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domingo, 14 de febrero de 2021

VIAJE INTERMINABLE

 

VIAJE INTERMINABLE

AIZPURUA tar JOSU Mª

Por la condición de las corrientes, desde la costa oeste africana, los migrantes y marineros llegan al archipiélago canario como destino, y así sucedió desde los remotos tiempos, cuando los Guanches llegaron a sus costas, en epopeya aún no desvelada por la ciencia. No pudieron llegar a lugar más bello y adorable, ellos que vendrían de alguna derrota o miseria que les hizo abandonar su tierra natal y lanzarse al mar. Y hasta quizás vinieran desterrados por un amo cruel que los abandonó en las islas.

Pero hoy día hay guanches desmemoriados y cuando ven que el viaje interminable de la historia se repite, ya prepotentes y “dueños” de la tierra que pisan, niegan a sus mismos hermanos africanos, amazigh, su derecho de seres Humanos, los sueños de redención, y ganarse los pocos dineros que en su familia pueden suponer la vida.

Latinoamérica fue para sus padres y abuelos tierra de promisión y salieron en barcos hacia ella, pateras de gran tamaño, dejando mujeres e hijos llorando en los muelles, y no puedo creer que hoy estos sean hostiles a los nuevos viajeros, más creo que es cosa de godos envenenados e ignorantes, de los colonizadores de ayer y de hoy, que pretenden arrancar sus sueños a los migrantes y destrozarlos en una isla-cárcel que los haga desistir para siempre de su derecho a la libertad y el progreso.

Los caudillos de sus tierras de origen, la falta de oportunidades de progreso, son los que los motivan al viaje que nunca es a Canarias sino a Europa, la Europa que proclama su condición de tierra de asilo, de faro de los Derechos Humanos, de tierra de promisión, pero, Canarias es R.U.P.: ni tiene la condición plena de europeo, ni la libertad de hacer en su propia tierra lo conveniente para su desarrollo armónico. Su Presidente gesticula inerme.

No nos dejan “ser”, y eso en el s. XXI europeo es inaceptable.

Y es ahí donde las lágrimas de los corazones auténticamente canarios brotan sin consuelo ante la catástrofe humanitaria que han diseñado para ella, los godos, sus medianeros isleños, y los cobardes de siempre con su plato de lentejas. ¡No! señores del dominio colonial y funcionarios lobbistas de Bruselas; Canarias no merece este trato de cárcel de ilusiones, su imagen y su historia es la de tierra de acogida, y hemos vivido de ella con británicos y alemanes. Su “alta política” nos destruye y nos deja inermes ante el drama que se gesta en nuestras calles.

¿Quién vendrá en vacaciones a cruzarse con los nuevos esclavos sin cadenas por la calle?

Nuestro Pueblo Canario es moneda de cambio en altas cumbres, y eso, con nuestro endémico paro, nuestra nula inversión de la metrópoli, nuestro disfraz de Comunidad Autónoma que oculta el R.U.P. y la nacionalidad, nos aboca a la vuelta a las pateras.

Es el viaje interminable.


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