EL VIAJE 5(NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ
Refugiados, enfermedad. Leo el periódico que me han dado en el avión mientras llego a un hotel de Praga. Enfermedad y refugiados. Un mundo convulso, estropeado, atropellado, agónico centella en mis sienes, en mi pecho. Da lástima, la tragedia invade más allá de estas fronteras donde la vida se muestra coherente. No, no somos coherentes. Refugiados, enfermedad. Giramos y giramos entorno a nuestro ego, a nuestro yo descomunal de personas acomodadas, ajenas a la expresión más allá de nuestro centro. Llego al hotel, me alojo en la última habitación, un techo de dos aguas sobre mi cuerpo. Me gusta, me siento cómoda. Nunca he estado aquí y por qué ahora…no sé será el destino de mi aliento, de mi huída. Dejo mi maleta naranja, dejo el periódico sobre la cama y no espero, quiero aprovechar la luz de la jornada. Mis pies bailan en una ciudad pintoresca, evocadora de cuentos y leyendas. Cojo el móvil de mi bolsillo, de mi pantalón a rayas, a rayas azules y blancas. Llamo a la isla, la isla …ahí está en la eviterna primavera, ahí está con sus gentes deambulando en sus palabras. Todo está bien y cuelgo, sigo en mi ruta. Me asomo y el río que atraviesa el puente Carlo me estimula.
Mis pensamientos se consumen y somos eso afluentes de las ramas de la tierra y somos eso brazos que se extienden a lo largo de nuestros andares. Refugiados , enfermedad….. La enfermedad y los refugiados, todos somos tambores del huir. Queremos encontrarnos mejor, más estabilizados, más equilibrados, más alegres, más reconfortados con nuestras ideas. Todo es lucha, boxeamos con nosotros mismos. El río ahí abajo, yo, aquí arriba. Continuo mi paseo y me impresiona lo abierta , lo vivaracha de esta pequeña urbe en algún lugar de Europa. Todo se concentra en un puente viejo donde la sangre de distintos lugares canta al unísono. Un ave pasa sobre mi cabeza. Un ave danzando con las siluetas que se mueven por estas piedras antiguas. La observo y me desvío de la ruta de mis sentidos. Recelosa quiero alcanzar su celeridad, su brío, su belleza…su belleza perfecta cuando teje en el aire el aroma de la libertad. Ahora no es el tiempo…enfermedad, refugiados. ...CONTINUARÁ
EL VIAJE 6(NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ
6 El cansancio del
viaje rota sobre mis espaldas. Retorno al hotel en esta tarde maravillosa donde
lo divino de los colores, de las secuencias enhebradas en lo desconocido
cuelgan de un cielo azul…muy azul. Me quito las playeras, me quito mi pantalón
a rayas azules y blancas, me quito la camiseta y me siento en un sillón…un
sillón cómodo mirando el techo a dos aguas blanco…muy blanco. Quiero cerrar los
ojos y no puedo, confundo el agotamiento con las ganas de continuar. Converso
conmigo misma. Estoy deshabitada, sola, callada con el cavilar de mis entrañas,
no echo de menos la isla…la isla. Allí todo es distinto el miedo asalta cada
mirada, cada beso, cada respiración. Exhalo todo mal que cuelga sobre mis
hombros y me desuno de la isla…de la isla. Sin embargo, ahora que estoy lejos y
no tan lejos pues este mundo es una minúscula isla en el universo, vago por los
laberintos de mis deseos, de mis emociones, de mi complaciente ganas de amar.
La isla…la isla me ha arrebatado todo de manera descomunal, de manera trágica.
Me pierdo en esta habitación de un hotel tras el puente Carlo de la Republica
checa. Por un momento miro la ventana , la pequeña ventana de este cuarto y
solo se ven estatuas y más estatuas de los caídos en el comunismo ¡Los horrores
del hombre¡ siempre plagado del convencimiento de las armas, del poder, de la
tiranía sobre un pueblo. Cuantos tuvieron que huir. Cuantos tuvieron que
refugiarse en otros lugares ante la censurada. Estoy en sujetar y bragas. La
atmosfera que me rodea me invita a ello ¡Libertad¡ ¡Libertad¡ Uhm…y todo sigue
igual. Tan igual que yo estoy sentada en este sillón en sujetador y bragas. No
tengo que dar explicaciones simplemente, me apetece. Ahí, a mi lado, la cama de
sábanas blancas. Una cama vacía, una cama de un solo cuerpo, una cama que se
extiende hasta lo sombrío de mi memoria. Me quito el sujetador. Me toco mis
pechos. Mis pechos estriados, mis pechos yermos, mis pechos vírgenes, mis
pechos desganados, mis pechos caídos, mis pechos gélidos Uhm... me siento
adormilada, mis manos se duermen, mis pies se duermen. Intento espabilarme pero
mis articulaciones parecen querer descansar…descansar. Por un instante me
levanto…pero no ¡no¡ no me acostaré en esa cama de sábanas blancas…muy blancas.
Sábanas marmóreas, sábanas frías, sábanas aisladas, sábanas de intensa bruma.
¡Oh¡ la derrota, me estremezco en cada pensamiento, en mis manos dormidas, en
mis piernas dormidas y mis ojos abiertos… CONTINUARÁ
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