de la UE, tan alejados de los eternos de Alfonso X, inmóviles en la mente facha.

¿Pero dónde están los hombres y mujeres que sean capaces de concretar la necesidad? En los Partidos, no los veo, y espero que la Casta sea consciente de ello y emplee sus armas para encauzar en gente lúcida y honrada para que logren un acuerdo, pues con los otros vamos directo a la confrontación. Ellos son los que más tienen que perder.

Seguiré esperando al verde en el semáforo y a la nueva Constitución XXI.

 

 

 

 

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