CODAZOS

CODAZOS

AIZPURUA tar JOSU Mª

Aún me sorprende el Olimpo político de esta Tierra y Mar Canaria. Caí embelesado ante el Pacto de las Flores. ¿Puede imaginarse algo más bello?

Pero pronto descubrí que era más de lo mismo; codazo puro y duro. “Quítate tú pa ponerme yo.”

Y me quedé sin alcaldesa, efímera figura que volvió a dar paso al tolete de siempre, el que tiene en la cabeza el tema de comisiones y clientes, que anunció la apertura del Balneario para los jubilados, que van muriendo en su puerta cerrada y grafitada. ¡Que cruz Santa Cruz!

Pero el paisanaje está acostumbrado; ni se inmuta. Vaya castigo para mí, un demócrata esencial de voto ideológico que lucho por él en el franquismo: en mis residencias; canaria votan a quien les conviene, y haitiana al que mejor paga.

Debí haberme quedado en Congo, paro de allí me echaron ¡que le vamos a hacer!

Y sigue la batalla de codazos por Fonsalía, que terminará cuando todos tengan su cacho, pues las ballenas no tienen cuenta corriente. ¿Son conscientes estos genios autonómicos que el valor de sus islas es de la Naturaleza, costas y mares? Casi aniquilaron la fauna terrestre y comienzan la marítima.

¿Quién necesita un nuevo puerto? Una autovía, si, un camino también, pero ¿un puerto? Suena a negocio medianero y muy poco popular. Alguno ya tendrá prometida la concesión y estará preparando las maletas para llevarse el beneficio a otras tierras más rentables.

Codazo va codazo viene, y al que gane: le conviene.

Y yo que de madrugada vi pasar los calderones arrimados a la costa, a causa de un escape de la piscifactoría en Adeje, siento pena de aquellos seres a los que casi podía tocar y que hoy se ven amenazados por la codicia inhumana.

Se acabó este mundo, pero como siguen mandando los de siempre, el mundo que viene tiene pinta de ser aún peor, más alejado del Humanismo salvador de pobres y ballenas, pues estos disparan a todo lo que se menea si les da beneficios. Aprendieron de Campechano, que ponía cazos y mataba elefantes. El que a los suyos se parece: honra merece.

Y aprovechando la salida del sol sobre mi Anaga, disfruto muy consciente de que esto se acaba, que están durmiendo los medianeros avariciosos y sus mendigos institucionales, que nunca comprenderán la realidad de sus islas, de sus tierras y mares, y que solo tienen ojos para sus cuentas corrientes y que sus paraísos son fiscales y no los auténticos que tienen a su alcance en cualquier rincón de estas islas que solo comprendemos los seres sensibles y los guiris que nos dan lecciones.

Gracias Canarias por haberme dejado disfrutar de tus esencias y haber conocido tu nacionalidad guanche que me asombra y me enamora.